La suerte de los escritores

Jesús Millán Muñoz.- ¿Esta sociedad se plantea la suerte de docenas de miles de personas que se dedican a la investigación o creación cultural durante décadas. Se plantea la suerte de sus obras…? 

En un artículo titulado Tahúres, de El Semanal del 08 de enero de 1995, Javier Marías, se plantea el tema de la escritura y de los escritores, jóvenes o no jóvenes, que tienen dificultades para publicar, dificultades de entrar en la industria cultural profesional, de que su trabajo se valore, de que su obra perdure… 

Siempre se suele indicar, que nadie te obliga a ser escritor o pensador o filósofo o pintor o compositor musical o… Y, por tanto, tienes que esperar, que puedan tener éxito o no, a semejanza, que alguien abre una quesería, y, puede tener  mucho éxito, o aunar el completo fracaso. 

¿Pero la cuestión es el producto…? ¿La sociedad tiene el derecho o el deber, de alguna manera, buscando los entresijos aptos y suficientes, de que esa producción se conserve para el futuro? ¿Puede ser una obra de identidad comarcal o local, puede verse en futuras décadas de otro modo y con otros ojos…? 

¿Imaginemos que en una localidad de treinta mil habitantes, existen tres o cinco o diez fotógrafos artísticos y documentales, imaginemos que durante diez o cincuenta años de sus existencias, realizan miles de fotografías, sean más profesionales o menos…? ¿Imaginen, que durante su existencia, se la han pasado, intentando ocupar un lugar en la fotografía artística o documental nacional, en galerías de arte, en museos especializados, en premios, en exposiciones…? ¿E, imaginen, que algo han conseguido, quizás pequeños éxitos, pero para vivir y sobrevivir, han tenido que dedicarse durante su vida, a otros oficios o profesiones…? 

¿Llega el crepúsculo de la tarde, llega el gran viaje de todos, y se duerme con sus ancestros, o se va “con la mayoría” en la definición clásica de los antiguos…, todas esas fotografías, se quedan en/con sus herederos, se reparten, y, al final, como apenas tienen valor, valor dado por la sociedad, se van perdiendo, de docenas de miles que hayan realizado, quizás, entran en la memoria colectiva unas decenas o unos cientos, todo el resto se pierden…? 

¿La cuestión, es simple y sencilla, las entidades locales, ya que hemos centrado en una localidad concreta abstracta o general, aplicable a todas, no debería, entre sus planes culturales, buscar un modo o una manera, un lugar, un espacio, una entidad, para si el autor de esas fotografías, sin perder su propiedad, ni sus familiares, si desea guarde y conserve, para el futuro, para futuras décadas y generaciones se puedan visitar, consultar, estudiar, analizar, exponer, exhibir, porque al final, es una riqueza y riqueza cultural que ha surgido del pueblo, y al pueblo puede favorecer…? 

¿Las Webs de esas entidades locales públicas, ayuntamientos, o museos, no deberían, abrir una pestaña, e ir incluyendo nombres y curriculum, de todas las actividades culturales, de todos los autores de su localidad, aunque no reflejen las obras, sino pequeños directorios o diccionarios, e irlos conservando durante décadas, que se vayan ampliando durante décadas…? 

Porque confundimos términos y conceptos, una realidad/cosa/entidad, es que todos los autores de todas las especialidades puedan vivir y sobrevivir de sus trabajos culturales. Entre otros, porque existirán muchas calidades diversas y diferentes. Porque no existe mercado para tanta creación cultural, y, y otra muy diferente, es que cientos de miles de obras, en cada especialidad o saber o arte o rama del saber, se pierda generación tras generación, a nivel nacional… 

Puede que no se puedan conservar los cientos de miles de cuadros que cada año, se realizan en una sociedad o nación, pero si se podrían conservar en forma de imágenes o fotografías, en archivos documentales virtuales, con una pequeña ficha de cada autor. Y, esto podría servir para el conocimiento de los presentes y los del futuro… 

No hablamos de que todos los autores, en todas las ramas, sean geniales, pero si, que todos, merecen que se busque una manera, que se puedan conservar, un número suficiente de ellas. Y, hoy los sistemas informáticos lo permiten… a un coste relativamente pequeño… 

En un tiempo que tanto se valora el reciclaje de todos los materiales, en ese mismo tiempo, se destruyen y deterioran y pierden y olvidan, posiblemente, según la actividad, decenas de miles de obras, cientos de miles de obras, en todos y cada uno de los saberes y de las artes. Nadie piensa que todas sean excelentes o geniales, puede que exista mucha producción de poca calidad o de poco nivel o de mínima significación o contenido. Pero es una muestra de la búsqueda y de la creatividad y de la creación de decenas de miles de personas… Obras, productos culturales, que pueden ser una riqueza a nivel cultural, para localidades, comarcas, provincias, regiones… 

¿Díganme ustedes, que se pierde, porque un Museo o una Fundación o un departamento universitario, un medio de comunicación, o cualquier otra entidad, de forma libre y voluntariamente, tenga una pestaña en su Web, y, vaya acumulando datos, que pueden proporcionar los mismos autores y autoras, de la producción poética o fotográfica o matemática o… que han realizado…? ¿Qué se pierde que en una localidad, un museo de esa ciudad, en la Web del ayuntamiento, en un medio local de comunicación, vayan acumulando y coleccionando, pequeños curriculum, e informaciones de la actividad cultural de sus paisanos…? 

¿Al cabo de diez o cincuenta años, puede que tengan datos de cincuenta o cien o quinientas personas…? ¿No es acaso una riqueza y riqueza cultural para esa localidad…? ¿No sería, una riqueza cultural, si se extendiese por los miles de localidades de este país, que lo hiciesen cientos o miles de museos, según su especialidad, docenas de departamentos universitarios, etc.? 

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