Alfonso González Calero.- La pandemia ha cambiado muchas cosas, demasiadas; y se ha llevado por delante vidas, proyectos e ilusiones. Uno de ello es este que ahora nos ocupa, Las enseñanzas de don Juan, una selección de las entradas que en el blog del mismo nombre aparecieron todos los domingos durante cinco años (diciembre de 2014 al mismo es de 2019).
El responsable de aquel blog y articulador de este libro es el almagreño Pedro Torres Torres, maestro jubilado, con experiencia en la gestión de lo público, y buen lector de poesía y filosofía, entre otros saberes.
Muchos libros, por ejemplo, escritos, editados y aparecidos durante ella, vieron su vida relativamente truncada, aunque no del todo.
El peligro de un libro que recoge entradas de una red social (facebook, en este caso) puede ser su dimensión efímera, pero estoy convencido de que en este caso el interés del pensamiento y la agilidad y el nervio de la forma con que está transmitido creo que despejan ampliamente esta duda.
El interés del libro parte de lo escaso del género ensayo en nuestros lares, y estas enseñanzas, tamizadas e incluso realzadas por su brevedad y por el soporte en que aparecieron, bien puede adscribirse a dicho género, aunque puede haber quien dude de esta afirmación.
Nos advierte la nota editorial en una de las solapas del libro de que:
“En España, al menos para los hombres de cierta edad, los bares son ámbito principal de socialización: de educación cívica. Es decir, bastantes españoles somos lo que somos porque hemos consumido los ocios en bares, hablando y bebiendo. Habrá quien lo lamente y achaque a ello los males de la patria. Otros celebramos que las mejores virtudes españolas vengan del bar….”.
Pues, en efecto, son los bares el ámbito donde se producen estas charlas que el mencionado don Juan genera, secundado por algunos amigos y otros indiferentes a su plática. Aquí veremos notas de política local (algunas, no demasiadas) relativas a Almagro, escenario de las tertulias; pero muchas otras sobre temas más generales, y universales, como la situación política y sus derivaciones, novedades literarias y comentarios sobre autores de la tierra, o de fuera de ella; usos y costumbres diversos, polémicas con la Iglesia, ejercidas con intención aunque sin faltar a un determinado respeto……
Y uno de los comentaristas o críticos del libro, el poeta Francisco Caro, que escribe un soneto a modo de prólogo del mismo, decía refiriéndose a él:
“Las preocupaciones de don Juan y los demás contertulios trajeron los temas que importan: las personas, las artes, la literatura, el buen vino, el sello de lo manchego, las contradicciones de la política local, regional y vaya usted a saber, los problemas de la gente y de la tierra, los pasados que enseñan y los futuros que aguardan, las nuevas corrientes de opinión, los ismos desbocados, la poesía, las sedosidades… y lo intrascendente, que es a veces lo que más bandera hace de cada uno de nosotros. Sin faltar nunca ese gramo de sal que suele dar al guiso de las conversaciones la bien digerida erudición. O el toque de pimienta de las últimas lecturas”.
En resumen un libro con ideas propias, con aliento, con ganas de suscitar debates, y con una enorme virtud añadida: el estar francamente bien escrito, cuidado y argumentado. Todo ello hace de él una rara avis, en tiempos de novelas previsibles, escritas con cartabón, poemarios muchas veces fútiles, o ensayos tediosos escritos solo para especialistas en lo propio.
Que lo disfruten.
Prólogo de Pedro Torres. Biblioteca Añil Literaria; Almud eds. de Castilla-La Mancha, 2020.
Un libro que explora lo que somos. Muy recomendable….