Esta mañana se ha instalado en el Parque de Gasset el primero de los cinco hoteles de insectos que se van a ubicar en espacios verdes de Ciudad Real, con el objetivo de dar cobijo a los insectos beneficiosos para controlar las plagas y propiciar las especies polinizadoras. Se trata de una iniciativa impulsada por el alumnado del Centro de Educación Especial Puerta de Santa María, que ha recibido el apoyo para llevarla a cabo por parte de concejalía de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Ciudad Real.
Mariana Boadella se mostraba muy satisfecha por haber conseguido poner en práctica este proyecto “que tiene en común el trabajo por la ciudad, en la línea en la que se está trabajando en sostenibilidad, que abarca un nuevo concepto de jardinería más sostenible para el control de plagas, evitando el uso de pesticidas; así como estamos reduciendo los herbicidas, de hecho, los alcorques de la ciudad ya tienen verde”. Añadía la concejala, que ha estado acompañada en el acto de la presidenta del Patronato de Personas con Discapacidad, Matilde Hinojosa, y el jefe de la sección de parques y jardines, José Arrieta, que “los controles de plagas se van a hacer con insectos beneficiosos, ya no se extermina, sino que se controla de una manera sostenible”. El resto de hoteles para insectos se van a ubicar en el Parque del Pilar, dos en el Parque Isabel de Castilla (frente al Hospital General) y otro en el Parque Antonio Gascón (junto al cementerio).
Por otra parte, Santiago Gálvez, profesor de jardinería del Colegio de Educación Especial Puerta de Santa María, explicaba que la intención era “buscar una actividad beneficiosa para la ciudad, que pudiera aunar tres de los talleres de capacitación que tienen: jardinería, reprografía y madera”. Con este proyecto se favorece el control de plagas con insectos beneficiosos como las abejas, mariquitas y crisopas, que lo utilizarán como refugio, gracias al uso de materiales como la madera o el corcho; así como el hecho de favorecer la polinización gracias a especies como las avispas solitarias “fomentando la biodiversidad sin echar productos químicos”. Añadía Gálvez, que a veces matamos insectos pensando que son poco útiles, pero, por ejemplo, “la larva de dientes afilados se come a la larva de la oruga”. Una iniciativa muy interesante, a la que desde el Colegio de Educación Especial se anima a otros centros educativos para que la pongan en práctica, ya que el alumnado, como ha explicado Manu, en representación del resto de jóvenes, ha supuesto una experiencia muy positiva “ha sido genial y lo hemos pasado muy bien”.