Jesús Millán Muñoz.- Se llega al éxito del artículo, si al narrar una ciudad, léase Toledo, los que la habitan desde siglos, les enseñas algún detalle o pregunta que no habrían reparado.
Si consigues que un nativo que ha ido atravesando sus edades de ser viviente, en esos muros, les enseñas un detalle de algo, que no habían reparado, has conseguido el fin de una columna o escrito periodístico literario. Enseñarle a un ser, en su espejo interior y exterior, algo que no había sentido/percibido/pensado. Lo mismo a un visitante, de un año o de un día, si le muestras algo de su interior que no había modulado o pensado o sentido. Porque al final, los viajes, no son para mirar solo calles y personas con pantalones o minifaldas, sino para mirarse los calcetines/camisetas/calzoncillos del interior…
Todo es deseo y todo es realidad. He deseado ver, creo que ahora, se puede realizar, la campana gorda y rota. Dicen, sonó una vez, solo una vez, y se rajó por medio, sigue estando. Menos mal que no se rompió la catedral a trozos. Es un sueño, porque es el símbolo de la realidad de esta región y de este país. Siempre estamos rompiéndonos por dentro. No sé, no sé lo que sucede. Pero me temo, que en estas tierras y aires, han existido siempre demasiados enfrentamientos, quizás, porque durante siglos y siglos, culturas e ideologías y civilizaciones con distinto sentir y sentido metafísico del existir habitaron los mismos metros.
Quizás, porque los visigodos, pueblo germano, no tenían herencia de reyes, sino el mejor. Y, por tanto, el enfrentamiento continúo. Quizás, porque estamos en un borde extremo occidental de Eurasia y de Europa. Quizás, porque somos un transatlántico entre dos continentes… Quizás, porque nos importa más lo sueños que la realidad, la visión de los sueños y los sueños de la visión…
Toledo un muro de piedras y espadas. Dicen, que los oficiales norteamericanos, se licencian con una espada construida en los vientres de estos altozanos de este lugar. Me pregunto, cómo los antecesores, no fueron capaces de dar el salto de la gran industria de espadas, de siglos, a crear empresas y fábricas de las espadas de hoy –corazas de hoy, lanzas de hoy, escudos de hoy…-. No, es mi deseo incentivar la guerra, siempre estoy con Juan XXIII, la paz es el mayor bien de la humanidad, porque de la paz, nacen el resto de bienes, de la no-paz todos los males o casi todos. Pero la paz exige seguridad, la seguridad individual y colectiva y social y…
Pero, si andamos por estos caminos, hay que hacerse muchas preguntas y muchas observaciones. ¿No fueron capaces de pasar del Antiguo Régimen al Nuevo Régimen en la industria artesanal, a la revolución industrial? ¿Se podría hacer el signo-símbolo-señal hoy, recoger la herencia de siglos y readaptarla a y en todo, para que nosotros desde la Mancha, también, tengamos un modesto lugar en el mundo, en todas las ramas de la industria y del trabajo humano, para poder vivir y existir con dignidad y humanidad y, no siempre estar migrando de un lugar a otro…?
El Tajo que tajea la loma-cumbre-montículo de la ciudad. Todo es agua, no solo piedra. Ese tajo que rompe el lugar, que lo defiende, abrazándolo con un collar de líquido, que fue durante siglos, la esperanza de vivir y sobrevivir. Porque, el primer deber de lo humano, es la seguridad, la defensa de vidas humanas y animales y enseres. Porque somos eso. Necesitamos aire y tierra y piedra y agua y cobijo y amor y amistad. Somos toda esa realidad. Los humanos desde Caín y Abel, se enfrenta lo malo a lo bueno, y, lo bueno necesita defenderse. El Tajo que tajea el tajo de Toledo, se va semisecando, desde hace demasiadas lunas. No sabemos la solución. Pero la espera y esperanza es de dónde hemos emergido. Usted, puede que entienda estas palabras a medias, pero esta es la labor literaria e informativa, que me he impuesto que usted, se vea obligado a mirarse en su ser-estar un poco más…
Siempre volvemos al Greco, pintor greco cretense bizantino romano y toledano. No sé, si apreciaría el adjetivo de manchego, pero aquí en estas ubres, estuvo viviendo-existiendo durante décadas. Algo de Castilla se le pegaría en sus labios, algo de Hispania, algo del Imperio Español de aquella época, pero imaginamos que algo de esta Mancha, que siempre parece que duerme y sueña. Quién sabe, si esas figuras alargadas, quizás para diferenciarse de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina, quizás, fue una especie de letargo-sueño que tuvo en alguna siesta de esta tierra, ascendido en este silencio de secarral y verdor de agosto o de enero. El Greco junto a Velázquez y Goya y Picasso y los Libros de los Beatos son la esencia de las imágenes que perduran en nuestros ojos durante siglos. Somos en/con ideas de imágenes, somos/estamos en esa mezcla de esos autores. Está en nuestro inconsciente… ¡Si quiere usted entendernos/comprendernos tiene que bucear en estos autores…!
Cansado aquel día, aquel matrimonio joven con una niña pequeña, venidos de una instancia temporal de/en Madrid, descansaron en un hotel al lado del Alcázar. Hace ya tanto tiempo, hotel con balcones de madera, y la niña, de pocos años, ya mujer, daba comida a los gatos que andaban por las tejas. Cansado aquel día, aquel matrimonio joven con niña, descansaron y soñaron en la vida y en el futuro con esperanza…