El acusado de matar a un hombre con un cuchillo de cocina en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) no ha admitido los hechos por los que se le acusa y ha mantenido que fue el fallecido quien se cayó encima del cuchillo. El procesado responde a las iniciales de M.C.V., un varón de 25 años sin antecedentes penales.
Así lo ha manifestado este lunes durante la primera sesión de un juicio que terminará, como se ha previsto, este viernes y en el que han testificado el procesado, un amigo de éste y el primo del fallecido I.G.R.. El finado tenía esposa y un hijo de tres años.
La sesión ha comenzado con las palabras de la Fiscalía, que ha resaltado que tiene «el total conocimiento de que el acusado mató» ya que existen pruebas que así lo acreditan y se ha dirigido al Tribunal del Jurado diciendo que «por dura que sea una condena, más dura es la pérdida de una vida humana».
Por su parte, la defensa de la viuda y el descendiente del fallecido ha manifestado que se trata de un delito doloso que «sin lugar a dudas, no podía tener otro resultado que la muerte» y ha pedido al Tribunal del Jurado «que sean lo más objetivos posible».
Mientras, el abogado defensor del acusado ha calificado el delito de homicidio por imprudencia ya que «las participaciones causales por circunstancias ajenas llevaron al fallecimiento».
Así, el acusado ha dicho durante su testimonio que el fallecido y él, nacidos en Rumanía, son del mismo pueblo. Ha contado que fueron a la escuela y jugaban juntos en su país de origen cuando eran pequeños y que se encontraron de nuevo en España, «donde ya solo se saludaban».
M.C.V. está acusado de matar a I.G.R. con un cuchillo de cocina tras tener una discusión con el primo del fallecido por teléfono en la que llegó a decirle «cuando te encuentre, te voy a pillar con el coche».
Así, el escrito fiscal relata que el acusado le dijo que se encontrarían en la rotonda del Madrugador de la localidad de Villarrubia de los Ojos el 27 de julio de 2019.
El acusado, al volante de un coche y en compañía de su amigo, se dirigieron hacia el lugar donde se encontrarían con el fallecido y su primo.
El fallecido se dirigió hacia el lado del conductor e introdujo sus manos por la ventanilla, donde se produjo un forcejeo, momento en el que M.C.V cogió un cuchillo de 26 centímetros de longitud y 15 centímetros de hoja y se lo clavó al fallecido seccionándole el corazón y causándole la muerte. Mientras tanto, el primo del fallecido intentaba acceder por el lado del copiloto.
Seguidamente, el acusado se apeó del vehículo, cuchillo en mano, y salió tras el fallecido y su primo al tiempo que les gritaba «os mato», para, a continuación, introducirse en el vehículo, emprendiendo la huida, abandonando el lugar.
Según ha declarado el acusado, estaba muy asustado. «Me pegó en el cuello, me dieron una patada e intentaron sacarme del coche», ha añadido.
En tal declaración, la fiscal ha interrumpido alegando que en una de las anteriores declaraciones que el acusado realizó en el Juzgado de Daimiel, dijo que el fallecido intentó darle un puñetazo, por lo que existe una contradición en su relato.
Además, M.C.V. ha dicho que I.G.R. «tenía una cosa en la mano derecha, como un metal». «No lo ví con claridad», ha dicho, asegurando que fue el mismo I.G.R. quien se cayó encima del cuchillo. «No lo vi con claridad, estaba encima de mí y no pude verlo bien», ha añadido.
Asimismo, ha dicho que el cuchillo lo llevaba en el coche porque no funcionaba una bombilla del vehículo. «Era sábado y no había ningún taller abierto, mi madre cogió un cuchillo de casa para cambiar la bombilla y como tenía mucha prisa, lo dejé en el coche», ha relatado.
Por su parte, el primo del fallecido ha relatado que el acusado le dijo que si le veía por el pueblo, le pillaría con el coche. «Llamé a mi primo, que trabajaba conmigo y el padre de M.C.V. y sabía todo lo que estaba ocurriendo». Ha asegurado que el acusado le buscaba por el pueblo.
Mientras, el copiloto del vehículo y testigo de la riña ha explicado que ellos no tuvieron la intención de atropellar a nadie y que no vio ningún apuñalamiento.
El acusado se enfrenta a penas de entre 14 y 15 años de prisión por un delito de homicidio. Este martes continúa el juicio con los testimonios de más testigos, entre ellos el de la viuda, la madre del acusado y de un vecino que supuestamente vio cómo el acusado cambiaba la bombilla de su coche.