La inercia caótica y el orden gravitacional adquieren identidad y armonía en la muestra de arte cinético, obra de José Miguel Baeza Loro, Río Rojo, que expondrá en el espacio de las oficinas de Iberservicios en Ciudad Real, a partir del 12 de agosto, cuando tiene prevista su inauguración. El conjunto artístico abarca trece esculturas de distinto tamaño, donde cada artilugio adquiere “vida propia” y busca conectar con el espectador a través de la contemplación.
Ciudad Real contará, desde este próximo viernes, con una nueva aportación cultural para mentes inquietas. Se trata de la exposición Rolling Ball Sculptures, creada y firmada por el artista multidisciplinar José Miguel Baeza Loro, Río Rojo. La muestra estará compuesta por 13 esculturas de arte cinético de distinto tipo y tamaños diversos, y se expondrá en el espacio cedido por las oficinas de Iberservicios en Ciudad Real.
El próximo 12 de agosto tendrá lugar la inauguración de esta exposición que surge por casualidad y de manera espontánea. Lo hace fruto de la amistad entre el dueño del espacio y el artista, como admitía él mismo, después de atesorar una vasta colección de obras creadas durante años que aún no habían visto la luz “por su complejidad”. Esta colección cinética de universos imaginados en movimiento aúna ingenio y creatividad. No busca representar máquinas de precisión, sino “artilugios con vida propia”, donde tenga cabida “la casualidad y la imperfección”, reconoce Río Rojo.
Proceso creativo.
En el proceso creativo intervienen varios factores; aunque el más importante, según reconoce el autor, es su imaginación. Estas pistas de alambre ideadas entre fragmentos de madera simulan túneles y saltos, caminos espirales y desvíos alternativos; que crean, a su vez, cambios de ritmo y de sentido con cada canica que discurre por ellas, de forma manual o mecánica. La idea es crear pequeños universos móviles, donde la bola siempre caiga “con estilo”.
El artista arranca su trabajo con un material que ya define el tamaño que tendrá la obra y, en parte, también su forma. A partir de ahí, es su imaginación la que dicta el transcurso del proceso escultórico: “decido si quiero que las canicas suban con un motor, una manivela o que discurran de forma manual. Aunque parto de un boceto, siempre voy creando sobre la marcha. Me resulta más fácil imaginarlo que dibujarlo”, admite.
Es así como ha ido atesorando, a lo largo de los años, una colección de esculturas que jamás se ha planteado como reto personal, sino como “un juego” que le aleja de la realidad durante horas para adentrarle en un universo íntimo con la única compañía de su imaginación. La meta, crear caminos donde las canicas rueden, salten o se amontonen a través de caminos tortuosos aún por trazar.
Exposición física en oficinas de Iberservicios
La muestra ocupará el espacio cedido por la empresa Iberservicios en sus oficinas de Ciudad Real durante las próximas semanas; en Pasaje Dulcinea del Toboso, 1 (esquina con Montesa). Está enfocada a la visita en escaparate, donde se podrá ver la singularidad de cada artilugio, apoyada por vídeos y un código QR donde se amplía información de cada obra y se facilita el contacto con el propio autor.
