Santos G. Monroy.- Así que el futuro era esto, pensábamos no pocos. Un terror biológico revestido de cotidianeidad. El 14 de marzo de 2020 la ciudad de Puertollano asistía atónita a la intervención televisada en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba el decreto de confinamiento por epidemia de COVID-19. Ya hacía 48 horas que la actividad se había paralizado en un municipio que se preparaba al mayor reto de su historia. Las calles vacías. Los bares, cerrados. Los supermercados desabastecidos. Las clases, suspendidas.
«Vendrán semanas muy duras», afirmaba el presidente, y muchos aún no daban crédito a un anuncio que adelantaba un dramático sacrificio de proporciones bélicas.
Las imágenes de la incidencia del coronavirus en Puertollano, durante los meses de confinamiento, fueron las calles desiertas y silenciosas, el inquietante ulular de sirenas en la quietud del mediodía, las avenidas tomadas por la policía, el Ejército en las calles, los aplausos a los sanitarios en los balcones, los homenajes a los fallecidos, las fotografías de la solidaridad ciudadana, las colas a las puertas de los supermercados, o las caceroladas al Gobierno de la Nación.
Puertollano vivió aquel periodo entre el déficit informativo de las autoridades sanitarias, la tragedia de cientos de vecinos, y una sensación distópica de irrealidad, con escenas históricas que son recordadas con un escalofrío
Los fallecidos
La Consejería de Sanidad no ha ofrecido datos de las personas fallecidas por COVID-19 desagregados por gerencias de área o por localidades hasta la fecha de hoy.
No obstante, sí se conocen las licencias de enterramientos del Registro Civil de Puertollano facilitadas por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. El Registro Civil de Puertollano expidió un total de 581 licencias de enterramiento entre los meses de marzo y diciembre de 2020, de las cuales 124 respondieron a fallecimientos por COVID-19 y otras 163 bajo sospecha forense de la misma causa, hasta sumar un total de 287 muertes, el 49% de las licencias. Puertollano registró 134 licencias de enterramiento más entre marzo y diciembre de 2020 que en el mismo periodo de 2019, cuando se registraron 447 fallecimientos.
Respecto a los meses de confinamiento, la alcaldesa de Puertollano, Isabel Rodríguez, reconoció que los «peores momentos», en alusión a la letalidad del virus, se vivieron durante la última semana de marzo y la primera de abril. De hecho, durante los primeros 30 días de estado de alarma, fuentes del sector funerario apuntaron que la actividad llegó a multiplicarse por cuatro en determinados periodos, registrando días en que una empresa llegó a gestionar entre 14 y 16 servicios. El equipo de Gobierno municipal declaraba 128 enterramientos en marzo y abril frente a los 65 del mismo periodo de 2019, una diferencia de 65 muertes, casi el doble. En estas cifras no estaban incluidas las incineraciones cuyos restos no fueron depositados en el cementerio municipal.
Fueron días de apagón informativo sanitario, con un hospital de Puertollano blindado a la prensa. Solo recientemente se han conocido datos, facilitados al diario Lanza, que apuntan que hasta el momento, y desde el inicio de la epidemia, han pasado por la UCI del hospital 50 personas, de las cuales fallecieron 30.
La presión asistencial en el hospital Santa Bárbara
El Hospital Santa Barbara de Puertollano vivió momentos dramáticos, especialmente durante los trágicos días anteriores y posteriores al 3 de abril, cuando el centro alcanzó su pico máximo de hospitalizaciones, 122. En aquellas fechas testimonios de personal sanitario aludían al «drama» de unos profesionales angustiados, pese a su preparación, ante el aluvión de ingresos, el ritmo diario de fallecimientos, la suspensión de la actividad programada, el traslado de camas y equipos, la confusión inicial en la aplicación de protocolos e incluso la falta de medios de protección paliada por las numerosas donaciones de empresas y particulares, un hecho reconocido por la propia jefa de Medicina Intensiva del Hospital Santa Bárbara, Nieves Parias.
