El otoño ha comenzado dejando atrás los días de verano. Cada vez más son las personas que eligen estas fechas otoñales para realizar alguna escapada dado que la bajada notable de las temperaturas y la celebración de muchas fiestas nacionales y regionales hacen que muchos destinos, sobre todo de interior sean idóneos para pasar unos días y descubrir toda su oferta turística.
Este es el caso de la ciudad medieval de Sigüenza. La localidad manchega situada en Guadalajara fue declarada en su totalidad Conjunto Histórico Artístico ya que su casco histórico guarda un gran patrimonio con elementos de distintas épocas de la historia que van desde la época medieval al neoclásico.
Algunos de los recursos más importantes de obligada visita son el Castillo de Sigüenza, la Catedral de Santa María de Sigüenza, el Museo Diocesano, la Plaza Mayor, la Casa del Doncel, la Plazuela de la Cárcel y las Murallas y puertas de la ciudad entre muchos otros.
Sigüenza es el destino perfecto donde encontrar un remanso de paz y alejarse del ruido y estrés de la ciudad. Uno de estos pequeños paraísos de desconexión se encuentra entre campos de trigales y es el conocido Relais & Chateaux Molino de Alcuneza. Uno de los primeros molinos harineros del valle de Sigüenza del siglo XV reconvertido en hotel. Sus espaciosas habitaciones decoradas cuidadosamente y dotadas de un estilo propio disponen de todo lujo de detalle. Su restaurante de alta cocina galardonado con un Sol Repsol y una Estrella Michelín del chef Samuel Moreno, y la zona de Spa & Wellness hacen de este un lugar idílico para disfrutar de la tranquilidad, escapar de la rutina y reencontrarse con los sentidos.
Otro de los destinos que invitan a la desconexión es Belmonte, uno de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha que invita a un viaje histórico por la Mancha del siglo XV.
Este bello municipio esconde rincones increíbles e historia por doquier. Su Castillo Gótico-Mudéjar es el gran protagonista de la ciudad. Es uno de los grandes atractivos y recibe numerosas visitas de toda clase de turistas tanto nacionales como internacionales por su valor histórico.
En pleno corazón del municipio se encuentran otros puntos de gran interés como el interior de la Colegiata de San Bartolomé, la Puerta de Chinchilla, por donde pasaron los Reyes Católicos o Trebuchet Park.
Viajando a pleno siglo XIV encontramos el Hotel Spa Palacio del Infante Don Juan Manuel. Este viejo alcázar que fue construido por el Infante Don Juan Manuel y constituyó el lugar de nacimiento de Juan Pacheco, se ha reconvertido actualmente en un emblemático hotel y spa de 4 estrellas. Una estancia señorial entre reliquias y restos arqueológicos por los que perderse. Relajarse en su spa y degustar los platos del Restaurante Los Alarifes convierten la escapada en una experiencia inefable.
Al suroeste de Castilla-La Mancha se encuentra el pequeño Vaticano Manchego, el conocido municipio de San Carlos del Valle en Ciudad Real. Su histórica Plaza Mayor traslada directamente a la época donde su corral de comedia se llenaba de gente para disfrutar de las obras y espectáculos. Pasear por sus calles adoquinadas, visitar la Iglesia del Santo Cristo o la monumental Iglesia de San Carlos del Valle es imprescindible para impregnarse de toda la historia y belleza que se esconde cada uno de sus rincones.
Uno de los lugares desde donde poder contemplar y disfrutar de unas maravillosas vistas de la imponente Catedral es la Hospedería Santa Elena.
Situada en la emblemática Plaza Mayor del municipio, este histórico edificio de finales del siglo XVII ofrece toda la paz y serenidad que cabe imaginarse. Sus terrazas, balcones y sus preciosas galerías de madera hacen de esta experiencia una autentica delicia.
En esta podremos disfrutar del descanso y la gastronomía castellanomanchega y despertar los cinco sentidos alejados del ruido y la monotonía en su sala de catas donde podremos saborear algunos de los mejores vinos de Castilla-La Mancha.
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