El etiquetado de las botellas de vino puede influir en el consumo, algo que las bodegas deben tener en cuenta a la hora de analizar cómo se presentan de cara al público. De este asunto han hablado los investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Miguel Ángel Gómez, Carlota Lorenzo y Marta Retamosa, integrantes del grupo de investigación de la institución académica Marketic.
Durante esta ponencia, Gómez ha hablado del neuromarketing en el etiquetado y otras aplicaciones que se pueden desarrollar a través de desarrollos tecnológicos como el Eye Trakcing, Realidad Virtual, electroencefalogramas o la respuesta galvánica de la piel (GSR). Además, ha dado algunas pinceladas sobre cuál podría ser la clave para trabajar el neuromarketing en el futuro: “integrar toda la tecnología para conocer las reacciones emocionales y valorar estímulos también a través de evaluaciones de cata de toda la vida”.
Mediante este seminario taller de han mostrado por qué existen zonas en los etiquetados que despiertan mayor interés o engagement al público objetivo. Además, los asistentes participantes han conocido primera persona el funcionamiento de la tecnología Eye Tracking y han podido comprobar que el consumidor busca productos que le emocionen y que le hagan sentir porque son los que más va a recordar.
Gómez ha indicado que los consumidores se fijan en diseños distintos a los demás, “colores llamativos y sobre todo en las que tienen tipografías distintas a otras etiquetas, diseños o títulos más llamativos, colores rojos o etiquetados dorados” y ha planteado a los productores de vino que testeen su etiquetado frente al de la competencia. “Tienen que fijarse si proponen un diseño nuevo, si enseñan su nombre de marca o la variedad” ha expuesto, añadiendo que “sobre todo tengan en cuenta que esto hay que complementarlo con la encuesta tradicional”.