Por su parte, la autoridad sanitaria realizaba grandes esfuerzos en la contratación de personal y en la compra y suministro de material en el entorno de un mercado intervenido por las administraciones y desquiciado por la demanda mundial y los cazadores de oportunidades. Aún así, fue determinantes el apoyo del pueblo de Puertollano, a través de numerosas iniciativas solidarias, y muy especialmente los fondos recaudados por la plataforma Puertollano Ayuda, que sirvieron para la compra de material sanitario en estrecha colaboración con la gerencia de área.
El drama de las familias
El drama de las familias de pacientes y fallecidos ha sido otra de las realidades de la pandemia hasta el día de hoy. El heroico esfuerzo, el cariño e infinita capacidad de empatía de los profesionales sanitarios apenas ha podido consolar a cientos de vecinos que se han visto obligados a esperar, encerrados en sus casas, una llamada diaria para poder informarse del estado de salud de sus seres queridos.
La incertidumbre y preocupación en los compases de espera entre llamadas es indescriptible, al igual que la soledad y desamparo de todos aquellos que han perdido a familiares y amigos sin poder despedirlos en duelo e incluso sin poder asistir a los entierros, dadas las restricciones impuestas por el estado de alarma.
La angustia y el luto de los sanitarios
El personal sanitario, médicos, enfermeras, técnicos de ambulancias, celadores y limpiadores del hospital Santa Bárbara han estado sometidos a una gran presión asistencial, pero también han recibido el impacto directo del virus, con contagios cuyo número y porcentaje aún no ha sido detallado por las autoridades sanitarias.
En todo caso, la verdadera dimensión de la propagación del virus la muestran los tres fallecidos por COVID-19 en la gerencia de área de Puertollano. Se trata de José Agapito Montero Mozos, de 63 años de edad y conocido como «el enfermero de Hinojosas» (desempeñaba su labor en el Centro de Salud número 3 Carlos Mestre), fallecido el pasado 26 de abril; el médico pediatra de origen colombiano Héctor Garrido Vecino, de 59 años de edad, fallecido el 15 de abril; y la auxiliar de enfermería Pilar García Buendía, de 61 años de edad, fallecida el 3 de abril. Todos fueron despedidos como héroes por el pueblo de Puertollano y sus propios compañeros.
La aflicción de los centros sociosanitarios
La incidencia de la pandemia en los centros sociosanitarios de Puertollano fue también una incógnita, ya que en aquellas semanas no trascendió información oficial y sólo puntualmente se pudo conocer algún detalle, principalmente de mano de los familiares. Sí consta que se desarrollaron importantes brotes de coronavirus en la residencia privada Albertia, en la residencia Las Pocitas del Prior, gestionada por la Junta de Comunidades, y en la residencia para personas con discapacidad psíquica del CADIG Fuente Agria. En todas se produjeron fallecimientos.
También trascendieron quejas de familiares en situaciones de ansiedad extrema por el estado de sus allegados en la residencia Albertia. La única información que recibían eran los partes redactados por el médico que visitaba a los usuarios, facilitados telefónicamente por personal asistencial sin la formación adecuada para contextualizar el dictamen facultativo o despejar las numerosas dudas de los familiares.
Una de estas denunciantes, Gema Bonales, llegó a relatar que su padre permanecía confinado en una habitación, con fiebre, una saturación de oxígeno del 70%, nervioso, inquieto y sin sedación, y que al no constar como positivo no se le trasladaba al hospital ni se le administraban fármacos específicos. El señor Bonales falleció a los pocos días.
Si bien Sanidad intervino en todas las residencias privadas afectadas por brotes, el personal de estos centros vivió los peores momentos de sus vidas ante la magnitud de la tragedia. Muchos han confesado un desconsuelo que, pese a todo, no les ha restado una delicadeza y atención ejemplares.
La gestión municipal
La gestión municipal estuvo ligada al desarrollo de la crisis sanitaria y el decreto de estado de alarma, y muy condicionada, al menos desde el punto de vista informativo y de comunicación social, por la enfermedad de la alcaldesa, Isabel Rodrígez, que tuvo que coordinar la gestión municipal durante las primeras semanas confinada en su domicilio tras dar positivo por coronavirus con síntomas que la obligaron a visitar las urgencias hospitalarias.
