El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) y el Comité de Expertos de Patología Cerebrovascular de la región están trabajando en una nueva actualización del Protocolo regional del Código Ictus, para incorporar nuevas líneas de actuación basadas en la evolución de la ciencia y en la experiencia adquirida en Castilla-La Mancha en la aplicación de este protocolo.
Para ello, el director general de Asistencia Sanitaria del SESCAM, José Antonio Ballesteros; la directora de Hospitales, Isabel López San Román; y el gerente de la Gerencia de Urgencias, Emergencias y Transporte Sanitario (GUETS), Miguel Ángel Atoche, han mantenido un encuentro con el jefe del Servicio de Neurología de Toledo, Carlos Marsal; el jefe del Servicio de Neurología de Mancha Centro, Enrique Botia, y el responsable de la Unidad de Ictus del Servicio de Neurología de Albacete, Óscar Ay,como representantes del Grupo de Expertos.
Durante la reunión, se han puesto de manifiesto alguna de las nuevas indicaciones que debe recoger el protocolo, tanto desde el punto de vista asistencial, como cuestiones referentes a la formación específica de los profesionales y a la capacidad organizativa en los centros hospitalarios de la región.
Desde que en 2009 se pusiera en marcha el primer protocolo a nivel regional, siendo pionero en España en dar servicio de forma continuada a toda la Comunidad Autónoma, se han realizado dos actualizaciones, en 2015 y 2018, siempre con el objetivo de mejorar el acceso y tratamiento de los pacientes.
En la actualidad, en Castilla-La Mancha existen siete centros que ofrecen el tratamiento trombolítico venoso y, desde 2015, dos nodos donde se lleva a cabo la trombectomía mecánica que son los hospitales de Albacete y Toledo.
El Código Ictus define qué pacientes se pueden beneficiar de cada técnica en la fase aguda del ictus, así como dónde derivar a cada paciente según las indicaciones y pruebas.
En la nueva actualización, y en base a las nuevas evidencias científicas y a la experiencia de los últimos años -más de 2.000 activaciones del Código desde 2018-, se pretende revisar esas indicaciones de acceso para valorar los márgenes de mejora. Además, desde el SESCAM se ha instado al Grupo de Expertos a realizar un balance para ver posibles cambios organizativos, así como necesidades de recursos.
En concreto, se dotará al personal de la Gerencia de Urgencias, Emergencias y Transporte Sanitario de nuevas herramientas, en forma de escalas diagnósticas y actualización de conocimientos, para detectar desde el inicio de la asistencia, en el medio extrahospitalario, si el paciente es subsidiario de beneficiarse de una trombectomía y, en función de ese resultado, derivarle, sin demora, al centro útil.
Además, potenciar el Registro que existe en la región sobre los pacientes en los que se activa el Código Ictus es otra de las líneas de actuación, pues se trata de una base de datos fundamental para revisar la asistencia realizada y conocer la presión asistencial que puede suponer, en cada momento, la atención al Código Ictus.
Tras esta reunión, se trabaja ya en una nueva versión del protocolo regional, consensuada entre las partes implicadas, con el objetivo de que pueda publicarse durante 2021.