Juan Antonio Callejas Cano. Diputado nacional por Ciudad Real.- La respuesta es: SI. Va mal, muy mal. Frente a la España de ensueño que nos pintó el todavía presidente Sánchez en su última comparecencia televisiva, la realidad, como no podía ser menos, se impone sobre las mentiras. Se le debió olvidar que dentro de ese paraíso terrenal en el que, según él, vivimos en España, los precios han subido y van a seguir subiendo y, por tanto, nos van a hacer la vida más difícil y estrecha de lo que ya la tenemos. En 2022 van a subir, sobre losprecios que ya están, desde la luz hasta los sellos, pasando por la cesta de la compra.
El Índice de Precios de Consumo (IPC), durante 2021, llegó a más del 6,7%, porcentaje que es el más alto de los últimos 30 años, concretamente desde marzo de 1992. Los responsables, en parte, de esta subida fueron la electricidad y los carburantes, precios que también repercutieron en el encarecimiento de la cesta de la compra, debido, sobre todo, al efecto que tienen sobre los alimentos el precio de la luz, que alcanzó, el día 22 de diciembre, los 383,67 euros de media el megavatio hora (MWh) y ello pese a que el Gobierno se había comprometido a que la factura media de los españoles en 2021 sería igual a la de 2018. Promesa que no solo no cumplió sino que, además, Sánchez trato de ocultar en su comparecencia olvidando que tres de cada 10 hogares (3,6 millones) han pagado la luz más cara en 2021, hecho que sí reconoció pero inmediatamente se fue a los valores medios de todo el conjunto de los españoles para que quedase tapado y oculto ese incumplimiento. Por si esto fuera poco, todos los expertos apuntan que, en 2022, los precios seguirán castigando el bolsillo de los ciudadanos y, junto a los precios, también entrará en vigor el incremento en las bases de las cotizaciones-lo que es un impuesto al trabajo- y subirán muchos otros impuestos, algunos aún por definir en la reforma fiscal que ultima el ministerio de Hacienda.
Lo peor, sin embargo, no es lo que ha ocurrido sino lo que va a seguir ocurriendo en este 2022. Según los expertos el alto coste de la factura de la luz seguirá siendo el gran protagonista durante todo el primer trimestre del año ya que pronostican que el precio mayorista de la luz se mantendrá por encima de los 400 euros por megavatio hora, impactando directamente en el recibo de todos aquellos hogares acogidos a la tarifa regulada PVPC. Algo semejante ocurrirá con el gas cuyas tarifas reguladoras subirán, al menos, un 5,48% desde el 1 de enero de 2022 y lo harán, especialmente, para aquellos consumidores que están acogidos a la Tarifa de Último Recurso (TUR). En concreto, para la TUR 1 (consumos anuales menores de 5.000 kilovatios hora (kWh) el precio anual subirá un 5,48%, y para la TUR 2 (consumos anuales entre 5.000 kWh y 15.000 kWh) la factura anual subirá un 6,78%. Y, en cuanto al petróleo, las previsiones también son poco esperanzadoras ya que el precio del barril será de 85 dólares en 2022, y de 110 dólares en 2023.
En esta subida de precios juega un papel fundamental la inflación que ha afectado a la subida en los productos de consumo más básicos, siendo los grupos los alimentos y bebidas no alcohólicas los que mayor influencia tienen en el incremento de la tasa anual del IPC, y cuya variación se sitúa en el 3,3%. Concretamente el aceite de oliva ha aumentado, según datos del INE, en un 25,5% en todo 2021 y, en 2022, el grupo Dcoop, que es mayor productor de aceite a nivel mundial, ya ha anunciado que, en 2022, va a subir el precio de su aceite de oliva y de sus aceitunas con el fin de poder hacer frente a esta situación. La cerveza, por su parte, seguirá la misma línea y así lo ha hecho saber Heineken, quien ha advertido que tendrá que subir los precios a partir del 1 de enero.
El precio de la vivienda subirá en torno al 4% en 2022 debido tanto al encarecimiento de las materias primas como a la elevada inflación actual y previsiblemente a medio plazo. El alquiler en 2022, por tanto, también crecerá.
Un respiro, sin embargo, nos lo da el euríbor (recuérdese su papel en las hipotecas) que, según un estudio de Bankinter, seguirá siendo negativo: el -0,30% a finales de 2022 y -0,20% en 2023, y no empezará a subir hasta 2023 aunque seguirá por debajo del 0% hasta 2030.
Para completar el panorama que nos espera en este año hemos de traer a colación la entrada en vigor de los impuestos sobre los Envases de Plástico de un sólo uso, el impuesto de Depósitos de Residuos o el que se impondrá sobre los Gases Fluorados y el nuevo impuesto de matriculación que hará que el precio de los coches suba una media de 800 euros. Del mismo modo, a partir del 1 de enero, se incrementarán los peajes en un 1,97% en las autopistas dependientes del Estado exceptuando cuatro autopistas que tendrán una subida adicional: la AP-7 Alicante-Cartagena (2,99%); la AP-9 Ferrol-Portugal (2,99%); la AP-46 Alto de las Pedrizas-Málaga (2,99%); y la AP-6 Villalba-Adanero (2,84%).
Podemos resumir diciendo que, durante 2021, la media de incremento que ha tenido cada español ha sido de un 41% más que en 2020, debido a que los combustibles han subido hasta el 26% la gasolina, y hasta un 28% el gasoil, subidas que han elevando de manera considerable la factura media del hogar. Y, las previsiones para 2022 es que subirán los siguientes productos: precio de los huevos: un 4,9% más; precio de la carne ovina: un 15% más; precio del aceite de oliva, un 23,6% más; precio de los refrescos, un 10% más. Productos que a todas luces son básicos y afectan a una gran cantidad de familias españolas.
Este es el panorama real de nuestra economía y no el que Sánchez nos quiere vender a base de mentiras.