Un equipo de restauradoras interviene en varias zonas del Palacio Provincial que estaban deterioradas a causa de la humedad

Un equipo de restauradoras interviene en varias zonas del Palacio Provincial de la Diputación de Ciudad Real que estaban deterioradas a causa de la humedad. Los trabajos se están desarrollando, en primer lugar, en la escalera del Palacio, que es el acceso y la parte más conocida de la institución, concretamente en las zonas bajas, en el descansillo, en el arco y en una pilastra jónica.

Elena García Gayo, conservadora-restauradora del Servicio de Patrimonio Cultural de la Diputación y directora técnica del proceso de restauración, explica que los deterioros que presenta han sido ocasionados por múltiples accesos de humedad, en la zona alta por filtraciones y en la zona baja por la porosidad de los materiales, que han provocado la salida de sales solubles al exterior y la rotura de la capa pictórica.

Asimismo, se está actuando en varias áreas del descansillo del piso superior y en el escudo de Almadén de la sala de recepciones. María Luisa López Ávila, conservadora restauradora responsable de Uffizzi, explica que en todo el proceso se están usando materiales que no produzcan deterioro para poder recuperar los motivos ornamentales que estaban deteriorados y que están rescatando debajo de repintes parciales y de algunas otras intervenciones de cubrición sobre ellos.

Según López Ávila, los materiales utilizados tienen que ser estables, reversibles y, que en la medida de lo posible, eviten que se vuelvan a producir daños por humedad. Esto es lo más difícil, porque los deterioros por capilaridad son responsabilidad de la construcción del propio edificio, que data del siglo XIX.

Este es el tercer proceso de restauración que se lleva a cabo en el Palacio provincial, tras los acometidos en los años 1982 y 2003. Para poder llevar a cabo la restauración de las capas pictóricas, ha habido que dar una solución previa a los problemas producidos por el agua, sobre todos en la zona del arranque de la escalera, que es la que más ha sufrido desde su construcción por la cercanía a la humedad.

El tratamiento recibido previo a la pintura y una ventilación forzada de los muros, en los que se ha colocado una línea de perforaciones en los primeros escalones, debería ser una solución a largo plazo para la degradación de las pinturas decorativas del acceso a la escalera.

Tras el arreglo de las bajantes del tejado por parte del servicio de mantenimiento de la Diputación y de todas las actuaciones que se están llevando a cabo en este proceso de restauración, lo esperable es que no se vuelvan a producir daños, aunque como explica García Gayo, “estamos en manos de fenómenos meteorológicos y de la respuesta de una construcción del siglo XIX”.

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