El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, sobre el cisma abierto al hilo de la intención de la Comunidad de Madrid de comprar la vacuna rusa Sputnik, ha pedido a las comunidades autónomas que hagan un «esfuerzo de lealtad con Gobierno central».
«Hay que portarse con él como si el presidente siguiera siendo Rajoy», ha pedido García-Page desde Santa Cruz de Tenerife, donde ha presentado el convenio de cooperación que ha firmado con el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres.
Desde allí, ha puntualizado que ni esta crisis ni la vacunación son ideológicas, y que por tanto no hay que introducir, como ocurre en España, «conspiraciones partidistas sobre algo que tienen que resolver los técnicos». De ahí que el presidente castellanomanchego ha desechado la idea de que no se quiera la vacuna Sputnik por el hecho de ser rusa, sino por el hecho de que no cuenta con plena garantía.
«Si alguien piensa que por ser rusa no las queremos, se equivoca. No se pueden convertir las vacunas en el mismo galimatías que fue el mercado de recursos que tuvimos al principio, hoy tiene que ser ordenado», ha dicho García-Page, que ha pedido para toda España un mensaje y un criterio de «unidad».
«España ha decidido, lógicamente, que el criterio técnico que impere es el de la Unión Europea, y que hasta que no esté hecha la auditoría a la empresa rusa nadie puede comprarla por razones de seguridad. No vamos a incurrir en el problema de poner algo que no está bien garantizado. Si mañana se garantiza, y hay problema de estrangulamiento en el mercado, la UE la comprará, no porque lo diga Alemania, sino de sentido común», ha considerado.
Por ello, ha pedido al resto de ejecutivos autonómicos «coherencia y ser leales» en el mejor sentido de la palabra. «Si la única autonomía que estuviera sacando los pies del tiesto fuera la independentista de Cataluña seguramente muchos estaríamos poniendo el grito en el cielo, y muchos de los que hoy sacan el pie del tiesto», ha lamentado.
Dicho esto, ha invitado a los ejecutivos autonómicos a que hagan lo que la gente les pide: «Un único mensaje, una única dirección, aunque seamos 17 gestores compitiendo a ver quién lo hace mejor. Eso no está mal del todo», ha defendido.
Por ello, y tras aseverar que todo el mundo va a tener vacuna, ha destacado y agradecido la gestión de la «ansiedad y la paciencia» que está teniendo la gente, que se somete a criterios técnicos y espera a que se les llame.
«Solo con un tráfico regulado se puede ordenar el flujo de vacunación, si vinieran más podríamos vacunar más. Es un problema de mercado. Es la primera vez en la historia en que a un año del virus la humanidad ha respondido con varias vacunas. Es algo positivo y por ello me niego a que la vacunación se convierta en un problema porque no tiene carácter sectario ni político», ha concluido.