Ciudad Real: La Hermandad de la Dolorosa de Santiago honra a su titular en la fiesta de la Virgen de los Dolores

Eduardo Muñoz Martínez.– Cada 15 de septiembre celebra la Iglesia, desde finales del siglo XI, la fiesta de la Virgen de los Dolores. Con este motivo, en la Parroquia de Santiago de Ciudad Real, donde se encuentra canónicamente enclavada, la hermandad de la Dolorosa, la «Reina del Perchel», celebró una solemne eucaristía, a la que asistieron cientos de fieles, presidida por Antonio Ruiz García, sacerdote de la comunidad parroquial, concelebrando con Antonio Guzmán Martínez, siendo auxiliados, en la distribución de la comunión, por el sacerdote, también de la parroquia, Rafael Melgar Martín-Fontecha. El acompañamiento musical lo brindó el coro parroquial, interpretando, además de los correspondientes cantos litúrgicos, otras composiciones marianas, con notable acierto.

Tras la Liturgia de la Palabra, en la que se tomaron textos de la Carta a los Hebreos, y del Evangelio de San Juan, el presidente repasó los siete dolores de la Virgen. Suponen los Dolores, decía Antonio Ruiz, el camino de Nuestra Señora. El camino de su fe.

La fe de María, recordaba el predicador, es una fe que se pone en movimiento; una fe profética, puesto que Ella es profeta de la obra de Dios en la tierra, y es, además, una fe que la convierte en Madre de la Compasión, en Sierva del Señor. Nosotros, concluía el presbítero, mirando a María, hemos de abrirnos a esa fe.

Acto seguido, se procedió a la bendición de los escapularios de los nuevos hermanos y hermanas, continuando, una vez realizado este acto, la celebración religiosa, que concluyó con la bendición solemne y el canto de la Salve Regina.

A su término, quienes desearon hacerlo, veneraron la imagen con una reverencia, y evocador recogimiento.

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