Adela Alcaraz.- Hoy es 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, y con motivo de dicha efeméride, quiero hacerme eco de la difícil situación que atraviesan muchas de las personas que ejercen el periodismo o que simplemente informan a través de redes sociales, porque en muchos países del mundo estas personas sufren a menudo amenazas y agresiones, y son encarceladas e incluso asesinadas por realizar esta importante labor que es la de informar, que en muchos países se ha convertido en una actividad de alto riesgo.
En numerosos países de todo el mundo se han cerrado periódicos, radios y televisiones y se ha amenazado a los y las profesionales que trabajaban en ellos, por ser críticos con sus gobiernos, se han dictado leyes restrictivas del ciberespacio, se han bloqueado plataforma de redes sociales y canales de Telegram, privando casi por completo a la población de la posibilidad de acceder a una información objetiva, imparcial y no manipulada.
También es preocupante el uso de la tecnología para silenciar opiniones críticas. Tecnología como el software espía Pegasus, de la empresa israelí NSO Group, cuyo uso Amnistía Internacional ha documentado contra periodistas en países como por ejemplo, Marruecos o El Salvador.
En países de América Latina las personas que trabajan en los medios de comunicación viven permanentemente amenazados por las autoridades o por grupos armados locales, y muchos de ellos son asesinados, como ocho periodistas asesinados en México en lo que va de 2022.
En Rusia, las protestas generadas en todo el país con motivo de la invasión de Ucrania, desataron una nueva oleada de represión. El gobierno del país impuso la censura para silenciar la disidencia, y ordenó que todos los medios de comunicación usaran exclusivamente fuentes oficiales que tuvieran el beneplácito del Estado. Quedaron prohibidas las palabras “guerra”, “invasión” y “ataque” para definir las acciones militares de Rusia en Ucrania, y según OVD-Info,ONG de observación de la actuación policial, al menos 13.800 personas que se manifestaban de forma pacífica han sido detenidas en las concentraciones contra la guerra celebradas en el país. Numerosos sitios de noticias han sido bloqueados en Internet, un número considerable de periodistas se han exiliado y profesionales de los medios como Mikhail Afanasyev y Sergei Mikhaylov han sido acusados de difundir “deliberadamente información falsa sobre las Fuerzas Armadas rusas”. De ser declarados culpables, podrían permanecer hasta 10 años en prisión.
Esta situación no puede continuar, debemos defender la libertad de prensa e información, y a las personas que ponen en riesgo su vida y su libertad por defenderlas, porque corremos el riesgo de que estas violaciones de derechos humanos queden ocultas e impunes.
Atentamente,
Adela Alcaraz