Jesús Millán Muñoz.- Fernando Sánchez Gómez y Emy Armañanzas publicaron un artículo-estudio titulado Carmen Rigalt, columnista de El Mundo, en la Revista Tonos de julio del 2009.
No hay que indicar que es un estudio sobre el columnismo de Carmen Rigalt, escritora y columnista. El concepto de olla express, se lo puso Umbral, en una crónica-comentario-artículo, en forma de homenaje, en varios sentidos, por un lado, la utilización profusa de cuestiones domésticas en el articulaje de Rigalt, también, debido a un lenguaje literario, por tanto, poético, pero diríamos inteligible por y para todo el mundo, y, por incluir ejemplos y metáforas de la vida cotidiana, de una mujer en su caso-casa-familia, de Rigalt, se ha hecho famoso el artículo sobre los calcetines descabezados. A veces, pienso que sería el Arte Pop americano aplicado a la columna…
Como he indicado, en otros artículos estoy realizando una especie de serie sobre columnistas españoles, de estos dos últimos siglos, primero, para homenaje hacia ellos, segundo, para aprender y aprehender de ellos y de ellas, para comprender-entender el mundo o trozos del mundo, desde otras perspectivas-dimensiones-horizontes, y, para eso, utilizo dos metodologías, a unos por unas razones y otras, les dedico un artículo completo, indicando su nombre en la cabecera, a otros, cito algunos de sus columnas, y alrededor de ellas, con excusa de su tema o su perspectiva monto un modesto artículo, al menos arco de medio punto.
En este caso de Rigalt, comentamos este artículo-estudio, en el que los dos autores tratan diferenciar-diseminar-sintetizar los elementos esenciales de la retórica-estética de Rigalt, a la luz de Aristóteles, y las evoluciones sucedidas posteriormente. La cuestión del artículo si es literatura o no. Insertan a nuestra autora en lo que denominan el “artículo personal”, diferenciándolo, del que podríamos indicar nosotros “artículo especializado o de especialistas” (temática social o económica o política, que generalmente lo enhebran expertos en dichas ramas o periodistas de larga trayectoria en esas temáticas).
En la temática del artículo personal, casi siempre, se indica literario o poético-literario, en la lengua española y en este terruño pentagonal de la Península Ibérica, ha sido un género muy demandado-sembrado-horadado-trillado, por grandes columnistas, desde hace dos siglos y pico, se comienza con Larra, Mesoneros, Alarcón, pasando por Ruano, y el gran Umbral, que es considerado el mayor columnista del siglo veinte. Por otro lado, en España casi todos los escritores han colaborado en los periódicos en formas de columnistas, primero, porque les gustaba, segundo, porque era una manera complementaria para vivir-sobrevivir, ya que los libros no son suficientes para ese menester, también, para tener lectores y lectoras, para ocupar un lugar en la sociedad y la cultura, algunos, porque lo consideran un género literario a igualdad-semejanza con otros, etc.
Más de la mitad de los actuales columnistas-articulistas que están hoy en todos los medios de comunicación papel o digital o papel-digital son a su vez escritores o escritoras, que materializan sus ideas y observaciones en este género, pero también en el resto de los literarios, pero incluso, muchas personas que están en las redes sociales, exponiendo sus artículos, les sucede lo mismo. Por lo cual, parece que el género en sí, no tiene indicios de que se termine. No entramos aquí, en la diferencia entre el artículo anglosajón, diríamos de especialistas y datos y argumentos, y el artículo español personal-literario, en el que se combina algo de lo anterior, pero con la personalidad del autor, con mecanismos puramente literarios, tomados de la retórica-oratoria y estéticas de siglos y actual, etc.
Personalmente pienso-siento-deseo que esa clasificación anterior, de columna anglosajona y de expertos-especialistas, y la columna española literaria y de opinión o personal. Que ambos tipos también se siembran-cosechan-pasteurizan en lenguas ibéricas, es una taxonomía-clasificación pertinente y explicativa. Rigalt, como hemos indicado se sitúa en la segunda, por consecuencia, los autores del artículo que comentamos, explicitan-explican algunos elementos, como el concepto de columna personal, el concepto de ethos, análisis de un número limitado de columnas, en un tiempo y en un medio, las temáticas-asuntos perspectivas-ópticas de Rigalt, y, para no cansar más, algunas retóricas concretas (léxicas, metáforas, etc.). Por supuesto la conclusión o conclusiones. A mi me parece el esquema general, muy semejante a una tesis doctoral realizada sobre el articulismo de Umbral, presentada por Gómez Calderón en el 2001 en la UMA Universidad de Málaga. Cosa que por otro lado, me parece correcta y pertinente e inteligible e inteligente…
Como todo en la vida y en lo humano, al menos en este mundo, tiene que terminar, hay que meter las tijeras en estas cientos de palabras, y darle una conclusión. Yo, personalmente, incidiría dos cuestiones, una, que usted amable lector/a lea-piense-sienta-perciba-medite columnas de nuestra autora.
Segundo, que nos planteemos, que debería hacer la comunidad periodística, literaria, universitaria para intentar elevar la columna, a un género a semejanza de la poesía, teatro, novela, aforismo, etc. Géneros que con todos ellos, tiene puntos en común, trasvase de lenguajes, retóricas, estilísticas, contenidos. Al final, un artículo es una minisinfonía de mil palabras. No solo es un violín o un soneto, como diría el gran columnista Umbral, ni siquiera es solo un cuarteto. Pero en fin, en una columna también se puede hiperbolizar-exagerar un poco. Lo permite el formato y el tendido de las ocho de la mañana, no de las cinco de la tarde…