Manuel Valero.- Antes de que acabe la esperada FELIP -Feria del Libro de Puertollano– no me resisto a hacer unas consideraciones con permiso de los editores, libreros y técnicos de Cultura municipales. No trato de pontificar, Dios me libre, nunca mejor dicho. Es una opinión personal dado que se trata de una actividad que me alcanza de lleno.
Como todo en esta vida, es cuestión de dinero, entiéndase esto como que el dinero si va unido a iniciativa, creatividad y entusiasmo viene muy bien para cualquier evento. Ya se sabe que la pasta no da la felicidad pero hace más llevadera la infelicidad.
En primer lugar una Feria del Libro, pese a quien le pese porque hay a quien le pesa, es imprescindible en cualquier ciudad que se precie. Así como es imposible imaginar una ciudad sin librerías, también lo es que no exista una parada anual alrededor del mundo editorial y de los libros en general. Claro que esto conlleva la voluntad decidida del poder público para que la actividad cultural constituya uno de los puntales de la gestión y no una simple asignatura maría que se cumple con muy poquito.
Lo siguiente es su consolidación para que a cada edición la FELIP se haga más atractiva y constituya a su vez una evento cultural sin que esto esté reñido con lo comercial. Editores, libreros y autores también comen, aunque en el caso de estos últimos no solo o únicamente de los libros.
Para que una Feria librera sea atractiva es imprescindible un programa de actos paralelos, al aire libre y frontero al lugar donde está ubicada. Se me ocurre, por ejemplo, un cuentacuentos, un teatro de calle, un cuarteto de cuerda, un monologuista. Estos actos, además de abrillantar la pátina cultural del evento, actúan como cebo. Las presentaciones de libros si es que coincide la novedad de la obra con la Feria también es un aliciente y considero el mejor lugar el propio Paseo de San Gregorio bajo carpa, si la Feria regresa a sus fechas naturales y si el tiempo no lo impide, claro.
Tampoco es descabellado contactar con un par de escritores/as reconocidos editorialmente por la organización para que acudan a la FELIP a firmar ejemplares y hablar con los lectores. En este mundillo hay también, como en todos, divos y divas, que cobran una pasta pero también los hay de renombre que estarían encantados de venir por el billete de tren y la noche de hotel.
La infraestructura es esencial y como no cabe otra, depende del Ayuntamiento. ¿Depende? En parte. Los expositores han de pagar un canon por estar lo cual les merma de algún modo las ganancias. Es verdad que es una actividad privada pero está inmersa en el acervo cultural de una ciudad y para ello el Ayuntamiento debe involucrarse a fondo. ¿Cómo? Asignando un presupuesto anual, y que en estrecha colaboración con el gremio se haga un programa atractivo. LA FELIP es tanto de los libreros y editores como del Ayuntamiento. Una buena Feria del Libro prestigia una ciudad. Es cierto que nuestro Ayuntamiento anda un poco a dos velas pero no se trata de un presupuesto desorbitado. No sé si en este caso se podrían buscar sponsor. Como dice Javier Flores el editor, Puertollano tiene tres ferias, la de Mayo, la de Septiembre y la del Libro y aunque la septembrina sean fiestas patronales se le entiende por el contexto.
Tampoco estaría de más, invitar a otras librerías de la provincia. En su decisión está acudir o no a la FELIP.
Y como detalle prescindible, pero coqueto, un hilo musical común que cree un espacio melódico en el ámbito de la feria también sería un buen toque para un ambiente librero, así como charlas de los escritores locales con sus paisanos, lecturas de capítulos o de poemas, los poetas, bajo carpa.
Dichas estas pinceladas, a modo de opinión, me satisface el hecho de que esta edición también contribuye a la sensación de regreso a la normalidad, sin calificativos estúpidos de vieja o nueva, pues es atemporal, y que en los últimos años se ha producido una interesante eclosión de escritores y escritoras de la comarca al tiempo que se ha despertado cierto interés por los autores locales por parte del público vecino.
Seguro que el gremio tiene más y mejores ideas que las expuestas, pero todo sea con el deseo de una FELIP consolidada y mejor año tras año… si es que la economía municipal lo permite. Nada más.
Sr.Valero todo esto se hará cuando entremos de lleno en la nueva normalidad, tenemos memoria de pez?
Un niño pasa con su padre delante de una librería y le pregunta ¿QUÉ VENDEN AHÍ? Y el padre le contesta…inteligencia y creatividad, es decir LIBROS, hijo mío.
Bueno, a pesar de todo, se está avanzando hacia una feria con tres características principales: inteligente, digital y sostenible, y con el visitante en el centro de la estrategia……