El canto del mayo profano

Julián Plaza Sánchez. Etnólogo.- Mayo es la época en que las emociones y los sentimientos afloran con mayor intensidad y se manifiestan de muy diversas formas. En La Mancha está muy arraigada la costumbre de cantar Mayos. Nos podemos encontrar con letras religiosas, los dedicados a la Virgen o a la Cruz; y los de letras profanas, son los dedicados a las mozas.

En este artículos nos vamos a centrar en el canto profano, que está dirigido concretamente, a las mozas casaderas del pueblo y se entona durante la noche del treinta de abril al uno de mayo. Además, con este canto, se saluda al buen tiempo, se exalta el mes de mayo y se elogia el cuerpo femenino. Alude también a la excitación de los sentimientos amorosos, por lo que se conocen como cantos de amor. Pues la temática de las canciones es principalmente de carácter amoroso, como nos indica García Matos al tratar las canciones de ronda y albadas dentro de las especies musicales folklóricas del pueblo español en su ciclo vital. Mayo es el mes florido por excelencia, el germinar de los frutos y del amor, como lo recuerda el Romance del prisionero: Que por mayo, era por mayo, / cuando hace el calor, / cuando los trigos encañan / y están los campos en flor, / cuando canta la calandria / y responde el ruiseñor, / cuando los enamorados / van a servir al amor.

            En el retrato, se alaban y se describen todas y cada una de las partes del cuerpo de la moza destinataria, de la que se espera correspondencia en los amores del rondador. La estructura musical de los Mayos, en muchas localidades, consta de dos partes muy claramente diferenciadas. La “folia”, parte musical del mayo, generalmente no cantada, y que sirve de descanso a los intérpretes y el “mayo” que cumple la función de estribillo y que generalmente refiere en su letra la bienvenida, alabando sus excelencias: “Mayo, mayo, mayo/ Bienvenido seas/ alegrando valles/ y alegrando aldeas”.

            De entre la gran cantidad de mayos he seleccionado el que se canta en Almodóvar del Campo con la estructura de Folía, Mayo, Folía y el final del Mayo:

Folía

Y a mí me tocó la suerte
como a cualquiera le toca
de venir a este portal
de la niña más hermosa.
En tu puerta planté un guindo
y en tu ventana un cerezo
por cada guinda un abrazo
por cada cereza un beso.
Ya está la nieve en la sierra
tan blanca como tú eres
todos te dicen al verte
la envidia del mundo eres.
Y después de esta folia
te voy a decir el Mayo
escucha con atención
que te lo diré cantando
.

Mayo

Mayo, Mayo, Mayo
bienvenido seas
con ramos de nardos
rosas y azucenas.
A tu puerta llego
a cantarte el mayo
y sin tu licencia
no puedo cantarlo.
Y en tu puerta niña
hay una arboleda
que llegan las ramas
y a tu cabecera.
Y el claro arroyuelo
libre serpentea
entre verdes juncos
sobre blanca arena
.

Folía

Ya te hemos echado el Mayo
sólo quisiera saber
si el Mayo que te he cantado
es de tu gusto y placer.
Quédate con Dios y adiós
ramito de verde oliva
que te llevo en la memoria
mientras que en el mundo viva
.

La provincia de Ciudad Real destaca por su diversidad de mayos en cuanto a melodías y letras, no faltando ninguna comarca de la provincia en la que se interprete el Mayo a las mozas. Concedida la licencia solicitada para cantar, suele aparecer una coplilla de llamada de atención: Despierta, si estás dormida, / tiempo tendrás de dormir, / que mientras abres los ojos, / entra mayo y sale abril. En Alcázar de San Juan se conserva el romance “El Retrato”. Descripción que podemos encontrar ya en época de Cervantes, cuando don quijote se dirige al caballero Vivaldo, describa a Dulcinea con estas palabras: “Su nombre es Dulcinea, su patria el Toboso, un lugar de la Mancha; su calidad, por lo menos, ha de ser princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas: que sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro sus cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve..” (I,XIII). En esta descripción se aprecia el paralelismo casi exacto con las letras del Retrato, que actualmente se manifiesta en muchos pueblos de la provincia de Ciudad Real.

Estamos a treinta
del Abril cumplido,
alegraros damas
que Mayo ha venido.
Ya ha venido Mayo
bienvenido sea,
para las casadas
viudas y solteras.
Si me das permiso
yo me determino,
a cantarte el Mayo
hermoso y florido.
Cuando no responde
la señora dama,
es señal que tengo
licencia otorgada.
Tu cabeza, niña,
es tan pequeñita,
en ella se forma
una margarita.
Tu pelo, niña,
es madeja de oro,
que cuando lo peinas
se te riza todo.
Tu frente espaciosa
es campo de guerra,
donde el rey Cupido
plantó su bandera.
Tus orejas, niña,
son tan .arqueadas,
con arcos del cielo
están adornadas.
Tus ojos, niña,
son claros luceros,
que alumbran de
noche a los marineros.
Tus pestañas, niña,
son dos picaportes,
que cuando las cierras
siento yo los golpes.
Tu nariz aguda
es perfil de espada,
que a los corazones
sin sentir los pasa.
Tus mejillas, niña,
son tan coloradas,
con la filigrana
están comparadas.
Tus labios, niña,
son rosas de oro,
que cuando los abres
se perfuma todo.
El hoyo que tienes
en esa barbilla,
es casa y sepulcro
para el alma mía.
Tu garganta, niña,
tan clara y tan bella,
que el agua que bebes
se clarea en ella.
Tus pechos, niña,
son dos fuentes de agua,
donde yo bebiera
si tú me dejaras.
Esos cinco dedos
que tiés en ca mano,
son cinco azucenas
cogidas en Mayo.
Esos cinco dedos
cargados de anillos,
para mis prisiones
cadenas y grillos.
Tus rodillas, niña,
son bolas de plata,
bendita la tierra
que en ella descansan.
Zapatitos negros
media colorada,
bonita la niña
pero bien guardada.
El pie chiquitito
el andar menudo,
con esos pasitos
engañas al mundo.
Ya ties dibujadas
todas sus facciones,
ahora falta el Mayo
que te las adorne.
Al señor, Fernando,
si es de vuestro agrado,
la niña Cristina,
recibe por Mayo.
Quiérela mi vida
quiérela muy bien,
que es muy rica moza
y chica de bien.

            En algunos pueblos de la zona de los montes de la provincia, nos encontramos que  la despedida difiere. Aquí no se nombra el mayero ni la moza, supongo que originariamente sí que se hacía, pero que ha evolucionado con el paso del tiempo perdiendo este final. En Puebla de don Rodrigo finaliza: ya se queda dibujada / la hermosura de tu cuerpo, / perdóname si te he hecho / alguna bajeza en esto. El sol con su clara luz / y la luna y las estrellas / no se igualen con tu cara / que las ganas en belleza.

            En Piedrabuena, en la despedida también se pone el nombre del mayero: ¿a quién echaré por mayo, / por mayo, señora mía? / al señorito Carmelo / que es una rosa encarnada.

A propósito de El Retrato, Paloma Díaz  hace un interesante repaso sobre la simbología en los mayos de diferente procedencia geográfica, cuyas letras están cuajadas de metáforas detallando el cuerpo de la dama. Al finalizar el Mayo, el padre de la chica invitaba a todos los mayeros (incluidos a los que tocan los diversos instrumentos musicales), a dulces y vino. Pero si el mayero no era de su agrado, hacía oídos sordos a la ronda y a veces eran correspondidos tirándolos cubos de agua fría.

                       

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