Agustín Mora Palomares. Secretario LGTBI del PSOE de la provincia de Ciudad Real.- Apenas acaba el mes del Orgullo LGTBI y en Ciudad Real seguimos encontrando dos posturas en lo que a las personas LGTBI de nuestros pueblos y ciudades se refiere: la de visibilizar la diversidad sexual y de género, como ha sido el caso en Calzada de Calatrava, en Tomelloso y en Piedrabuena, por poner unos ejemplos, y la otra postura, la de silenciar a las personas LGTBI, como hemos encontrado en Villamayor de Calatrava, Malagón y Villanueva de los Infantes.
Cuando se están dando pasos de gigante para la convivencia vecinal, el respeto a los Derechos Humanos y la dignidad de un colectivo discriminado históricamente como es el LGTBI, posturas equidistantes son tan perjudiciales como aquellas que contribuyen a los discursos de odio, negando el derecho de este colectivo y las violencias que sufren las personas LGTBI a diario también en las zonas rurales.
Hablemos claro, la crudeza que representa para las personas LGTBI que desde las instituciones se las silencien en nuestros pueblos hace que se tengan que marchar de ellos. No caben medias tintas ni ponerse de perfil, existen muchas formas de visibilizar el apoyo institucional y buscar excusas o pasar por alto esto responde a una estrategia que no es casual.
Silenciar a una parte de la población como han pretendido hacer algunos alcaldes populares en nuestra provincia es la cara más rancia de una sociedad que no es la mayoritaria ni merecen ser quienes representen a la ciudadanía.
El ejemplo más explícito lo da el alcalde de Villamayor de Calatrava, el diputado nacional Juan Antonio Callejas, al rechazar hacer cualquier gesto de apoyo al colectivo LGTBI que le habían pedido en un Pleno sus vecinos. El caso que ha saltado a medios de tirada nacional y que abochorna a cualquiera que no esté instalado en el extremismo, es la tónica general del ala dura que lidera el Partido Popular en la provincia y que deja abandonados a otros alcaldes populares como el de Daimiel y Porzuna, quienes no han tenido problema en saltarse lo que a todas luces parece una estrategia de invisibilización a las personas LGTBI.
Otro alcalde, el de Malagón, también tendrá que explicar por qué ha roto la unanimidad que alcanzaron hace dos años por la que se iba a dar visibilidad a las personas LGTBI. ¿Qué ha cambiado en el PP para que Adrián Fernández pase de “reivindicar y defender la libertad e igualdad de las personas LGTBI” en su pueblo en 2018 a olvidarse de ellas en 2021? ¿Es un olvido intencionado o una directriz del partido?
Y el otro ejemplo que ilustra la estrategia de silenciamiento es la vía de la confusión que el gobierno municipal de Villanueva de los Infantes ha llevado a cabo. Aquí han pasado de poner una balconera arcoíris a leer un manifiesto cambiando de hora la cita anunciada y dando excusas para no hacer nada más. Entristece ver cómo en Infantes en esto también decide su alcaldesa y el PP dar un paso atrás. En el apoyo a las personas LGTBI se necesita claridad y compromiso, no retroceso. Tiene que volver la balconera arcoíris al Ayuntamiento.
Precisamos compromiso unánime para que nadie tenga que marcharse de su pueblo por ser LGTBI, algo que como denuncian las entidades en la provincia está pasando. Necesitamos más iniciativas y quienes quieren apoyar a las personas LGTBI encuentran las formas de hacerlo, como han hecho Herencia, Valdepeñas, Carrión, Calzada, Piedrabuena, Socuéllamos, El Robledo y tantos otros Ayuntamientos de la provincia.
Podemos hablar mucho de las acciones que se llevan a cabo desde el tejido asociativo pero tenemos que preguntar por qué no existe unanimidad en la visibilidad las personas LGTBI en nuestros pueblos a quienes la rechazan, dificultan o imposibilitan. No se puede decir que se está con las personas LGTBI y luego donde se toman las decisiones no hacer nada o silenciarlas.