El viajero entra al Parque Natural del Alto Tajo como en un cuadro impresionista con los colores del otoño. Aquí aguarda una atmósfera de cuento, quizá de misterio, bajo el bucle melancólico del vuelo de las aves y los ecos de la berrea en los valles agrestes. «Naturalea» por estos espectaculares escenarios y conoce una fauna sorprendente y unas tradiciones ancestrales.
El Alto Tajo presenta su riqueza paisajística, natural y patrimonial alejada de la masificación merced a una cuidada red de rutas y centros de interpretación que facilitan una visita ordenada y respetuosa con el entorno. El otoño abre aún más las posibilidades para el amante de la naturaleza: durante los meses de septiembre y octubre la berrea del ciervo en el Alto Tajo es uno de los espectáculos sonoros más impresionantes que ofrece el entorno, preferentemente al amanecer o atardecer.
Antes de iniciar la aventura puedes descargarte la útil y atractiva guía del visitante del parque, esencial para preparar la visita desde casa. También dispones de un nuevo mapa de uso público del parque y, por supuesto, no dejes de consultar las actividades previstas para estas semanas en el programa VIVE TU ESPACIO, si quieres participar en alguna actividad gratuita o contactar con las empresas de turismo, que te ayudarán a descubrir, valorar y disfrutar cada espacio.
Por ejemplo, habrá jornadas temáticas sobre la berrea y la ganadería tradicional en el Alto Tajo, así como actividades y talleres de observación de aves. En este enlace tienes todas las actividades previstas.
Un parque espectacular
El parque cuenta con el sistema de hoces fluviales más extenso de la Comunidad Autónoma y uno de los más importantes de la Península Ibérica, así como con una espectacular diversidad geológica que le hace merecedor de la distinción por la Unesco de la figura de Geoparque. Aguas turquesas, paisajes sobrecogedores, extensos pinares, anaranjados bosques de ribera en otoño… Su riqueza botánica y faunística que hacen que sea un espacio natural de excepcional importancia desde el punto de vista de la conservación de la biodiversidad y el paisaje de Castilla-La Mancha.
Quien esté dispuesto a «naturalear» por estos parajes tiene a su disposición cuatro Centros de Interpretación, situados en los municipios de Zaorejas, Corduente, Checa
y Orea, donde se podrá obtener información sobre los 29 senderos interpretados, las actividades organizadas y sobre sus ocho áreas recreativas donde poder descansar.
El Parque Natural del Alto Tajo atesora un impresionante y bien cuidado patrimonio geológico bajo sus extensos bosques de pinos y de ribera, pero también será posible disfrutar de la presencia de aves rapaces, micromamíferos, reptiles, anfibios y especies autóctonas de peces.
El paisaje es excepcional, configurado por su red hidrográfica, en el que destacan los cañones y hoces fluviales, así como formas singulares de ladera, como cuchillos, agujas y monolitos sobre rocas calizas y areniscas rojas principalmente, en los que abundan los pinares además de los bosques de ribera en torno a los cursos fluviales. Son también relevantes las parameras cubiertas principalmente por sabinares y pinares.
El Parque atesora gran diversidad de flora, ya que dentro de sus límites, vegetan cerca de un 20% del total de las especies presentes en la flora ibérica. Son relevantes los extensos pinares de Pinus silvestris, laricio y resinero, además de superficies más reducidas pero no menos valiosas de pino carrasco. Formando masas mixtas con los pinares o masas puras encontramos quejigos, encinas y melojos.
En la zona central del Parque Natural, las parameras calizas son territorios dominados por sabinares de sabina albar que presentan en esta zona alguna de las masas mejor conservadas de Europa. También destacan los bosques de ribera con álamos blancos y temblones, sauces, los bosques relictos eurosiberianos con tilos, avellanos, serbales, olmos de montaña, tejos y acebos entre otros.
Además de las masas boscosas con su diverso cortejo de especies arbustivas, encontramos en el Parque Natural numerosas especies que han encontrado en salinas, turberas, charcas y lagunas, roquedos y angostas gargantas, sus últimos refugios.
Gran variedad de fauna
En lo que atañe a la fauna, destaca la gran variedad de hábitats presentes en el Parque con poblaciones animales en un excelente estado de conservación. Las numerosas paredes rocosas que coronan los cañones fluviales albergan excelentes poblaciones de rapaces rupícolas como el águila perdicera (especie en peligro de extinción), águila real, halcón peregrino, alimoche, buitre leonado y búho real. También es fácil avistar en
estos cortados a la cabra montés.
