Nunca fue bueno insultar al pueblo

Emilio Nieto López, primer decano de la Facultad de Educación de Ciudad Real .- Los resultados electorales a la comunidad de Madrid han dejado claro que el pueblo es soberano y deposita su voto en las urnas apostando por el candidato o candidata que cree que es el mejor para dirigir sus asuntos y el de los demás.

El cuatro de mayo marcará para Madrid un antes y un después, con unas connotaciones muy significativas entorno al triunfo inapelable del Partido Popular que, con sabiduría y maestría calculada, ha sabido inculcar en el pueblo su mensaje claro y nítido de libertad frente a las políticas intervencionistas de la mal llamada izquierda, porque no hay una sola izquierda sino tres y totalmente diferentes. Nada tiene que ver la ultraizquierda con la izquierda de Gabilondo o la regionalista de Más Madrid, aunque las tres representen un proyecto de exclusión del centro derecha moderado y querido por el pueblo madrileño.

Atrás han quedado las amenazas con navajas, balas y piedras lanzadas contra los candidatos, nadie habla ya de aquel inmenso bulo propagandístico cuyo objetivo final era, ni más ni menos, que el embrollo, la descalificación, la insidia y el atropello de las libertades sociales de los ciudadanos se convirtieran en un elemento de la campaña electoral. Atrás quedó todo ese gran problema planteado por el gobierno y por Podemos para crispar a la sociedad madrileña y, en definitiva, crear el caldo de cultivo del miedo y del temor a votar en paz. Ahora queda claro que todo eso estaba únicamente destinado a ese objetivo poco democrático y poco participativo.

El gobierno de la nación se implicó directamente en las elecciones a la Comunidad Madrileña de tal manera que, empezando por el presidente pedro Sánchez y terminando por la directora de la guardia civil, todos han hecho el más rotundo de los ridículos. Pero eso no terminó con las elecciones, sino que en este momento el gobierno o el partido socialista, ambas cosas se confunden, han optado por el acoso a su gente, obligando al secretario general de la federación madrileña a dimitir lo mismo que ha ocurrido con el pobre Gabilondo que ni siquiera se atreve a retirar el acta de diputado de la Asamblea de Madrid. Pero por si esto era poco se ha arremetido contra el que fuera presidente de la Comunidad de Madrid el Sr. Leguina y con el que también fuera presidente de la federación vasca Sr. Redondo Terreros contra los cuales se abre un proceso de expulsión.

Nadie puede sentirse tranquilo en el partido socialista dirigido por Pedro Sánchez porque como discrepe de lo que hace el gobierno no de las ideas socialistas, automáticamente se les coloca en el punto de mira de la expulsión. Se critica a la Presidenta Madrileña de haber convocado las elecciones anticipadas, pero Pedro Sánchez convoca primarias en Andalucía con la sola intención de eliminar a la que fuera presidente de la Junta durante muchos años Susana Díaz, cuando este señor la debe casi todo y en especial ser presidente del Partido Socialista.  Así están de graves las cosas en la familia socialista. Cada día que pasa el gobierno se va quedando más solo y con menos credibilidad.

Si esto que estoy narrando parece poco grave querría reseñar las palabras de la vicepresidenta Primera Sra. Carmen Calvo cuando insulta a los madrileños que han votado a Isabel Diez Ayuso diciéndoles que son personas de bares y de tomar berberechos y por lo tanto personas de poca credibilidad. Se olvida esta señora que ella era dirigente del Partido Socialista en Andalucía cuando sus pupilos no tomaban berberechos sino cigalas y acudían, con dinero público, a esos lugares de luces de colores que muchas veces contemplamos cuando circulamos por nuestra piel de toro. Pero este atrevimiento de una responsable pública que ofende a los madrileños encuentra un eco tal vez más notable en su amigo, compañero de partido y presidente del CIS, Sr. Texanos, quien se atreve a llamar a los votantes de Ayuso tabernarios y gente de poco peso intelectual, cuando este señor está pagado con fondos públicos y solamente se dedica a hacer encuestas a favor del PSOE.

No creo, que este camino del insulto que, ahora quiere recorrer el Partido Socialista o al menos algunos miembros descartados de este gobierno, conduzca a ninguna parte sensata, más bien, pueda convertirse en un callejón sin salida para los que proceden de esta mala forma. En democracia el que pierde felicita a su adversario y hace un examen de constricción de lo ocurrido para corregir los errores cometidos y no volver a cometerlos. Esto sería lo sensato, pero esto no es lo que está ocurriendo sino todo lo contrario.

Una vez que el presidente de Podemos, deja la política o mejor dicho la política le deja a él el partido socialista hoy muy alejado de la socialdemocracia, debería centrar sus ideas, debería ser más conciliador y, sobre todo, abrir de una vez por todas el dialogo con la oposición para establecer un futuro mucho más esperanzador para todos los españoles. Hoy más que nunca, fracasado el gobierno de coalición con la ultraizquierda, como dicen los principales varones socialistas que fueron figuras muy significativas en el partido, se debería imponer en Pedro Sánchez un sosegado espacio de reflexión y si no quiere convocar nuevas elecciones, al menos sí debería cambiar de rumbo su política de crispación y concretar líneas de trabajo conjuntas con la oposición.

Muchos pensamos que Pablo Iglesias, desde el momento  que entró en el campo de la política lo hizo para revolucionar con sus ideas tercermundistas, viejas y arcaicas  la política española y, fruto de ese comportamiento increíblemente dañino para los españoles,  no para él que ha acumulado un notable patrimonio en unos pocos años, ha sido capaz de ningunear al presidente del gobierno español en multitud de ocasiones, pero lo peor de todo, es que ha sido capaz de influir muy notablemente en el comportamiento político de Pedro Sanchez apostando por recibir los apoyos y las coaliciones de gobierno totalmente perjudiciales para l mayoría de los ciudadanos. Muchísimos ciudadanos no han podido comprender el pacto con los independentistas catalanes, con los apoyos de los descendientes  de la banda terrorista ETA, de la entrega en las políticas de la ultraizquierda, salvo el mantenimiento en el poder.

Todo esto, no es bueno para un país que quiere vivir en paz, en libertad y que debe afrontar uno de los periodos más difíciles de la historia moderna española, en los campos   de la economía nacional, de las políticas sociales referentes a los ERES y parados, así como la incentivación de la economía, pero no a base de subida de impuestos y de ocurrencias: como el impuesto a las autovías y la subida de los impuestos al patrimonio, transmisiones y el gasóleo de los pobres. Ese no es el camino y por ahí no vamos a ninguna parte, porque esta sociedad necesita hechos y menos palabras. El campo se está muriendo, pero este gobierno lo ha dejado totalmente abandonado a su suerte, de tal manera que los productores agrarios se van arruinando poco a poco y los intermediarios se van haciendo cada día con más riqueza y con mayor poder. ¿Qué piensa hacer este gobierno para parar esta sangría humana de los más necesitados? ¿Qué proyecto tiene para parar la hemorragia de los parados jóvenes que no encuentran oportunidad de trabajar? ¿Qué piensa hacer para que los parados de larga y corta duración puedan encontrar un trabajo no subsidiado?

Es evidente que la política no es descalificación de los que votan otras opciones políticas. La política con mayúscula es trabajar por el bien a todos los ciudadanos sin distinción por sus ideas políticas, creencias religiosas o nacionalidades.  España necesita una gran coalición política centrada en la resolución de los problemas que acucian al ciudadano. Dejemos atrás los bloques de confrontación y miremos a nuestra Constitución como lugar de reencuentro, de perdón y de conciliación nacional.