El estado de salud de la regidora se tradujo en una ausencia institucional palpable durante semanas, sin apenas comparecencias públicas del equipo de gobierno y de los grupos de oposición, que también registraron afectados por coronavirus entre sus filas.
En todo caso, la maquinaria siguió funcionando rutinariamente, de acuerdo a sus competencias de mantenimiento de los servicios públicos esenciales y de asistencia social, y diversos colectivos, asociaciones y empresas han reconocido la aptitud de servicio del equipo de gobierno durante los días más complicados. También fueron constantes las reuniones y sesiones informativas con los grupos municipales de oposición, que en líneas generales presentaron un perfil discreto, sin comparecencias y aparcando la política partidista.
Tras casi dos meses con los órganos municipales suspendidos, el Ayuntamiento de Puertollano celebró su primer pleno telemático el 7 de mayo, presidido por Isabel Rodríguez desde su despacho de alcaldía. La corporación aprobó por unanimidad su primera resolución contra la crisis, la exención del pago de la tasas de terrazas para los empresarios de hostelería durante el año 2020.
Aplausos, homenajes, cumpleaños y caceroladas
El confinamiento tuvo sus momentos de descompresión a las 20.00 horas, cuando la ciudadanía aplaudía a los sanitarios desde balcones y ventanas mientras las fuerzas de seguridad, ambulancias, bomberos, o Cruz Roja, entre otros colectivos, animaban a los vecinos con sus sirenas.
Se sucedieron actuaciones de artistas locales desde sus propias casas, y Puertollano también vivió una peculiar celebración de la Feria de Mayo, que impregnó de una extraña y por momentos delirante atmósfera festiva numerosas calles, adornadas con farolillos.
También se sucedieron caceroladas, de mayor o menor intensidad, contra la gestión de la epidemia llevada a cabo por el Gobierno de la Nación. Las principales fueron convocadas en las redes sociales por movimientos ligados al movimiento ultranacionalista y alentadas por el propio líder de Vox, Santiago Abascal, aunque también se registraron otras, de manera espontánea, por vecinos críticos con la gestión gubernamental.
Desde el momento en que se inició la desescalada cesaron los desfiles y disminuido en intensidad los aplausos. Los cuerpos de seguridad también dejaron de felicitar a niños y mayores en el día de su cumpleaños, dejando para el recuerdo imágenes entrañables.
Hoy, un año después, y a medida que se han sucedido las tres oleadas de contagios y las restricciones parciales, siguen abiertas las heridas, las físicas, psicológicas y económicas. La mentalidad de la propia sociedad ha dado un giro copernicano inimaginable hace 12 meses.
La vacunación es la gran esperanza, aún lastrada por una logística que impide la velocidad de crucero deseada, pero es la única herramienta que aleja la eventualidad de un nuevo confinamiento severo y marca la senda del regreso a la vieja normalidad… Si es que eso es posible llegados a este punto.
Lo mejor de este trágico año, la pelea del sistema sanitario público español contra la pandemia y la solidaridad y respuesta en positivo de la ciudadania en general. Lo peor aquellos que pusieron tantos palos de molino para hacer fracasar esta respuesta y hacer mayor esta tragedia. Para ellos desprecio y justicia para que paguen tanta maldad.
Ya. Seis millones de desempleados y más de cien mil muertos y la culpa es de los otros.
Se rescata la aerolínea del chavismo Plus Ultra, 53 millones. Se rescata el grupo multimedia del independentismo Mediapro, 300 millones. Se incrementan las subvenciones a sindicatos, 14 millones. Se incrementa el gasto en altos cargos, 15 millones.
y para la Vacuna española …700.000 euros de ayuda.
En las colas del hambre tienen que estar muy contentos con todo esto.
Pero, señores…que salimos más fuertes.
Muy bien dicho, Dimas.
La gente tiene que empezar a darse cuenta que hay que posicionarse de una vez:
Socialismo o Ultra Derecha.
