El Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de la Consejería de Desarrollo Sostenible, ha puesto en marcha un novedoso proyecto de economía circular que tiene como fin la ‘Declaración Ambiental de Producto’ de vinos producidos en la región, que se llevará a cabo en 11 bodegas de cinco denominaciones de origen de Castilla-La Mancha, en concreto las D.O. La Mancha, Ribera de Júcar, Uclés, La Manchuela y Jumilla.
Como ha explicado el responsable de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, durante la inauguración de la Jornada que se ha celebrado en la Consejería, este proyecto que se desarrollará en los próximos cuatro meses, “busca poner en marcha una metodología de trabajo para que las empresas conozcan los impactos ambientales asociados a su producto, a través del análisis de ciclo de vida, y poder establecer un modelo de producción más respetuoso con el medio ambiente, como a su vez pide el consumidor”.
Con este proyecto, liderado por la Dirección General de Economía Circular, “estamos convencidos de que las bodegas adheridas, con las que ya se ha empezado a trabajar, van a mejorar su competitividad, pues van a poder conocer a través del análisis de ciclo de vida, desde la extracción de la uva, el procesado de materias primas, la elaboración del vino, la distribución y la gestión de los envases y embalajes al final de su vida útil, cómo mejorar procesos, ahorrar recursos y a su vez, en un paso posterior, certificar esta declaración de producto que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha les facilita”, ha indicado el consejero.
Un novedoso proyecto que, como ha dicho Escudero, implica a un importante sector para Castilla-La Mancha, como es el sector agroalimentario, cumpliendo así con los objetivos que “nos marcamos a finales de 2019 con la aprobación de Ley de Economía Circular que nos facultaba para elaborar una Estrategia de Economía Circular y con ella mejorar la competitividad y el I+D+i, aplicando herramientas para mejorar y consolidar procesos y apostar por el uso eficiente de recursos”. “Castilla-La Mancha está comprometida con el medio ambiente y con sus empresas, y queremos ir de la mano de estas para que transiten a un modelo más sostenible cuyos productos sean más valorados por el consumidor final”, ha asegurado Escudero.
Un valor añadido al producto y demandado por los consumidores
Por su parte, la directora general de Economía Circular, Marta Gómez Palenque, ha explicado que la Declaración Ambiental de Productos (DAP) representa certificaciones de carácter voluntario, para la evaluación del rendimiento ambiental de una empresa. “Se trata de una declaración que aporta un mayor valor añadido a la empresa, a sus productos y que, cada vez, es más demandado por los consumidores, que ya no sólo quieren inocuidad y calidad en los alimentos, sino que sean producidos de forma ética y sostenible”.
Esta declaración está basada en normas internacionales estandarizadas, normas ISO, concretamente en la ISO 14025. “Esto permite posicionar al producto en mercados europeos e internacionales con una ‘marca de calidad ambiental’ reconocida en todos los lugares del mundo y que se dará a conocer a través de las ecoetiquetas”, ha asegurado Gómez Palenque.
Con los datos obtenidos en el análisis de ciclo de vida, las empresas van a poder conocer importantes datos sobre los procesos de fabricación (consumo de energía, agua, materiales y sustancias peligrosas, emisiones al aire y agua, residuos, uso y contaminación del suelo y otros efectos locales), la identificación de impactos ambientales y, finalmente, podrán tomar decisiones informadas y proponer estrategias de economía circular en el uso de materiales, sistema de limpieza y gestión de los residuos, entre otros, para ser más competitivos”.
Para Gómez Palenque, el sector agroalimentario es uno de los cuatro sectores clave de la Estrategia de Economía Circular en la que trabaja la Consejería, “por su relevancia tanto para la sociedad como para la economía, así como por su potencial de desarrollo y contribución a los objetivos fijados”, ha indicado. Y, a su vez, el vitivinícola es uno de más importantes en nuestra región, “por lo que hemos seleccionado este sector para llevar a cabo un proyecto que permitirá a las bodegas medir, conocer y mejorar sus procesos, así como su penetración en el mercado, ya que los patrones de consumo están cambiando y donde el perfil ambiental es un criterio cada vez más importante para la compra pública, privada y para la elección de los consumidores”.
En la jornada de hoy, han participado los representantes de las bodegas y las denominaciones de origen, así como el viceconsejero de Medio Rural, Agapito Portillo. En concreto las bodegas son: DO La Mancha (Alcardet, Entremontes, y Bodegas Pedro Heras); DO Ribera del Júcar (La Magdalena e Illa), DO Uclés (Fontana, Finca La Estacada y Soledad; La Manchuela (Vega Tolosa); DO Jumilla (Bodegas San Dionisio y DCOOP Cooperativas). “El proyecto contribuirá a conseguir una transición hacia un sistema alimentario sostenible, en el marco de la Estrategia Europea de Sostenibilidad Alimentaria”, ha finalizado la directora general.