La ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal ha reconocido este martes, en su declaración como imputada ante el juez de la ‘Operación Kitchen’ que se reunió varias veces con el ex comisario José Manuel Villarejo en la sede de Génova, con la intención de que le contara lo que sabía sobre filtraciones a la prensa relacionadas con el PP y ella, si bien ha negado que le hiciera encargo alguno, desmarcándose del presunto espionaje al ex tesorero Luis Bárcenas.
Según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, Cospedal ha admitido ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón que su marido, el también imputado Ignacio López del Hierro, le presentó a Villarejo en 2009 como un policía en excedencia que dirigía una consultora importante, muy bien relacionada, que hacía labores de investigación.
Cospedal ha contado que se reunió con Villarejo en distintas ocasiones en el cuartel general de los ‘populares’. En el primer encuentro estaba su marido, pero a partir de ahí las reuniones ya fueron solo entre ella y el comisario. Ninguna de esas citas constaba en su agenda oficial, un extremo que ha dicho desconocer. Además, se vieron fuera de la sede de Génova, al menos una vez en una cafetería.
Ha querido aclarar que nunca encomendó ninguna tarea a Villarejo, afirmando que su único propósito era que le transmitiera lo que supiera de las filtraciones a los medios de comunicación acerca del partido y de ella. No obstante, ha reprochado que la información que le proporcionó el comisario nunca fue útil, y que solía estar disponible ya en la prensa.
La ex secretaria general ha relatado que decidió contactar con Villarejo después de que el ya fallecido dirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba dijera en una intervención parlamentaria en 2009 que lo escuchaba y oía todo, lo que la llevó a pensar que podía haber investigaciones relativas al PP.
Dado que no hubo encargos, ha razonado, tampoco hubo pagos. En concreto, se ha desvinculado de una anotación realizada por Villarejo en sus agendas personales el 6 de noviembre de 2013, meses después de que –de acuerdo con la instrucción– ya hubiera comenzado ‘Kitchen’, en la que escribió: «Cospe muy preocupada 5 pagos 200», sugiriendo con ello la existencia de una contraprestación económica por sus servicios.
CONVENCIDA DE QUE ‘KITCHEN’ ES MENTIRA
Cospedal ha aseverado que no sabe nada de la ‘Operación Kitchen’, que se habría montado desde el Ministerio de Interior, con recursos policiales y fondos reservados, para espiar a Bárcenas y su familia con la finalidad de sustraerles la documentación comprometedora que pudieran guardar de la formación política y sus responsables para evitar que llegara a la Justicia.
El titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 imputó a Cospedal y su marido al considerar, en base al conjunto de las pesquisas pero muy especialmente a las agendas incautadas a Villarejo el pasado octubre, que tuvieron una intervención «decisiva» para captar al chofer de los Bárcenas, Sergio Ríos –también investigado– como espía de la ‘Kitchen’.
Preguntada por Ríos, ha sostenido que solo supo de él cuando el caso saltó a la prensa. No tenía conocimiento de que Bárcenas le hubiera contratado como conductor de la familia, ha defendido.
En este punto, se la ha cuestionado sobre su jefe de seguridad, dado que Ríos declaró en el marco de la pieza secreta vinculada a ‘Kitchen’ que aceptó el trabajo porque venía de su «admirado» Andrés Gómez Gordo. Cospedal ha respondido que duda mucho de que ‘Andy’, como se le conoce en la trama, jugara algún papel en la colocación del chofer en la casa del ex tesorero del PP.
El interés sobre Gómez Gordo se debe a que el jefe de seguridad se configura en las agendas de Villarejo como su canal de comunicación con Cospedal. El 18 de julio de 2013 anotó, junto a las siglas IHL: «Aviso contacto Sergio. Él se encarga de hablar con Andrés Gordo». Y añadió sobre Cospedal: «Varios contactos y posible cita». Meses después, en septiembre, hizo un apunte revelador sobre COSPE: «Control LB».
Cospedal ha declarado que imagina que su marido conocía a Gómez Gordo, porque era su jefe de seguridad, si bien ha matizado que la relación entre ambos no tendría mayor trascendencia. En la misma línea, ha restado importancia a su propio trato con ‘Andy’. Según la ex ministra de Defensa, no despachaban de forma habitual.
RAJOY, EL MINISTRO Y FRANCISCO MARTÍNEZ
Ha atacado asimismo la teoría construida en base a las declaraciones, las agendas y los audios que obran en esta pieza separada del caso ‘Tándem’, de que los mandos policiales mantenían informado sobre el desarrollo de ‘Kitchen’ al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y que éste a su vez se comunicaría con el ministro, Jorge Fernández Díaz, siguiendo la cadena hasta el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Cospedal ha contestado que apenas tenía relación con Martínez, especificando que la única vez que se reunió con el secretario de Estado fue con motivo de unas elecciones. No le consta que el ex ‘número dos’ de Interior hablase con Rajoy, ha indicado. Y tampoco sabe nada sobre el contenido de los contactos que pudiera tener con su jefe, Fernández Díaz, ha remachado.
En cuanto al ex ministro de Interior, Cospedal ha descrito a Fernández Díaz como un hombre que ha sido tratado injustamente, expresando su aprecio personal por él. En esos años, ha acotado, la relación entre ambos era de compañeros de partido.
BÁRCENAS, UNA PERSONA FALAZ
Durante su declaración, al igual que hiciera en un escrito remitido al juzgado este mismo martes, ha atacado la credibilidad de Bárcenas y ha enfatizado que ni el PP ni ella tenían interés en conocer qué documentación podía tener en su poder. Así, ha respondido por el partido al garantizar que el PP no tenía interés en los ‘papeles’ de Bárcenas, aunque ha recalcado que por Interior no puede responder, ya que los asuntos policiales no tenían nada que ver con su cometido.
Asimismo, ha asegurado que respecto a lo declarado por el ex tesorero en esta pieza separada, tiene el convencimiento de que todo es mentira y de que las supuestas grabaciones que hizo a Rajoy, entonces presidente del PP, y al ex dirigente Javier Arenas son una invención. De hecho, ha calificado a Bárcenas de falaz.
De este modo, ha insistido en que ese operativo no tuvo nada que ver con el PP, que era cosa de la Policía, aunque ha puesto el foco en que le llama la atención que no se investigue más sobre los 47 millones que el ex tesorero podría tener ocultos en Suiza.
Sobre su relación con Bárcenas, ha incidido en que tenía una clara animadversión hacia ella y se ha prodigado a la hora de resaltar las que entiende como incoherencias del ex tesorero. Al hilo, ha recordado que cuando dejó de llevar las finanzas del PP se le dejó la conocida como Sala Andalucía para que tuviera allí sus documentos y que cuando en enero de 2013 se le prohibió la entrada se le dijo «a esa persona» que recogiese toda su documentación, algo que hizo meses después.
Por tanto, ha destacado, esos documentos, entre los que Bárcenas sitúa ‘pendrives’ con las grabaciones de Rajoy y Arenas, permanecieron en Génova un tiempo durante el cual podrían le haber arrebatado esa información y, en cambio, no se hizo nada, por lo que ha vuelto a calificar al ex tesorero de mentiroso.
Fuentes de la defensa de Cospedal han resaltado además que nunca pretendió ayudar al ex tesorero en el marco del procedimiento de ‘Gürtel’, más bien al contrario, cuando fue imputado pidió su dimisión, que se produjo en julio de 2009. Han recordado además que en abril de 2010 se le dio de baja como militante del PP y como senador y que se le revocaron todos los poderes.