Jesús Millán Muñoz.– Toda persona que se dedica a una actividad-oficio-profesión-vocación debe, de vez en cuando, evaluar y reevaluar su producción. Por tanto, qué lugar ocupa el articulismo en este mundo.
Si admitimos, aunque tenga precedentes, que el periodismo surgió con fuerza, antes y después de la Revolución Francesa, es decir, dentro de la primera fase de la Revolución Industrial, que se suele indicar como la década de 1750, combinándose con las diversas revoluciones que se produjeron en esos siglos: la religiosa-espiritual luterana-calvinista, la científica de Copérnico-Galileo-Newton, las revolución filosófica o ilustrada de la Ilustración, las revoluciones sociopolíticas, la Revolución Parlamentaria Inglesa, la Revolución de la Independencia Americana…
Todo este, anterior tinglado-combinado de acontecimientos económicos y sociales y políticos y económicos y tecnológicos y culturales y religiosos llevaron a la producción de un artefacto que denominamos periódico-semanario-gaceta, con lo cual, empezaron dos tipos de datos-conceptos-ideas-comunicaciones-informaciones, por un lado, narrar hechos, lo más objetivo posibles, segundo, narrar interpretaciones, mezclas de objetividades y subjetividades. Y, éste, con todas las alternancias posibles, como la electricidad alterna, se producen desde entonces, la “lucha dialéctica entre el hecho-dato objetivo y la interpretación”. Es decir, la eterna lucha por el corazón-alma-mente-cerebro-carne-habla de los humanos…
Una, de sus concreciones-materializaciones, es lo que se ha denominado columna-artículo de opinión, en el cual, basándose en un hecho-dato o varios, en mayor o menor grado “real-objetivo”, el comentarista, interpreta-reinterpreta o conduce-dirige hacia un lado del mundo o hacia otro del concepto-idea-intereses-fines-motivos-razones…
Todo articulista, cada mañana o noche, a la hora de realización de su artículo-columna diaria, tiene que situarse desde que montaña-altura-ladera ese día va a percibir-sentir-pensar-idear el mundo, su mundo y el micromundo y macromundo que le rodea, o mejor dicho, dónde como pez o ballena nada-bucea, dentro y fuera, del agua y del aire.
Somos seres que estamos dentro de una esfera-burbuja, fuera y dentro de la biología y sociedad y cultura y naturaleza y Naturaleza y metafísica. Todo eso somos, como formando parte de muchos conjuntos de Cantor, recuerdan ustedes la Secundaria, este concepto matemático.
Han existido desde hace dos siglos, supongo, cientos de miles de articulistas-columnistas en el mundo, han plasmado y materializado docenas o cientos de millones de artículos-columnas. Y, en esa escala evolutiva-progresista, no sé si darvinista o no, pues se encuadran, mis modestas columnas. Que a su vez, en estos momentos, son el resultado ya de toda una vida, ya que estoy besando la tercera fase de la edad-etapa humana, ya, diríamos el resultado combinación-síntesis de toda una vida de percepción-reflexión-experiencia, en varios campos de la realidad, además del vivir de la vida o de la vida o en la vida. que me ha vivido a mí, o ha sido un matrimonio interesado o de conveniencia o de amor o de deseo, entre yo y la vida y, la vida y yo. ¡Y, a usted le pasa algo similar, no se rasgue la corbata…!
Todo el mundo sueña-desea, directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, si dedica un tiempo suficiente a una actividad, pues tener éxito-reconocimiento-valor. Es decir, que tu trabajo, sea estimado y valorado, y, si es posible, te otorguen una remuneración económica, y, es más, pase a la historia de esa actividad.
Dicho de otro modo, los columnistas también. Hasta ahora, en mi caso, solo me puedo conformar, con que estas frases-palabras dentro de una cultura predominantemente visual-auditiva, se plasmen en bits de información en medios digitales de relativa audiencia. Ni soñar todavía en recompensas económicas, ni soñar todavía que pasen algunos de estos artilugios-constructos culturales a la historia del pensar cultural humano, y sean recordados dentro de un siglo.
Después, de estos últimos ocho-diez años, de haber ido elaborando, dos mil quinientas de estas columnas. Bueno, bueno es, indicar, algunas líneas de exposición-realización-materialización-idealización de qué lugar, ocupa este invento-tecnología de palabras en este sistema de información-reflexión. O, dicho de otro modo, existen multitud o varias grandes corrientes del columnismo en el mundo, en estos dos siglos. La que yo he escogido o me ha sido seleccionada por la vida y actividad pensante, “no es convencer a usted de nada, sino de ayudarle, a que piense, que quizás, existan realidades y datos y preguntas y cuestiones que, quizás no haya reflexionado lo suficiente….”. No quiero-deseo ideologizarlo, sino que usted se haga preguntas… Es decir, una modalidad más del método del viejito Sócrates.
¡Pienso que de ese modo, cumplo con el deber moral del escritor literario-filosófico y columnista, que intenta aprehender algo de verdad-bondad-bien-belleza-racionalidad-prudencia, y ofrecérsela a un lector-a hipotético y potencial, y desde luego no hacerle perder su tiempo, que los cinco o siete minutos, que ha dedicado, en su primera lectura de este artículo o de otro, se diga para si mismo, no he perdido mi tiempo. Paz y bien.