Una nueva investigación ofrece una visión cercana de cómo el SARS-CoV-2 puede propagarse al cerebro. El estudio ayuda a explicar la alarmante variedad de síntomas neurológicos que presentan algunos pacientes con COVID-19, así como la razón por la que algunos pacientes sufren efectos neurológicos graves mientras que otros no experimentan ninguno.
Los investigadores informan de que el SARS-CoV-2 puede infectar tanto las células nerviosas que impulsan el cerebro (neuronas) como las células del cerebro y la médula espinal que apoyan y protegen a las neuronas (astrocitos), según su presentación del estudio en la reunión anual de la Sociedad Americana de Fisiología durante el encuentro de Biología Experimental (EB) 2021.
«Nuestros hallazgos sugieren que los astrocitos son una vía a través de la cual el COVID-19 causa daños neurológicos –afirma el doctor Ricardo Costa, becario postdoctoral de la Louisiana State University (LSU) Health Shreveport, en Estados Unidos, y primer autor del estudio–. Esto podría explicar muchos de los síntomas neurológicos que observamos en los pacientes con COVID-19, que incluyen la pérdida del sentido del olfato y del gusto, la desorientación, la psicosis y los accidentes cerebrovasculares».
En el sistema respiratorio, se sabe que el SARS-CoV-2 infecta las células de una persona agarrándose a unas proteínas de la superficie celular llamadas receptores de la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE2). No está claro si las células del cerebro tienen este receptor.
Para el estudio, Costa y sus colegas, entre los que se encuentran Oscar Gómez-Torres y Emma Burgos-Ramos, de la Universidad de Castilla-La Mancha, examinaron el ARN y las proteínas para determinar si los cultivos celulares de astrocitos y neuronas humanas expresaban la ACE2.
A continuación, expusieron las células a una versión del virus SARS-CoV-2 que había sido modificada para que fuera segura para los investigadores. Los estudios confirmaron que tanto los astrocitos como las neuronas expresan el receptor ACE2 y que ambos tipos de células pueden infectarse con el SARS-CoV-2, aunque los astrocitos tenían menos probabilidades de infectarse.
Los astrocitos son la principal puerta de entrada al cerebro, y se encargan de transportar los nutrientes del torrente sanguíneo a las neuronas al tiempo que mantienen alejadas las partículas nocivas. Al resistir la infección, los astrocitos podrían ayudar a mantener el SARS-CoV-2 fuera del cerebro, pero una vez infectados, podrían transmitir fácilmente el virus a muchas neuronas, según los investigadores.
«Mientras que los astrocitos muestran una mayor resistencia a la infección, las neuronas parecen ser más susceptibles –señala Costa–. Esto sugiere que basta con que se infecten unos pocos astrocitos para que la infección se extienda rápidamente a las neuronas y se multiplique con rapidez. Estas observaciones podrían explicar por qué mientras algunos pacientes no tienen ningún síntoma neurológico, otros parecen.