José y Santos, las almas gemelas de Babancho que se reencarnan en la novela homónima de Antonio Galán

Almodóvar del Campo, la localidad que en vida deambulara José Babancho, un vecino que se echó a las cavas de las graveras de la periferia, desde donde bajaba al pueblo para mendigar sin perder ese carácter arisco y distante que le antecedía, ha asistido a la reencarnación de su espíritu en la novela de ficción que firma Antonio Luis Galán Gall.

Este escritor, muy vinculado a la localidad durante su etapa de niñez y juventud, al estudiar Primaria y Secundaria, ha retomado la memoria de Babancho para hacer de él un personaje fascinante, el de Santos, como estrella polar de un universo en el que centellean reminiscencias de otros conocidos e ilustres lugareños de hace medio siglo.

La pasada semana se presentaba la obra en un acto abierto al público en la terraza de la plaza de San Benito, organizada por el establecimiento McCloud Vin&Gin, con la presencia del autor, del profesor jubilado y amigo Santiago Morena y la concejala de Cultura, Virginia López, en presencia de numeroso público organizado en veladores.

En una tarde muy agradable, López abría el turno de intervenciones para felicitar a los presentes por la oportunidad de retomar actos culturales tras la orfandad obligada por lo más grave de la pandemia, reconociendo el papel de mecenas que Francisco García-Minguillán ha venido ejerciendo desde que hace cuatro años abriera el citado local.

Y recalcaba que los retratos fotográfico y pictórico que en su día dejaron los grandes maestros en sus respectivas artes como fueron Antonio Sánchez y Alfredo Palmero, para quienes no conocieron en vida a Babancho, como el caso de la propia munícipe, el trasfondo más íntimo que emanaba de su faz.

“Esa mirada de cierto recelo parece entrañar una personalidad incomprendida”, apuntaba Virginia López, quien aprecia en los retratos “un ser libre que, a pesar de su carácter huraño, se tenía que someter a una sociedad con la que, irremediablemente, debía vivir en contexto temporal y espacial, aunque fuera ajeno a sus reglas”.

Un personaje ‘idealizado’

Ahí radica la fuerza de este relato de ficción que quiso analizar, sin mayor desvelo de su contenido que el carácter ficticio de las tramas que se encierran, Santiago Morena quien, desde su acertada visión de profesor ya jubilado, indicaba que en ‘Babancho’ se encuentra el referente de carne y hueso pero de una manera “idealizada”.

En su prolífico análisis, Morena Anguita profundizó en lo que el sobrenombre que tenía José Alarcón de Gregorio trasladaba al ideario colectivo y, pese a no encontrar ‘babancho’ en ningún diccionario, algunas aproximaciones como ‘barbancho’,  ‘barbacho’ o ‘babanco’, de una manera u otra, “tiene una carga peyorativa, insultante”.

En su día Santiago y otros compañeros en un curso de historia local removieron para dar con más datos de la identidad real, dando finalmente con la partida de nacimiento y gracias a la labor de Paco Solís, se dio con la partida de nacimiento de quien, con los años, acabaría deambulando por las calles de Almodóvar del Campo, acompañado de sus perros, en busca del sustento diario.

Abanderado de la libertad individual

Al personaje real que así lo rescata para su novela, Antonio Galán le dota de otros valores que lo dignifican y le hacen abanderado de la libertad individual que posiblemente eligió voluntariamente, hasta que fue internado en la residencia de mayores en la que poco después perecería al final de la década de 1970.

Antonio Luis Galán Gall reconocía como a raíz de haber escrito la novela, ha sabido mucho más del José Babancho de carne y hueso, guiado de la vida ficticia de un Santos Babancho con el que no ha pretendido glosar una biografía, sino enriquecer una trama emotiva y original, protagonizada por “arquetipos universales”.

En la sinopsis de esta obra que fue merecedora del VIII Premio de Novela Corta ‘Tierras de León’, se recoge que el protagonista esconde, apenas, el verdadero nombre de un personaje que habitó durante años las calles y las cuevas de este pueblo al sur de la provincia de Ciudad Real, arrastrando tras de sí una rehala de perros.

También una enigmática leyenda y su imperiosa necesidad de libertar sacudió durante años el espíritu del resto de habitantes, consolidando el mito de un hombre que no podía sobrevivir a ninguna forma de reclusión. Todo lo cual da motivo al gusto por la lectura de un libro que en dos ocasiones ha agotado ya ejemplares en Almodóvar del Campo.

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