Paseando por Toledo, II

Jesús Millán Muñoz.- Se narran lugares-ciudades, que estás y no estás, si habitas en ella, conoces demasiados datos, y no tienes perspectiva para relatar tu relación en ella. La curiosidad del mundo. 

Querrías, quizás, relatar paisajes del lugar donde nacieron tus ojos a este mundo, habitante de ella, en realidad y sueños, o, el lugar que habitas desde hace décadas. Eres un ser entre dos ciudades, la que te parieron y la que habitas. Siempre soñando/viviendo de alguna manera, en ambas, siempre siendo de ambas, a partes, sin comprender. Somos y estamos. Donde estamos, aunque pasen los arados de las décadas, nunca eres del todo, donde la semilla se sembró y nació el trigo de tu ser, eres, pero estás a tiempo, en el recuerdo y del presente, aunque durante décadas, al menos, un día semanal, visitarás sus calles, a tu familia de origen. Siempre volvemos al origen. 

Pero después, sentimos otras ciudades, que andan tus pies por ellas, alguna vez, cada tiempo temporal, o, quizás, esas que sueñas con haber ido, o que querrías haber visitado, incluso, te preguntas, cómo habría sido tu existir, si te hubieses trasladado a estar en ellas. También otras ciudades, que habitaste, con el concepto de ahora, de segunda residencia. O, quién sabe. Estamos dentro de nosotros, nos habitan distintos lugares-aldeas-ciudades. Habitamos, en carne y en sueños, varias ciudades-aldeas-pueblos… 

No es la intención en esta serie de columnas, solo narrar-relatar-contar una serie de monumentos, de edificios de piedra y aire y sudor y sandre, que también, sino de describir el corazón humano que atraviesa espacios de ríos de calles con alquitrán e historia. Y, en eso se insertan. Es recorrer algo de la carne y la mente y el alma humana, que se puede personificar en algún acontecimiento o en alguna voz, o en alguna historia o pseudohistoria. Es intentar crear una obra maestra/literaria/poética/filosófica que sea como un espejo, para comprendernos y entendernos mejor a nosotros mismos. No puedo quitarle a usted cinco minutos de su vida, si no le proporciono, al menos, en intención, algún alimento para su mente y alma que perdure. Al menos, alguna pregunta. No tengo derecho a hacerle perder su tiempo… 

Visitando sus adoquines, una escultura de una Virgen, una paloma biológica, en sus manos. Gran imagen de lo que es lo humano, lo que es este lugar, siempre somos eso, una mezcla de piedra y de imagen y de realidad biológica y de metafísica. Somos racionales e irracionales, biológicos y espirituales. Toledo, que ha atravesado tantas interpretaciones culturales, como casi todo lugar, del bronce, de los iberos, de los romanos, de los visigodos, de los cristianos, de los judíos, de los musulmanes, y de las cinco últimas centurias, que podríamos sintetizar en los poderes de los Austrias, de los Borbones, con intermediarios de dos Repúblicas… 

Quién venga de la joven y vieja Norteamérica y Australia y del resto de Europa, quizás, no entienda y comprenda, que cada edificio de piedra, es el símbolo, de cientos de miles de personas de carne y hueso que habitaron estos lugares, estos puentes, siempre entre un paso del pasado y del futuro. Solo somos una pasarela, que habitamos un tiempo, unas décadas, y, algo del testigo del pasado lo llevamos al presente, y, algo, pensamos quedará en el futuro. Todas las ciudades en los tour, nacidos de la influencia inglesa, solo se narran lo bueno y lo bello y lo verdadero y lo verídico. Pero estos ojos, también, siente lo triste y lo melancólico y lo no justo. 

Y, y, algo de todo ello también hay que narrar. Un gran pan con un buen chorizo, está lleno de alegrías, pero también de voces, en el silencio, que quizás, mientras preparaba ese manjar al estilo de la época, se le caían agua de los ojos, porque su hijo se estaba muriendo, porque el marido no era buena con ella, porque temía otra revuelta o guerra o revolución, porque su padre no era justo con ella, porque y porque… somos una ensalada de alegrías y tristezas. Y, nosotros, que nos creemos interpretadores del mundo con palabras e imágenes y conceptos, tenemos que contar al presente, algo de todo, algo de ceniza y algo de aire y algo de sabor dulce y amargo. ¡Para curarnos…! 

Tengo en el alma clavada la idea-imagen, corriendo desde la estación de autobuses, subiendo por aquella calle en alto7cuesta, para llegar a la Venta de Aires, dónde algún coche, de compañero, me trasladaba a un IES de esta provincia, ese sueño de siempre, de trabajar en la enseñanza, y, que solo permaneció nueve cursos. Dos, en el/al empezar a unos treinta mil metros de Toledo capital. Este sueño del que somos. Porque todos habitamos sueños. Todo el existir modesto, buscando la realidad, con palabras e ideas y conceptos e imágenes-colores. Siempre intentando entender la realidad, interior y exterior, individual y colectiva. Recuerdo esas carreras que duraron unos tres meses, hasta que un vehículo de mi propiedad, ya hacía el viaje por la Mancha, de cien mil metros, las ruedas rodando por los valles y sierras de esta mancha de la Mancha… 

Ya que solo restan cuatro años, para la cuarentena de haber sido proclamada Ciudad Patrimonio de la Humanidad, y, humanidad es usted y yo y su conyugue y sus hijos. Humanidad que somos y estamos y en la que somos-estamos todos. Si una palabra o frase, le hiciese a usted, un poco más bondadoso, quizás, habría valido la pena, el tiempo que he dedicado a ofrecerle un vaso de agua de palabras e ideas, para intentar que usted moje su corazón en su corazón más verdadero. Paz y bien… 

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