Paula Fernández Pareja.- Estos días estamos celebrando una efemérides muy importante, se cumplen 40 años desde que aprobamos nuestro estatuto de Autonomía y esto ha supuesto un antes y un después para nuestro desarrollo económico y por tanto para la mejora de la calidad de vida de todos y todas, mejor sanidad, mejor educación, mejores infraestructuras….
Y sin embargo ahora, cuando creíamos que el retroceso en derechos y libertades ya no era posible, estamos desgraciadamente más cerca que nunca de una involución que no era previsible.
Ahora más que nunca, es necesario hacer un gran esfuerzo de pedagogía política, como decía frecuentemente José Mª Barreda, y hay que hacerlo con sosiego, pero de forma clara y contundente. No podemos esperar a tener encima una convocatoria electoral, porque entonces ya será tarde, yo le decía a mis alumnos que había que estudiar todos los días no dejarlo para el último día, y hoy ya vemos los resultados que auguran las encuestas para la formación neofascista, VOX.
Y no voy a hablar aquí de lo que se ha repetido hasta la saciedad y que parece no importar demasiado a los votantes porque parece muy lejos de sus intereses personales. No voy a decir que son homófobos, que lo son, ahí están sus propuestas para una “inmigración ordenada”, o los cambios legislativos contra la ley de violencia de género, o sobre los derechos LGTBI; bajo expresiones aparentemente neutras y amables, como la defensa de la vida o la protección de la familia y de la infancia, existe un entramado oscuro que amenaza derechos fundamentales y que tiene en el feminismo y en los derechos LGTBIQ sus enemigos a batir; estos aspectos de su ideología parece que no hacen mella en un número importante de los votantes porque no se sienten amenazados y porque la gente está más preocupada de “las cosas de comer” de cada día y ante sus graves problemas particulares: empleo, encarecimiento de la vida, empobrecimiento…piensan que no queda sitio para las ideologías, craso error, porque a la postre las ideologías marcan muchas de las decisiones económicas que solucionarían sus problemas.
Hace 10 años parecía que los “indignados” iban a transformar el mundo en un lugar mejor. Hoy, las extremas derechas se han apropiado del inconformismo antisistema y se autodenominan abanderados de los “verdaderos” oprimidos.
Las cosas van mal, eso es evidente, y mucha gente, es de suponer que, en gran medida, más empujada por la desesperación que por la ideología, ha empezado a mirar hacia el neofascismo y sus alrededores, a ver si ahí hay alguna solución, ya que no confía en que otros partidos vayan a solucionar sus problemas. Es una ingenuidad y también una temeridad, porque ya vemos lo que hay en ese mundo: vividores, beneficiarios de chiringuitos políticos, condenados por el Tribunal Supremo por no pagar las reformas de sus mansiones, futuras arquitectas que firman planos sin tener la titulación necesaria, jueces condenados por estafadores…. Y a pesar de todo confían en ellos.
Y aquí está la trampa, se presentan a unas elecciones con discursos falaces, de defensa de los trabajadores, pero tienen un objetivo último muy claro, quieren controlar las instituciones para desmontarlas y no hay que menospreciar el poder de estos infiltrados en la democracia, que es exactamente lo que son.
Quieren gobernar las autonomías cuando no creen en el Estado de las autonomías, quieren devolver competencias al estado central desmontando lo que tanto trabajo nos ha costado construir en estos 40 años.
Los que tenemos más años recordamos como era Castilla la Mancha cuando estando en el centro geográfico de la península ibérica estaba aislada y olvidada del gobierno central.
Con ese gobierno que los señores de VOX añoran, el mejor de nuestra historia según ellos, en nuestra comunidad no se construían colegios, no teníamos hospitales y las comunicaciones eran sólo aquellas que atravesaban la comunidad pero que no la vertebraban, por no hablar de los poquísimos jóvenes que tenían acceso a los estudios universitarios, y desde luego entre aquellos poquísimos jóvenes si estaban aquellos que ahora no les interesa que mantengamos a nuestra juventud formada e informada.
Este Gobierno, en el que no confían ha aprobado una Reforma Laboral que ha conseguido que el número de trabajadores con contrato indefinido haya pasado de 1 de cada 10 a 1 de cada 2 y conviene recordar que tanto la derecha como la extrema derecha votaron en contra de esta reforma; igual que no han apoyado la subida del salario mínimo a 1000€, cantidad irrisoria frente a los ingresos de aquellos a los que estos señoras de VOX están realmente defendiendo, o han aprobado un ingreso mínimo para los que nada tienen.
Empecemos todos y todas, los que creemos en la democracia a defender lo que hemos conseguido, nuestra autonomía, nuestro bienestar, porque lo que nos ofrecen no es un camino cualquiera, es el que va a dar al borde del precipicio.