Juan de Dios Ramirez Sarrion / Gregorio Gómez Mata / María Chaparro León.- La violencia de género está presente en nuestra sociedad, y para ello existen medidas que deben aportar seguridad y protección a la víctima como son las órdenes de alejamiento. En Ciudad Real, en los juzgados se tratan diferentes casos de ordenes de alejamiento, desde las más básicas, hasta las más fuertes como son las que se le imponen al maltratador por la peligrosidad que el juzgado ve en él.
Este tipo de órdenes más potentes, se basan en ponerle al agresor un brazalete en el tobillo para controlar que cumple la orden de alejamiento mediante un sistema telemático.
A pesar de esto, existen casos donde aunque se quebrante la orden de alejamiento con control de sistema telemático, el Juzgado en primera instancia permite que el agresor quebrante la orden sin que tenga ningún tipo de consecuencias, provocando en las víctimas un daño psicológico atroz.
¿Entonces para qué se imponen este tipo de órdenes de alejamiento?
Existe un caso reciente de Ciudad Real, en el que los motivos por los que se acusa tanto por ministerio fiscal como por la acusación particular, son motivos que CENTRO DE CONTROL COMETA (que son los encargados de controlar este tipo de órdenes de alejamiento) aportó mediante grabaciones de teléfono con el acusado así como posicionamientos e incidencias reales y contrastadas, y queda demostrado que se producen diferentes delitos, de los cuales el juzgado de lo Penal lo ha dejado absuelto. Por ello, expertos y profesionales han decidido aportar datos sobre este caso en concreto, así como otros muchos más que suceden, ya que de esta forma no estamos ayudando ni a la sociedad ni a las víctimas de violencia de género.
Lo que se pretende con estos comunicados es que se haga eco de una realidad que sufren muchas mujeres, para que se lleven a cabo cambios y mejoras.
Comunicado Juan de Dios Ramírez Sarrión, letrado Letrado del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla, con una amplia experiencia laboral, que ha participado en casos famosos como el de María Salmerón, Juana Rivas, Marta del Castillo, entre otros:
En relación a la reciente sentencia de fecha 9 de mayo de 2022 dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de los de Ciudad Real, en el que se juzgó a una persona que presuntamente había quebrantado medida de alejamiento impuesta y tenía un dispositivo de control, el motivo de este comunicado no es otro que informar de lo que ha sucedido y está sucediendo con los dispositivos de control para que se cumplan las medidas de alejamiento.
Considero que el sistema de control deviene absolutamente ineficaz y no garantiza la integridad ni la seguridad de la víctima, si desde la jurisdicción penal se dictan absolutorias en las que a pesar de contar con todos los informes y grabaciones por el Centro de Control de gestión de estos dispositivos, en los que se demuestra de manera fragante el incumplimiento de la medida, se está enviando un mensaje de ABSOLUTA INSEGURIDAD PARA LAS MUJERES VICTIMAS DE MALTRATO, cuya única medida de seguridad es un dispositivo de alerta y de que el sistema no está funcionando, pues como hemos dicho el mensaje que le transmitimos a la sociedad es que las órdenes de alejamiento si no se cumplen no pasa nada, y a las mujeres víctimas de violencia de género les estamos diciendo que aunque les pongan una orden de alejamiento no están seguras, y aunque su maltratador la incumpla, no va a suceder nada.
Recientemente mi despacho profesional se enfrenta a un caso que nos ha llamado la atención, porque no damos crédito a lo que está sucediendo y queremos ponerlo en conocimiento, y por eso hacemos este comunicado.
En este caso previamente se le impuso al maltratador una medida de alejamiento y tanto al maltratador ya condenado en firme como a la víctima, se le impuso un control telemático, es decir, se le puso una pulsera para controlar que el maltratador cumplía con la orden de alejamiento, dada la peligrosidad de este agresor.
A día de hoy cumple condenas por los siguientes delitos:
Condenado por el Juzgado de lo Penal número 2 de Ciudad Real, en el procedimiento
abreviado 260/2018 por los siguientes delitos:
Delitos de maltrato habitual, condenado a 22 meses de prisión.
Por 4 delitos de malos tratos en el ámbito de violencia sobre la mujer, condenado
de 7 meses de prisión cada uno de los delitos.
Por los delitos de lesiones fue condenado a 2 años de prisión.
Ratificadas todas estas condenas por la Audiencia Provincial de Ciudad Real Sección 2 en el rollo de sala 58/19.