Los avistamientos de buitre negro y quebrantahuesos son cada vez más frecuentes, por lo que es posible encontrar a los cuatro buitres ibéricos en alguna “carroñada”.
Asociadas a las numerosas masas arboladas encontramos excelentes poblaciones de avifauna forestal como azores, gavilanes, águilas calzada y culebrera, ratoneros, arrendajos, pito real y pico picapinos, así como pequeños pajarillos como piquituertos, herrerillos comunes y capuchinos, carboneros, pinzones y verderones serranos entre otros. Puedes acceder a toda a información sobre las aves en este enlace. Con toda seguridad es posible observar el buitre leonado en el Mirador del Tajo en Zaorejas, descansando en un espectacular posadero.
El sendero GR113
Especialmente interesante para conocer el parque es el sendero GR113 del camino Natural del Tajo que discurre por más de 1.000 kilómetros a la vera del río más largo de la Península Ibérica, y que es recomendable tanto para hacerlo a pie como en bici. El camino parte de Albarracín, cerca del nacimiento del Tajo, y va recorriendo el tramo alto del río, de aguas rápidas y limpias, entre paisajes de montaña, dominados por escarpes y cortados rocosos de sabinares y pinares; y los parajes de fondo de valle, con grandes bosques de pino laricio, bosques de ribera, tierras de labor y olivares.
Estas zonas, protegidas dentro del Parque Natural del Alto Tajo, son refugio de aves rapaces, como el águila real, el águila perdicera, el alimoche y el buitre leonado.
El GR-113 se introduce en el Parque Natural del Alto Tajo por el mojón de las Tres Provincias en el Monte de Sierra Molina, dentro del Término Municipal de Checa. Discurre por los pueblos de peralejos de las Truchas, Poveda de la Sierra, Peñalén, Zaorejas, Villar de Cobeta, Armallones, Oter, abandonando el Parque Natural por Carrascosa de Tajo.
Puedes aprovechar este camino para conocer la zona menos conocida del parque pero espectacular en otoño: aguas abajo del Puente de San Pedro la ruta ofrece maravillosas vistas a la Dehesa de Olmeda de Cobeta, el Puente de Taguenza, las Salinas de Saelices de la Sal, la zona de Valtablado-Arbeteta o Los Ceños…
También podrás conocer la etnografía y los antiguos oficios que se realizaban en las Salinas de Saelices de la Sal, los resineros y antiguas resineras en ruinas. Destacan asimismo el Museo de Ganadería, en Checa, o el centro de interpretación del Sequero en Orea, donde se habla de los aprovechamientos forestales. Fue esta la tierra de los famosos gancheros del Cañón del Tajo, que inspiraron a José Luis Sampedro en su novela “El río que nos lleva”. La madera extraída de los extensos bosques, “la maderá”, era transportada por el cauce del rio Tajo hasta Aranjuez, una tradición que va más allá de un modo de vida para convertirse en todo un emblema estético de Castilla-La Mancha declarado BIC, un paso intermedio necesario en esa candidatura para ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El impresionante sonido de la berrea
Además, este ambiente y sus zonas adyacentes son el hábitat de gatos monteses, tejones, garduñas, comadrejas y alguna gineta. Especies cinegéticas como el ciervo, el gamo, el corzo, y el jabalí también son muy abundantes.
De hecho, durante los meses de septiembre y octubre la berrea del ciervo en el Alto Tajo es uno de los espectáculos sonoros más impresionantes que ofrece la naturaleza, preferentemente al amanecer o atardecer.
La magia del agua
Los cursos de agua que surcan el Parque, caracterizados por su excelente calidad y buen estado de conservación de sus riberas y fondos, propician la presencia de una de las mejores poblaciones de nutria de la región. Además albergan truchas, bogas y barbos entre otras especies acuícolas. Por último, en algunos de los más recónditos cursos de agua todavía encontramos alguna de las últimas poblaciones de cangrejo de río autóctono, especie en fuerte regresión a nivel regional y nacional.
En el Parque Natural del Alto Tajo, hombre y naturaleza siguen conviviendo en equilibrio. Los aprovechamientos de maderas y leñas, apícolas, piscícolas, cinegéticos así como ganaderos, permitieron la presencia humana en el territorio, configurando el paisaje y generando un rico patrimonio histórico y etnográfico.
