Page pide que la nueva financiación autonómica se revise automáticamente con criterios fijos que eviten el «compadreo»

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha abogado por que el nuevo modelo de financiación autonómica venga aparejado de «criterios estables que se revisen automáticamente» conforme a distintas variables que permitan su modulación al margen de «debates o compadreo político».

Ha sido una de las cinco reflexiones que ha enunciado el presidente regional en la ponencia ‘La financiación de las autonomías: atender a la diversidad y a la cohesión’ en el III Foro de La Toja junto a los presidentes autonómicos de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y Comunidad Valenciana, Ximo Puig.

García-Page ha considerado que en los últimos años «ha cambiado mucho» lo que le toca gestionar a cada administración, y ahora el objetivo es aclarar «cuánto tiene que gestionar el Estado y cuánto tiene que ceder».

Las autonomías «gestionan el 90% de lo que le preocupa a la gente», y asumen competencias como sanidad, educación y servicios sociales, «expansivas y elásticas».

Ha abundado en que hay algunas competencias autonómicas que se basan «en leyes que establecen derechos», como es el caso de las ayudas a la Dependencia, al respecto de las cuales Castilla-La Mancha tiene una deuda del Estado de 500 millones de euros. «Y son derechos que me pueden reclamar a mí ante los tribunales», ha avisado.

En su opinión, hay varios niveles de competencias en las comunidades autónomas y los de primer orden son los que hay que cuidar. También hay, ha dicho, «competencias secundarias», y después «caprichos». «El que se quiera pagar oficinas por el mundo que lo haga, pero eso no depende de Ceuta, ni de Melilla ni de Castilla-La Mancha».

EL «DEBATE IMPERFECTO» QUE HACE «IMPOSIBLE» EL ACUERDO

Para el líder del Ejecutivo autonómico, el debate sobre la financiación autonómica será siempre «imperfecto», ya que se basa en hablar de «cómo gastar, pero no de cómo ingresar».

«No veo posible un acuerdo en España sobre política fiscal porque hay mucha demagogia, incluso entre comunidades autónomas», ha advertido García-Page.

Otra de sus reflexiones al respecto pasa por el hecho de que en España hay «17 mercados diferentes», tantos como comunidades autónomas, y «todo lo que sea fragmentar el mercado cuando se requiere lo contrario» es negativo.

En esta línea, ha reparado en que a nivel europeo se apuesta por la convergencia y «el espacio único», mientras que en España «nos empeñamos en 17 economías diferenciadas, muchas de ellas irreales, y ese no es el camino».

Por ello, le gustaría «trabajar en la idea de la convergencia y la cohesión». «Que la misma que exigimos a Europa nos la prediquemos a nosotros mismos».

Una premisa más aportada por García-Page es la de «distinguir el dinero que reclaman las comunidades autónomas» del dinero que finalmente llega a las autonomías, ya que hay más aportación de fondos por parte de la administración del Estado.

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