Así mismo también ha sido condenado como autor criminalmente responsable de un delito de descubrimiento y revelación de secretos del art. 197.1 CP, la pena de 2 años y seis meses de prisión en reciente sentencia del Juzgado de lo Penal número 3 de Ciudad Real, en el procedimiento abreviado 456/2019 y ratificado por la Audiencia Provincial de Ciudad Real Sección 1 en el rollo de apelación 100/2021.
Pero en los juicios celebrados por quebrantamiento de medida, en el que tanto el ministerio fiscal como la acusación particular ejercida por este despacho en nombre de la víctima, las sentencias han sido absolutorias. Y ello pese a que se ha demostrado suficientemente, que en varias ocasiones el agresor, provocó que saltaran las alarmas por separación del brazalete provocando que la orden de alejamiento no funcione. La separación de estos 2 elementos sólo y únicamente la puede llevar acabo el agresor, que es el que los porta y los tiene en su poder.
En múltiples ocasiones el agresor, provocó que saltaran las alarmas por no atender llamadas telefónicas ni de Centro de Control Cometa ni de la propia Policía. Así como en otras múltiples ocasiones el agresor, se negó a seguir las instrucciones que el sistema le exigía para un correcto funcionamiento de la orden de alejamiento. En otras muchas ocasiones el agresor, el propio agresor elige posicionarse en lugares donde sabe que no va a haber GPS y así va hacer que el funcionamiento de seguimiento de GPS de su orden de alejamiento no funcione. Haciéndolo así ineficaz.
En otra ocasión dejó sin batería de manera voluntaria el dispositivo provocando que así se apagase y el seguimiento de GPS de la orden de alejamiento no funcionase. En otras ocasiones pasó por el domicilio de la víctima, lugar que tiene totalmente prohibido (Zona de exclusión fija) sin haber avisado a policía o Centro de Control Cometa y sin haber pedido permiso judicial previo. E incluso tras exigirle en varias ocasiones policía y Centro Control Cometa que debía pasar de manera urgente para pasar un mantenimiento obligatorio de la orden de alejamiento él se negaba continuamente.
Todo esto queda demostrado con documental de Centro de Control Cometa y con grabaciones de llamadas donde el acusado se oye hablar con Centro de Control Cometa, negándose a seguir instrucciones y negándose a pasar de manera inmediata el mantenimiento. A pesar de todo ello, ha sido absuelto y ahora debemos proceder al recurso de apelación correspondiente, alargando este proceso que tanto daña psicológicamente a la víctima.
Existen sentencias precedentes que hemos querido aportar a este procedimiento donde por los mismos hechos se condenaba al acusado y se le otorgaba una indemnización por daños morales y psicológicos a la víctima, pero que la Jueza de este procedimiento no quiso aceptar.
Considero que todas las administraciones implicadas y más concretamente el Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer, debería tomar conocimiento de estas sentencias, pues el Sistema de Control establecido para garantizar la seguridad e integridad de las mujeres víctimas de maltrato es ineficaz para la jurisdicción penal y se precisa urgentemente un profundo análisis y estudio por la administración competente, pues la integridad física y psicológica de las victimas protegidas, está en juego.
Comunicado del director de la Asociación Alma, Gregorio Gómez Mata, asociación contra contra la violencia de género, conocedor del daño que esta víctima estaba sufriendo por los quebrantamientos que su agresor:
Desde la Asociación Alma contra la Violencia de Género queremos mostrar nuestro total apoyo a María Chaparro León y denunciar la continua indefensión que sufren las mujeres una vez consiguen reunir las fuerzas suficientes y comenzar a luchar por su LIBERTAD.
Continuamente las instituciones lanzan mensajes en medios de comunicación o realizan campañas intentando incentivar a las mujeres a que interpongan una denuncia para poder poner en marcha toda la maquinaria institucional y “ayudarlas”. Cargan sobre ellas la obligación de dar el primer paso, con la excusa de no poder hacer nada si ellas no lo hacen primero. Aceptaremos como “buena” tal obligación. ¿Pero qué ocurre cuando ellas dan el paso?
En teoría deberían empezar a funcionar todos los supuestos recursos que están a su disposición, uno de ellos y vital en esos primeros momentos, la PROTECCIÓN. Para ello la Justicia dispone de varias herramientas, entre ellas la orden de alejamiento, la cual puede ir acompañada de la interposición de la Pulsera de Alejamiento en virtud del peligro que los juzgados puedan observar, que por desgracia en ocasiones no es muy acertado.
En muchas ocasiones, demasiadas, los penados quebrantan la orden de alejamiento intencionadamente de forma muy sencilla, no podemos olvidar que siempre controlan a sus víctimas y saben sus movimientos y costumbres, para ello es tan fácil como ir a tomar un café justo al lado de donde la mujer tenga que pasar.
