Puertollano ha vuelto a renovar el Santo Voto 673 años después, en un intenso día que se iniciaba con el reparto de cerca de 5.000 panecillos entre los escolares de todos los colegios, una función principal a la Virgen de Gracia y la bendición del guiso por el párroco, Pedro Crespo.
La alcaldesa, Isabel Rodríguez, fue la encargada de sacar las primeras raciones de las ollas de barro del suculento estofado de carne más puertollanero, que más tarde se presentó simbólicamente en el Hospital Santa Bárbara (aquí el guiso fue elaborado y servido por el propio personal del centro sanitario) y residencias de mayores y de atención a personas discapacitadas.
Un guiso con sabor solidario
Rodríguez afirmó que se ha mantenido el guiso con ese origen de altruismo con el que surgió en su momento gracias a la participación de José Angel Sánchez Maya en su elaboración junto a otras personas que también han colaborado.
Una tradición que no se ha podido disfrutar de manera masiva por la situación masiva al igual que el pasado año, que se ha mantenido de manera simbólica, a la que han sumado bares y restaurantes a iniciativa de la Federación de Empresarios y que también muchos vecinos la disfrutarán en sus propios hogares mediante la elaboración de este estofado, indicó la alcaldesa.
Rodríguez reconoce que nos encontramos en una actitud más optimista de esperanza en relación a los últimos meses, de ver cada vez más cerca la fase final de la pandemia, y ha insistido en un mensaje de responsabilidad, “que hay que seguir cuidándose y protegiéndose hasta acabar con el virus”.
Un guiso elaborado en cuatro horas
El cocinero José Angel Sánchez Maya, de Natural Food Lad, ha elaborado el guiso del Santo Voto desde las ocho de la mañana en trece ollas de barro al calor de la leña donada por Santos Hipólito.
Un estofado que ha iniciado con la preparación de un sofrito de cebolla, ajo, zanahoria, pimiento y pimentón. Después ha añadido 40 kilos de carne de ternera en tacos, que se han cocido con vino y agua junto con 40 kilos de patatas y especias.
Tras cuatro horas de cocción el plato más Puertollano estaba preparado para el reparto de unas cuatrocientas raciones entre el Hospital Santa Bárbara, residencia de mayores “Pocitas del Prior”, residencia de mujeres de las Hermanas de la Cruz, residencia de Fundación Fuente Agria, residencia de mayores de Albertia y Mayor Vida.