Las plantas de generación de energía con biomasa de Ence “La Loma”, situada en Villanueva del Arzobispo (Jaén) y “Enemansa”, cuyo emplazamiento se encuentra en la localidad castellanomanchega de Villarta de San Juan, han recibido el certificado medioambiental “Residuo Cero” que otorga AENOR a aquellas organizaciones que llevan a cabo una gestión eficiente de sus residuos y son capaces de valorizarlos.
De esta forma, estas dos instalaciones independientes de generación de energía renovable con biomasa agroforestal han obtenido un reconocimiento con el que ya cuentan las biofábricas de celulosa de Ence en Navia y Pontevedra, y que ostenta solo un reducido grupo de empresas en España.
El certificado Residuo Cero de AENOR acredita que Ence valoriza en estas plantas todas las fracciones de residuos y evita que estos tengan como destino final el vertedero, gracias a un sistema de trazabilidad en la gestión de residuos que abarca a todos los actores implicados y que conlleva un exhaustivo proceso de documentación y seguimiento de cada uno de ellos.
A través de la reutilización, el reciclado o la valorización, La Loma y Enemansa introdujeron de nuevo estos restos en la cadena de valor, dándoles una nueva vida. Ambas lograron valorizar en 2020 el 100% de sus residuos, todo un hito incluso dentro de la certificación Residuo Cero. Además, gracias a esta gestión, Ence evitó que más de 13.800 toneladas de residuos procedentes principalmente de la agricultura local, acabasen depositados en el vertedero.
La adaptación de los sistemas de producción de las plantas para minimizar residuos y reducir la gestión de algunos de ellos ha supuesto una inversión de 400.000€ en el caso de la planta de la Loma, mientras que en Enemansa, supera los 100.000€.
La obtención de este certificado es una muestra más de la apuesta de Ence por la Economía Circular, un modelo que aboga por minimizar los residuos y reutilizarlos. Así, en sus plantas de energía con biomasa independientes, la compañía emplea restos procedentes de los campos cercanos para producir energía renovable, evitando así que su quema, y con ello la emisión de miles de toneladas de CO2 a la atmósfera.
Asimismo, el aprovechamiento energético de la biomasa del entorno de las plantas de Ence supone un alto impacto social en términos de dinamización económica y empleo. Según los datos de la Asociación de empresas de Energías Renovables (APPA), cada megavatio instalado para biomasa sostiene 30 puestos de trabajo entre directos, indirectos e inducidos.
Ence genera electricidad renovable en ocho plantas de generación independientes: tres en Huelva, dos en la provincia de Ciudad Real, una en Córdoba, una en Mérida y una en Jaén. Se trata de plantas de generación que se alimentan exclusivamente de restos de origen agroforestal. A estos 253 MW de generación de energía renovable independiente se añaden también 112 MW de cogeneración sostenible y de baja emisión derivados del proceso de producción de celulosa en las biofábricas de Navia y Pontevedra.