Juan Antonio Callejas Cano. Diputado nacional por Ciudad Real.- En el artículo anterior comentábamos como las razones que había expuesto Sánchez para justificar la subida de los impuestos no se ajustaban a la realidad. Eran falsas.
En la misma línea queremos comentar hoy el hecho de haber nombrado una Comisión de Expertos que estudie e informe -yo diría para que justifique técnicamente- esa subida. El nombramiento de esta Comisión me parece, en principio, buena: que unas personas entendidas estudien y asesoren al Gobierno en una cuestión tan delicada como es la subida de impuestos es acertado, no solo por la repercusión que tiene en los bolsillos de cada uno de los españoles, sino, sobre todo, porque de ellos depende, en gran medida, la recuperación económica que tanto necesita España como consecuencia de la pandemia.
Nos da la impresión, sin embargo, que esta Comisión, además de ser de expertos es de “amigos”. Es decir, de personas que el estudio lo van a hacer pensando en justificar la decisión del Gobierno de subir los impuestos, en lugar de hacerlo pensando, exclusivamente, en el bien de los ciudadanos. Esta afirmación la hacemos al conocer los antecedentes profesionales y personales de sus miembros. Así, su presidente, es el catedrático Jesús Ruiz-Huerta, que fue el director del Instituto de Estudios Fiscales, centro dependiente del Ministerio de Hacienda, entre 2004 y 2008, durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero y, ahora, es director de la Fundación Alternativas. Este catedrático defendió en un estudio publicado en 2015, que el margen para subir los impuestos en España era entre 6 y 7 puntos del PIB, y con ello nos igualaríamos a la media de la Unión Europea. Esta subida supondría un incremento de la recaudación de, aproximadamente, unos 84.000 millones de euros. El trabajo en cuestión se realizó para Economistas sin Fronteras y se publicó bajo el título “Fiscalidad: eficiencia y equidad”.
En este trabajo se afirma que “En esta dirección [la subida de impuesto], se puede decir, en contra de la afirmación sesgada mantenida por sectores conservadores, que el nivel de presión fiscal, entendido como la suma de la recaudación de todos los tributos y las cotizaciones sociales en España, y en porcentaje del PIB, es hoy inferior en un punto a la media de la OCDE y entre 6 y 7 puntos respecto a la media de la Unión Europea”. Por tanto, ya podemos anticipar cuales van a ser las conclusiones de este comité de expertos, aunque nos atrevemos a plantear, sin ser expertos, si tal conclusión es cierta y válida.
El punto de partida del Gobierno y sus expertos para la subida de impuestos es que la presión fiscal sobre el PIB en España es inferior a la media europea, pero olvida al hacer esta afirmación el significado que tiene en su cálculo la economía sumergida, que, por cierto, en nuestro país es de los que la tienen más elevada y si se tiene en cuenta este parámetro la presión fiscal en España es del 44,4% sobre una media de la Unión Europea del 45,0%, valor solo ligeramente inferior al nuestro y olvidan señalar que en Alemania este valor es del 43,5%, en Portugal del 42,5%, o en Holanda del 42 %, es decir, que, con este criterio, los países señalados pagán aún menos que España y tendrían que subir sus impuestos mucho más que nosotros y, de momento, ni se lo han planeado, más bien al contrario.
Abundando en nuestra consideración, si ahora analizamos el esfuerzo fiscal, es decir, el peso de los impuestos sobre la renta de los ciudadanos y si la media de la UE se considera que es 100, España tiene el 106,6 y los países antes considerados tienen: Alemania el 78,4; Portugal 138,5; y Holanda 68,2. Es decir que países con mayor nivel de vida que nosotros (Alemania y Holanda) sus ciudadanos han de hacer menos esfuerzo fiscal que nosotros. Estos datos, por si algún mal pensado piensa que me los he sacado de la manga, proceden del Instituto de Estudios Económicos quien, a su vez, los ha elaborado a partir de los datos del Eurostat de Taxation Trends in the European Union correspondientes al año 2020 y de la OCDE.
Vemos, pues, que las argumentaciones de Sánchez para subir los impuestos, incluida la Comisión de Expertos, una vez más, no son ciertas y que nos da la impresión que su verdadero objetivo no es sanar la economía sino mantener un gasto expansivo que favorezca su permanencia en el poder.