Una vez vale, e incluso en dos ocasiones puede pasar esta situación por casualidad, pero cuando la situación no para de repetirse y se ve claramente una intencionalidad por parte del penado, los juzgados deberían poner remedio a dicha situación, no solo con una condena firme por incumplimiento de una orden judicial, también con una compensación económica a la mujer que la sufre, ya que es un daño adicional intencionado el que se produce.
En el caso de María Chaparro León ha ocurrido esto reiteradamente, lo cual sabemos ya que la atendimos personalmente cuando los hechos estaban sucediendo, y ella para dar solución a esta continuación del maltrato por parte de su expareja solicitó ayuda a la justicia, la cual ya había condenado anteriormente al maltratador. Ella ha aportado multitud de pruebas probatorias que demuestran la intencionalidad por parte de su expareja, el cual seguía maltratándola saltándose la orden de alejamiento o incumpliendo las indicaciones que el Centro Cometa le daba para mantener el buen funcionamiento de la pulsera de alejamiento, pese a sentencias y órdenes judiciales en vigor.
Pese a toda la documentación y pruebas que se han presentado ante el tribunal, este ha tomado la decisión de absolver a su expareja de tales hechos. Esto demuestra dos cosas:
1.- Incomprensión total por muchas de las personas que forman parte de los juzgados en que consiste realmente la violencia de género y como los hechos descritos son una manera más que tiene el verdugo de llegar a su víctima, sin que la justicia ponga remedio por no llegar a comprenderlo.
2.- Nuestros mandatarios deben dar un paso al frente y realmente hacer algo ante estas situaciones. No solo vale con unos cursitos de formación, hay que hacer especial hincapié en la concienciación. Lo mismo no vale cualquier jurista para desempeñar su cargo en los juzgados de violencia de género. Si nuestros dirigentes inciden en intentar animar a las mujeres a denunciar cuando sufren violencia de género para poder ayudarlas, que sea de verdad, y que se las proteja de verdad, no a medias. Otro ejemplo claro es lo que ocurre en la unidad de la Policía Nacional UFAM, donde cada policía tiene que atender a casi 100 mujeres ¿de verdad así se las puede proteger?
O verdaderamente se comienza a comprender lo que realmente pasan las mujeres víctimas de violencia de género, entender que es el maltrato psicológico, la violencia vicaria, el maltrato económico, el maltrato sexual…… o será imposible que lleguen a ayudarlas de verdad.
Comunicado María Chaparro León, víctima/superviviente de violencia de género, escritora de tres libros sobre violencia de género, experta en violencia de género y profesional formada en la materia:
Yo, como víctima de violencia de género, y a pesar de que considero que he recibido mucha ayuda de todos los profesionales tanto de juzgados, como policía, como psicólogos, terapeutas, Centro de Control Cometa, Centro de la Mujer, Concejalía de la mujer, etc… tengo que reconocer que no comprendo por qué cuando un agresor comete un delito de la orden de alejamiento, a pesar de haber pruebas que lo acreditan, los jueces no los condenan.
Recientemente he tenido el último procedimiento judicial con mi agresor, en los juzgados de Ciudad Real, donde se le acusaba de cometer diferentes delitos de quebrantamiento de la orden de alejamiento. Y para mi sorpresa, la primera sentencia emitida lo ha dejado absuelto. Como es lógico vamos a apelar y a luchar para que se haga justicia, por mí y por todas. Porque no veo justo que no se condenen este tipo de delitos que afectan a nuestra sociedad.
Tengo conocimiento de más casos, e incluso tengo sentencias de otras víctimas que en la primera sentencia los dejaban absueltos y tienen que luchar y presentar recurso de apelación a la Audiencia Provincial, para que desde Audiencia Provincial los condenen y les den una indemnización a las víctimas por el sufrimiento vivido.
No comprendo porque existen jueces y juezas, que les permiten a los maltratadores este tipo de quebrantamientos sin que tenga ningún tipo de consecuencia para los agresores.
Al final los maltratadores no son castigados, pero las víctimas si lo somos. Porque siendo sometidas a las continuas alertas de quebrantamiento de las órdenes de alejamiento, estamos volviendo a sufrir maltrato por parte de nuestros agresores.
