A Raquel, compañera del alma

Jovita Vozmediano Sánchez.- “Cuando el dolor cae sobre ti sin paliativos, lo primero que te arranca es la palabra.” (Rosa Montero, “La ridícula idea de no volver a verte).

Sin palabras. Carezco de la maestría necesaria para hallar las palabras precisas capaces de definir mis emociones y mis sentimientos ante el temprano e inesperado fallecimiento de nuestra querida compañera y amiga Raquel: consternación, desconsuelo, tristeza, incredulidad, dolor, impotencia, desolación…

Incredulidad… Desolación… Incredulidad… Me resulta imposible pensar que no vamos a volver a verla, a charlar con ella, a compartir su alegría y su buen humor, a disfrutar del regalo de su compañía, de su espontaneidad, de su sonrisa… Esa sonrisa que se adueñaba de todo.

Porque Raquel era, es, una mujer auténtica, excepcional; una guerrera incombustible y valiente; una persona querida y respetada por todos: generosa, creativa, íntegra, paciente, optimista, leal, coherente, comprometida…

Comprometida con Puertollano, con la ciudadanía, con los más vulnerables, con la justicia social, con los derechos humanos, con el estado de bienestar, con lo público, con la igualdad de oportunidades, con su familia, con sus amigas y amigos, con sus compañeras y sus compañeros del Partido Socialista Obrero Español. Porque Raquel era, es, una mujer socialista feminista, una defensora de los derechos de las mujeres.

Su militancia en el socialismo se remonta al año 1984. Primero en Juventudes Socialistas y posteriormente en el PSOE desde donde ha trabajado para avanzar hacia una sociedad más justa y más igualitaria.

Con su sencillez, inteligencia, dedicación, humildad y empatía se ha ganado el corazón, el cariño y el respeto de todas y de todos.

Raquel es esa persona tan especial que te hace pensar que, en el mundo, existen cosas tan buenas y tan mágicas como ella.

Por eso soy incapaz de asumir que “un empujón brutal la ha derribado” y que tendremos que vivir con el dolor  de su ausencia.

La buscaré y la adivinaré en el esplendor de Madrona, en su paisaje repleto de colorido y de belleza, en el perfume de los jarales, de los madroños, del brezo, del romero, de la mejorana o del cantueso.

Y le repetiré ¡Cuánto la echamos de menos! ¡Cuánto la queremos! ¡Cuánto la recordamos! ¡Cuánto hemos aprendido de su socialismo, de su feminismo, de su lealtad, de su coherencia, de su lección de vida!

¡Y cuánto nos queda por aprender de ella! Y es que, querida Raquel…

Aún tenemos que hablar de muchas cosas.

¡Compañera del alma, compañera!           

  Puertollano, 15 de marzo de 2022                    

Jovita Vozmediano Sánchez

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