Jesús Millán Muñoz.-Helga niña judía de Praga, empezó a escribir y dibujar un diario a los ocho años, después fue llevada al gueto de Terezin, después al campo de Auschwitz, después Freiberg, después a Mauthausen.
De los quince mil niños de Terezin que fueron enviados a Auschwitz solo cien sobrevivieron, entre ellos Helga Hoskova-Weissová (1929). Según ella, fue ayudada a sobrevivir por dos españoles en el campo de exterminio, José Rasal Río y Manuel Obatlero Dominiguer.
Cuenta la autora, que Terezin, fue una especie de ciudad escenario o teatro, para aparentar ante las autoridades mundiales y la Cruz Roja, que los judíos eran bien tratados. Nos cuenta la autora, que en Terezin, dibujada, y que había juegos, y cuidadores que les intentaban que no sufriesen tanto por la separación de sus padres o por las circunstancias, ella estaba en una especie aula-barracón de niñas. Incluso, que intentaban que no perdiesen los principios morales.
Problemática
Posiblemente, desde el principio del mundo, desde el primer homo, el habilis, el humano y la humanidad, se plantea el problema del bien y del mal, quizás, esa sea la pregunta humana, la que nos hace humanos. La que nos plantea, que aunque podamos realizar muchas cosas y actividades, no todas son conformes a la humanidad, a la correcta moralidad.
Cuándo hoy, el hoy que puede durar varios siglos, personas y colectivos y pensadores, plantean el relativismo de la moral, el materialismo de la moral, la moral como hedonismo, y, otros tipos o sistemas de moral. Uno, se pregunta, si son conscientes, que disponer teórica y en la práctica, una moral o sistema moral u otro, no es indiferente. Que la moral, como el aire está en todas las realidades humanas. Y, una buena moral, hace florecer la esperanza, y, una moral deficiente, hace crecer las púas en las carnes y en las almas.
Si una moral errónea o enferma o falsa o no bondadosa se establece en el corazón de un ser humano, como las máquinas que hacen agujas a cientos, esa persona repetirá esos tipos de actos negativos, para sí o, y, para los otros. Entender y conocer una ética lo más correcta posible, y, después, llevarla a la práctica, es esencial. Es, diríamos, el gran trabajo que todo ser humano debe hacer. Puede tener cualquiera de los oficios o profesiones de la vida, pero después, todos, deben buscar la moral más correcta, porque eso es lo que nos hace humanos.
Con razón, en los medios de comunicación, cada año se repite, la enorme cantidad de talento humano de nuestra sociedad, tiene que emigrar, casi siempre se citan las profesiones y vocaciones tecnológicas y científicas. Pero no somos conscientes, de todo el talento, que quizás, se agosta y angosta y anula quedándose al lado de nosotros, o también emigra, en los campos de las humanidades, la cultura, la filosofía, el pensamiento, la literatura…
Puede, usted pensar, con razón o sin ella, que qué aportan las disciplinas no científicas. Puede usted pensar, que aportan poco. Pero puede usted pensar, que dichos saberes, con sus enormes limitaciones, son los fundamentos teóricos, de momento, y, prácticos, de momento, de toda la realidad que todavía el método científico no ha abordado.
Dicho de otro modo, necesitamos que avancen más los saberes en humanidades, filosofía, pensamiento en general, cultura, teología, artes, literatura, que nos permitan entender y conocer la realidad mejor, de forma más correcta, de forma más humana, de forma más bondadosa, de forma más bella y de forma más verdadera. Para que no se repita la epidemia de la guerra, para que no se repta los campos de concentración, para que no se repita ningún genocidio en el mundo…
Consecuencias
En estos últimos años he estado construyendo una serie de artículos sobre Diarios, diarios de niños y niñas, diarios escritos en situaciones dramáticas y trágicas. Primero, para que esas memorias no se pierdan, segundo, como una forma de homenaje a esos niños y niñas, y, a todos los adultos que tuvieron que pasar por esas circunstancias; tercero, para analizar conceptos, para poder entender y comprender el mal y los males, para que podamos poner terapias, que no se repitan…
¿Cómo la humanidad ha caído, de vez en cuando, en locuras colectivas de este tipo? ¿Cómo en la Europa del siglo veinte, como en Centroeuropa, que se consideraba el territorio mundial con más cultura…? ¿Cómo la sociedad que creó las primeras leyes en defensa de los animales, fue capaz de realizar estos actos…? ¿Cierto que no fue toda la sociedad, quizás, no llegó a un diez por ciento de la población…?
Solo nos queda leer estos diarios, pensarlos, meditarlos, razonarlos, comprenderlos, entenderlos, y, quizás, a alguien, se le ocurra alguna idea, que nos proporcione luz, para que esto no se repita. Creamos, los Derechos Humanos y, son una enorme herramienta para este fin. Pero nos faltan todavía más conceptos y mejores prácticas.
Quizás, hayamos olvidado, que desde hace siglos, tenemos ya conceptualizada la moral y la ética, que nos puede evitar estas realidades. Solo es cuestión de aplicarla, por parte de individuos y colectivos y sociedades y Estados. Es cuestión que seamos más morales. Esta es la solución. Usted también, yo, yo también…