La Consejería de Educación, Cultura y Deportes, a través de la empresa pública Trasgsa, ha concluido las obras de urgencia tanto en los castillos de Zorita de los Canes como de Alcaraz, que habían sufrido desperfectos ocasionados por las fuertes precipitaciones de la DANA que tuvo lugar el pasado día 1 de septiembre.
La viceconsejera de Cultura y Deportes, Ana Muñoz, ha señalado “que, desde el Gobierno regional, hemos querido actuar desde el primer momento para preservar lo mejor posible estos dos monumentos de nuestro patrimonio cultural y ha añadido que a estas obras de urgencia le seguirán otras para seguir mejorando la conservación de los mismos.
En concreto, en el Castillo de Zorita se ha procedido al desescombro y consolidación de parte de la muralla exterior, ya que la torre semicircular de la barbacana por donde se accede a la puerta califal con arcos de herradura colapsó.
Los trabajos comenzaron con el balizado y vallado perimetral de la zona afectada por el derrumbe, así como los accesos al mismo con el objetivo de dotar de seguridad a la zona.
Posteriormente, se estableció un plan de actuación para la retirada de los restos desplomados de la torre, así como un análisis de seguridad para la ejecución de los trabajos. En dicha planificación, se incluía una peritación arqueológica en los accesos a la zona afectada, con el objetivo de planificar los futuros trabajos de limpieza, desescombro y acopios de materiales procedentes del derrumbe de la torre.
Los trabajos de desescombro de la torre colapsada han dado como resultado la retirada de 215 toneladas de piedra y tierra procedentes del derrumbe, localizándose la base de la torre circular, así como la muralla adyacente a la misma.
Tras estos trabajos, se iniciará el acondicionamiento de la entrada al castillo para que las visitas al interior del castillo puedan retomarse a la mayor brevedad posible.
Por lo que se refiere al Castillo de Alcaraz se han llevado a cabo obras de apuntalamiento y consolidación de la torre Morcil, uno de los baluartes erigidos en el siglo XV, fruto de las últimas reformas llevadas a cabo en esta fortaleza por el Marqués de Villena.
Se ha instalado un andamiaje para evitar su posible desplome, lo que hubiera provocado la pérdida irreparable de uno de los elementos más característicos del monumento, con un enorme impacto paisajístico y visual dado que, por su posición, constituye un elemento visual de primer orden desde el casco urbano.
Igualmente, existía el peligro de que parte de su fábrica pudiera afectar con su derrumbe, a bienes materiales pertenecientes al casco urbano, dada la acusada pendiente de la ladera en la que se sitúa la estructura, y la proximidad, al pie de la misma, de diversas construcciones habitadas en zona urbana.
Además de la instalación de este andamiaje, se han iniciado los trabajos de estabilización de la estructura, así como estudios planimétricos, topográficos y de control arqueológico para las futuras actuaciones que promuevan su restauración definitiva.