Yo sé lo que es vivir ese infierno, sé lo que es recibir llamadas de Centro Cometa y de policía diciendo que mi maltratador se negaba a pasar el mantenimiento obligatorio, sé lo que es que me llamen para decirme que mi maltratador está desaparecido y no les coge el teléfono ni a Centro Cometa ni a Policía, sé lo que es que me digan que mi maltratador ha dejado sin batería voluntariamente el dispositivo y la pulsera que lleva en el tobillo para hacer ineficaz el control de la orden de alejamiento, y sé lo que es que me llamen para decirme que está al lado de mi domicilio sin permiso judicial, aún sabiendo que lo tiene prohibido, ya que pertenece a una zona de exclusión fija.
Cuando sucedía todo esto, solo me quedaba la opción de quedarme en casa encerrada, sufrir múltiples crisis de ansiedad, y tener que condicionar mi vida. Si en ese momento tenía que ir a trabajar, no podía ir a trabajar porque debía quedarme en casa encerrada, muerta de miedo. Si en ese momento tenía cualquier otro plan, tenía que anularlo y cancelarlo porque mi maltratador estaba incumpliendo con la orden y con las medidas exigibles, y yo era la que tenía que sufrir ese quebrantamiento, quedándome en casa, con crisis de ansiedad, necesitando asistencia médica, y viviendo un auténtico infierno.
Sé lo que es quedarme en casa encerrada días y días porque él no atiende llamadas a Centro Cometa, o se niega a seguir las instrucciones para el correcto funcionamiento del sistema. Sé lo que es que me llamen a cualquier hora para decirme que mi maltratador ha avisado de que se va a posicionarse de manera voluntaria en una zona donde sabe que el funcionamiento del dispositivo será nulo, sabiendo que de esta forma me avisarían de que su dispositivo no funciona y así yo tendría que volver a tener que sufrir más ataques de pánico y crisis de ansiedad por el miedo que me ocasionaba, la actitud de mi maltratador provocando continuas incidencias en la orden de alejamiento.
Cuando te llaman continuamente para informarte de todo esto, y siendo victima de violencia de género como yo lo fui, y conociendo todos los antecedentes de mi maltratador, hay una cosa que me queda clara: Que mi maltratador en vez de asumir la orden de alejamiento como una pena privativa de su libertad para garantizar mi seguridad y mi tranquilidad, la utilizaba para continuar maltratándome. Más que como un castigo, mi maltratador ha tomado la orden de alejamiento como un regalo que la justicia le ha dado para seguir maltratándome, atormentándome, controlándome y dañándome, a pesar incluso de ser una de las más rigurosas órdenes de alejamiento que existen, porque van controladas con un sistema telemático.
Cuando les digo a las mujeres víctimas de violencia de género que denuncien, siempre espero que cuando les pongan una orden de alejamiento la justicia de verdad se asegure de que el agresor la cumple, porque en mi caso a pesar de haber cometido múltiples de incidencias y quebrantamientos, la justicia no lo ha condenado en la primera sentencia.
Me queda la esperanza de que en el recurso de apelación la Audiencia Provincial sea justa y sea consciente de que esto no puede seguir sucediendo en esta sociedad, y creo que ya va siendo hora de que las órdenes de alejamientos en Ciudad Real, se impongan para que se cumplan.
Porque creo que no condenando a los maltratadores que no cumplen con la orden de alejamiento, lo que se le transmite a la sociedad es que los agresores pueden saltarse la orden sin consecuencia alguna; y a las víctimas de violencia de género se le transmite que una orden de alejamiento no les dará la seguridad y tranquilidad que debería darle.
Solo espero que esto cambie, y que la sentencia donde mi maltratador sale absuelto, sea solo un error de la justicia y no vuelva a repetirse este tipo de errores. Para que las mujeres que cuenten con la herramienta de una orden de alejamiento, no tengan que vivir el infierno y el sufrimiento que yo he vivido a consecuencia de las alarmas provocadas mediante la orden de alejamiento por mi maltratador.
Es un infierno que no se lo deseo a nadie. Porque yo puse la denuncia confiando en la justicia, lo condenaron por varios delitos de maltrato, y de revelación de secretos, está condenado a pasar casi 9 años de prisión.
Espero que las cosas en nuestra sociedad y en nuestra ciudad cambien. Me consta que Centro de la Mujer, así como Concejalía de Igualdad de Ciudad Real, van a trabajar en ello y a estudiar todos estos casos, para que se haga justicia en los quebrantamientos de la orden de alejamiento.
Sigo confiando en la justicia y en que nuestros mandatarios darán un paso al frente para cambiar estas injusticias y estas situaciones.
Ahora solo me cabe esperar que el recurso de apelación que mi letrado presente, sirva para algo, y mi maltratador salga condenado por los delitos que cometió con la orden de alejamiento.
Y espero y deseo que se tomen medidas y conciencia para que ninguna víctima más tenga que pasar por este tipo de situaciones.