La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba) ha interpuesto un escrito formal ante la Delegación Provincial de la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas de Guadalajara solicitando que inicie un procedimiento administrativo a fin de aclarar el presunto atropello con un vehículo al toro que escapó en la madrugada de este sábado de la plaza de toros de Brihuega.
La Asociación pide así al Gobierno regional que tome esta medida «a fin de aclarar los presuntos hechos y determinar las posibles responsabilidades que hubiese lugar y que, en su caso, se incoen expedientes sancionadores a quienes pudieran resultar responsables» de estas presuntas acciones, según ha informado Anpba en nota de prensa.
La denuncia se ha interpuesto con base en el Real Decreto 145/1996, Reglamento de Espectáculos Taurinos, que dispone la ‘prohibición absoluta de actuaciones que impliquen el maltrato y sufrimiento injustificado de los animales’, y el Decreto 38/2013, Reglamento de los festejos taurinos populares de Castilla-La Mancha, que dispone la ‘prohibición de maltrato.
«Esta luctuosa muerte de un animal que se sintió acorralado y quiso escapar es el ejemplo más reciente demostrativo de la necesidad urgente de una modificación de la normativa sectorial taurina de Castilla-La Mancha, en la que se realizan tantos espectáculos taurinos de sufrimiento animal», han reclamado desde esta organización.
A juicio de Anpba, urge que la normativa autonómica sobre festejos taurinos incremente sustantivamente las medidas de protección de las reses de modo que, en situaciones como la esta, los animales «no sean reducidos de tan inaceptables maneras sino que, previa valoración de cada caso y siguiendo las normas de la casuística, se contemple la posibilidad de que la autoridad competente aplique dardos tranquilizantes a los desdichados animales utilizados en este tipo de eventos, pues cabe recordar que las reses solo están ahí protagonizando situaciones que para ellos son extremadamente estresantes por mera diversión de unos pocos, pues los etólogos aseguran que las reses de lidia, como bovinos que son, y por su sentido gregario y de manada, tienen querencia a permanecer en el campo y con los suyos».
Por ello, utilizarlos para diversión, «además de lamentable, choca con las nuevas sensibilidades morales que están aflorando en la sociedad española, que ve con ojos cada vez más críticos que se utilicen sufrientes animales para proporcionar diversión», han añadido.
«Ha llegado el momento de trasladar esos crecientes valores morales y éticos a nuestro trato a los animales llamados ‘de lidia’, que no constituyen una raza aparte sino que han sido manipulados mediante selección genética para conseguir y potenciar aspectos psicológicos como la ‘bravura’, que este tipo de animales no poseen en su base genética, que es la de pacíficos herbívoros. Es hora de dejar de manipular y utilizar a estos animales, de dejarlos en paz, en reservas naturales donde el creciente turismo ecológico pueda admirarlos en la inmensidad de los campos y no en un coso taurino ni en las calles, en los que sientes acosados por el gentío vociferante», han concluido.