Pablo Díaz-Pintado Fernández-Pacheco*.- La Casa del Manifiesto, la muestra de arquitectura civil de mayor significación y proyección histórica que aún existe en Manzanares (Ciudad Real), sufre un acelerado deterioro con riesgo de destrucción y pérdida irreparable.
De confirmarse este escenario, el inmueble pasaría a engrosar la Lista Negra del Patrimonio de la localidad, que integran los desaparecidos edificios del Gran Teatro, el Casino, el Círculo Católico, la Casa del Pueblo, la Posada del Río, el Palacio del Conde Aguilar, la Posada de las Llaves, la antigua casa con balconada de la plaza, la Casa palacio de los Quesada, la Casa de la Carnicería, la Casa de la Maestra y tantos y tantos otros que solo la memoria gráfica en blanco y negro mantiene imperecederos en el imaginario colectivo para oprobio de la ciudadanía y, muy especialmente de las administraciones responsables.
En cuanto a su catalogación oficial, la Casa del Manifiesto forma parte del Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha, del Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Plan de Ordenación Municipal de Manzanares con protección parcial, y de la Carta Arqueológica Municipal impulsada por la Junta de Comunidades.
El expolio natural y la Fábrica de Harinas
El paso del tiempo provoca en demasiadas ocasiones el expolio natural de edificios de interés histórico y de arquitectura popular que ven ceder paulatinamente sus estructuras, quebrarse sus murallas, agrietarse sus cubiertas y desplomarse sus medianeras, mientras las malas hierbas y las palomas avanzan imparables como perfecta metáfora de la incuria y la decrepitud. Recorrer los pueblos de Castilla-La Mancha ofrece abundantes ejemplos de lo dicho, junto a otros que hablan de dignidad y resistencia.
Todo ello ocurre, habitualmente, por las dificultades que encuentran los propietarios para su mantenimiento y conservación, por el desacuerdo entre los implicados y también, por supuesto, por la inhibición de la Administración que, a veces, lamentablemente, prefiere ignorar el problema, sobre todo, considerando que también es propietaria de edificios cuyo mantenimiento, reparación y restauración desatiende por razones similares.
Cómo no recordar ahora la Fábrica de Harinas de Manzanares, uno de los máximos exponente de toda España dentro de su categoría, catedral industrial mayúscula de principios del siglo XX que languidece tristemente abandonada y sin proyecto conocido de recuperación, pese a ser un bien catalogado y protegido de propiedad municipal.
Programa electoral y proyecto de obras autorizado
No obstante, en la Casa del Manifiesto existe una diferencia sustancial respecto a los derribos antes enunciados y a la Fábrica de Harinas, que permitiría reconducir fácilmente la situación y evitar la crónica de su muerta anunciada.
En primer lugar, el Grupo Socialista incluyó como uno de sus proyectos estrella dentro del capítulo de Turismo y Patrimonio del programa electoral con el que se presentó a las pasadas elecciones locales la conversión del inmueble en museo. «Trabajaremos”, decía el programa del PSOE, “para incorporar al patrimonio museístico la vivienda donde se firmó el Manifiesto de Manzanares en 1854 con el fin de poner en valor un hecho que marcó la historia de España». Los propietarios, que entregaron por escrito en el mes de marzo de 2019 un proyecto de musealización al alcalde Julián Nieva Delgado, esperan desde entonces poder hablar con el Ayuntamiento sobre este asunto.
En segundo lugar, ante la falta de respuesta municipal, algunos de los representantes legales ya han llevado a cabo obras de emergencia en el edificio, han encargado un estudio técnico de patologías al aparejador Francisco Lozano Muñoz y disponen de un proyecto de obras, redactado por el arquitecto José Antonio Rincón Quesada, que desde el 3 de mayo de 2021 cuenta, además, con la autorización previa firmada por el delegado provincial de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Ciudad Real, José Jesús Caro Sierra, según consta en el oficio del jefe de Servicio de Cultura de la Delegación Provincial de Ciudad Real, Enrique Jiménez Villalta, que fue comunicado telemáticamente en la misma fecha al Ayuntamiento.
Para llevar a cabo las obras resta únicamente que el Ayuntamiento facilite un acuerdo entre las partes, supervisado y tutelado por la Administración corresponsable, guiado por la buena fe y el interés general, a fin de garantizar, de este modo, el cumplimiento de la legislación patrimonial y, en definitiva, la seguridad, salubridad, accesibilidad y ornato de la vivienda, tal y como exige la ley. De todo ello, asimismo, ha sido informada, como es preceptivo, la Brigada del Seprona adscrita a la Comandancia de la Guardia Civil de Manzanares, que ha intervenido activamente en el expediente en tanto que integrante de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado con atribución y competencia en la materia.
El contexto histórico de la Casa del Manifiesto
Desde el punto de vista histórico, la Casa del Manifiestoadquiere su verdadera relevancia en el mes de julio del año 1854, cuando sirvió de alojamiento a un joven Antonio Cánovas del Castillo, figura capital de la política española de la segunda mitad del siglo XIX, quien en su condición de secretario personal del general en jefe del Ejército Liberal, Leopoldo O’Donnell, redactó en una de sus dependencias el llamado Manifiesto de Manzanares, una iniciativa orientada a reactivar el movimiento de sublevación que había llevado a las tropas a refugiarse en la ciudad tras la batalla de Vicálvaro.
El documento constituyó, efectivamente, el germen de la Revolución de julio que se extendió por toda España (glosado por el genio de Benito Pérez Galdós en “Los Episodios Nacionales”) y aceleró la caída del Gobierno del Conde de San Luis, el exilio de la Reina madre María Cristina de Borbón, el advenimiento del bienio progresista liderado por el general Baldomero Espartero y la redacción de la Constitución non nata de 1856, entre otros acontecimientos capitales de la Historia de España de la segunda mitad del siglo XIX.
Todo ello tuvo su marco y origen en Manzanares, en la casa que aún permanece en pie en la calle Empedrada 6 con vuelta a la calle Manifiesto (entonces calle del Pósito). Se trata, sin duda, del acontecimiento histórico de proyección nacional más importante ocurrido en la historia del municipio y, probablemente, uno de los más relevantes sucedidos en la provincia de Ciudad Real.
El tiempo se va agotando, pero aún es posible -y relativamente sencillo- salvar la Casa del Manifiesto, conseguir un acuerdo con la participación de todas las personas e instituciones responsables y preservar, de ese modo, una parte importante de nuestra memoria colectiva.
*Pablo Díaz-Pintado Fernández-Pacheco es editor, ex presidente de Restaura Manzanares y representante legal de Josefa Fernández-Pacheco Mazarro, copropietaria de la Casa del Manifiesto.
Una Casa en la que tuvo lugar un hecho histórico que forma parte de un largo ciclo de pronunciamientos, revoluciones y guerras civiles que asolaron España durante buena parte del siglo XIX……