Nos va la vida en esto. Los antifascistas tenemos que hacer todo lo posible y lo imposible en hacer ver a la gente que el Paraíso, el futuro, la vida, es el Socialismo.
La gente tiene que entender que rescatar a una empresa como Mediapro, del Camarada Roures, es una medida Progresista. Al fin y al cobro solo se le van a dar 500 millones de Euros y eso no es nada comparado con el magnífico trabajo que hacen como altavoz de nuestras ideas.
Se podría haber dado ese dinero a la Sanidad Pública? Si. Pero la labor de los medios para difundir nuestro mensaje es primordial.
Los AntiFascistas tenemos una tarea Hercúlea. Y todos somos necesarios en esta lucha. El Feminismo también nos ayuda a ello.
Ayuso no, que es menos mujer por qué es una Fascista de Manual. Afortunadamente las izquierdas de Progreso lo van a contrarrestar colocando Candidatas de peso como Cristina Almeida para Presidir la Comunidad Madrileña.
Bien dicho camarada. Seremos el Paraíso cuando los fascistas traten de escapar de nuestra Unión de Repúblicas Ibéricas como pasaba con el Muro de Berlín, pasa con Cuba y Venezuela.
Los fascistas siempre huyen del Paraíso del Socialismo.
Los no fascistas ansían venir a los paraísos socialistas en forma de turismo. Todo barato, seguridad y prostitución por muy módicos precios. La necesidad arranca instintos capitalistas.
Es necesario para que triunfe la revolución, que vivamos muy bien cuatro y el resto se someta, si quieren cartilla de racionamiento.
La Propaganda es un pilar de nuestra Democracia Popular.
El camarada Roures debe recibir ese dinero YA. La Sanidad que se joda, está llena de agentes del capitalismo sanitario empezando por cantidad de sanitarios aburguesados.
Y que decir de los 50millones destinados a la Aerolínea Plus Ultra, de nuestros Camaradas Venezolanos.
Parece mentira que nuestros YouTubers sean tan Fascistas de largarse y no contribuir con sus impuestos en tan necesario dispendio.
Esos youtuber se dan cuenta camarada de qué va esto, no quieren pagar con sus impuestos el Estado clientelar socialista. Son fascistas. Priorizan el mérito a la igualdad en la miseria.
Contra el trumpismo el pueblo unido jamás será vencido.
Nos tendréis enfrente fascistas.
Estupendo, honesto e independiente viaje por el año pandémico
Por una vez y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con casi todo el artículo.
Si he de criticar algo ahora que se ha hablado tanto de las vacunas de los que se han saltado su turno, INDICAR el trato privilegiado, control e internamiento (incluso en centros privados) de los políticos de pacotilla que no sólo estaban infectados, sino que incluso asistían a la pocas reuniones que se hacían, saltándose protocolo y normas establecidas.
Ojalá, en los próximos años, cuando volvamos a rememorar estas fechas que definitivamente nos cambiaron la vida, podamos referirnos a la pandemia, por fin, como algo del pasado y ya superado. Debemos mirar el futuro con optimismo….
Cuñao, por suerte la pandemia del COVID-19 se ira antes que el socialcomunismo.
Allá por el 78 llegó a Puertollano y aquí se quedó, ayudando a sus habitantes a salir de la pobreza, progresar y tener un futuro mejor, todos aquellos que durante estos 45 años han emigrado son todos unos fascistas que no han querido contibuir al avance y progreso de esta comarca, la mayoria marchandose a comarcas que son feudo de la derecha absolutista, como la Región de Murcia y Madrid donde los explotan laboralmente, sin libertad y oprimidos.
Hay que acabar con la pandemia, pero para ello se debe de acabar con el capitalismo fascista.
Charles, Salud y força al Canut.
Un post muy interesante, esta pandemia ha hecho que miremos la vida desde otro punto de vista. Nunca nadie imaginaría que tendríamos que confinarnos y que casi un años después seguiríamos con idas y venidas, buscando las vacunas y test. Puertollano a sido ejemplar en el comportamiento de sus ciudadanos.