La armonía del hombre con la naturaleza
Así, destacan los yacimientos de arte rupestre prehistórico (Cueva de los Casares, Cueva de la Hoz), los yacimientos celtibéricos (Castros de Olmeda de Cobeta y Checa), construcciones medievales como el Monasterio de Buenafuente del Sistal, construcciones etnográficas como las Salinas de Saélices de la Sal, y Salinas de Armalla y los chozones sabineros (construcciones populares de gran belleza diseminados por los sabinares del Parque Natural del Alto Tajo).
El Parque Natural del Alto Tajo es grande y por tanto difícil de explorar en pocos días, pero está lleno de rincones y lugares que pueden satisfacer la curiosidad y el interés de todos, si se recorre por partes. Así, en Corduente se encuentra el Centro de Recepción de Visitantes del Parque. Desde aquí parten rutas para interpretar el Barrando de la Hoz, pasando por el espectacular mirador que lleva este nombre.
Desde el área recreativa de Riba de Saélicies, donde se encuentra la Cueva de los Casares, parte el sendero del Valle de los Milagros, con esculturas naturales que son uno de los símbolos del Parque. Desde el punto de información del parque, la Georuta Ocentejo-Hundido de Armallones, se adentrará caminando en el espectacular cañón del Tajo. Por su parte, el Puente de San Pedro, que comunica Zaorejas y Villar de Cobeta, se sitúa justo sobre la unión de los ríos Tajo y Gallo, y en verano es una zona de baño muy popular; mientras que la Laguna de Taravilla es una hermosa laguna que se formó gracias al crecimiento de una barrera de toba que represa el agua.
De otro lado, en el entorno de Peralejos de las Truchas, como en gran parte de su recorrido por el Parque, el Tajo discurre encajonado. En esta zona los escarpes calcáreos que delimitan el cañón adquieren un espectacular desarrollo. El Puente de Martinete, cerca ya del límite con la provincia de Cuenca, es un buen lugar de observación. Otra opción, hacia Chequilla, Checa, Alcoroches y Orea, son los fríos y extensos bosques de pinos, que pueden recorrerse en varias rutas e itinerarios a pie, en BTT y algunas en vehículo.
En resumen, los senderos del parque son especialmente sencillos para toda la familia. Son los siguientes: Ocentejo- Hundido de Armallones (Ocentejo), Barranco del Horcajo (Peralejos de las Truchas), Rodenal de Corduente (Corduente), Laguna de Salobreja (Orea) y Espineda (Checa). Para facilitar la visita, puedes guiarte con la información que ofrece el propio parque en esta dirección web.
CASTILLA-MANCHA, TURISMO SOSTENIBLE PARA VIVIR LA EXPERIENCIA Castilla-La Mancha se ha destacado en las últimas décadas por su apuesta por un turismo sostenible que fomenta un consumo responsable y de proximidad, utilizando alojamientos, establecimientos y empresas acogidos al “Sistema de sostenibilidad turística en Red Natura 2000”. Este sistema ya está implantado en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, así como la Carta Europea de Turismo Sostenible en el Parque Natural del Alto Tajo, y ofrece todas las garantías para vivir una experiencia de calidad y respetosa con el medio ambiente. Así, este sistema ofrece al visitante una mejor experiencia basada en el conocimiento de los valores naturales y la satisfacción de contribuir con ello a la preservación de los mismos. Estos sistemas de sostenibilidad turística diferencian a los espacios Natura 2000 que han integrado la sostenibilidad y la conservación de los valores naturales en la gestión de su uso público y a las empresas turísticas que cumplen con dichos requisitos de gestión contribuyendo a la conservación de forma práctica. Se asienta así la colaboración entre los empresarios turísticos y los gestores de los espacios en cuyo entorno operan, lo que permite a los empresarios configurar su actividad en torno a la sostenibilidad, asegurando la preservación de los recursos que son su sustento, y permitiéndoles transmitir mejor su valor a sus clientes. A los visitantes, este sistema les reporta una mejor experiencia basada en el conocimiento de los valores naturales que son objeto de su visita, y la satisfacción de contribuir con ello a la preservación de los mismos con todas las garantías de sostenibilidad. Por su parte, el gestor del espacio puede tener la seguridad de que la actividad de turismo de naturaleza es compatible con un estado de conservación favorable de sus valores naturales, y contribuye al desarrollo local sostenible. En Castilla-La Mancha, en los parques naturales de la Sierra norte de Guadalajara y del Alto Tajo ya hay numerosas empresas turísticas y alojamientos adheridos a estos sistemas. Están a tu disposición para "naturalear" y vivir la experiencia a tope.
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