Roberto Cortés Bermejo, graduado en estudios ingleses y anhelante periodista.– El IES Fray Andrés, celebra el Día Internacional de la Mujer con una ambiciosa exposición, organizada por los departamentos de Historia, E, Plástica, Francés y Lengua y Literatura, que bajo el título “Historias de Mujeres, una Perspectiva en el Tiempo”, quiere rendir homenaje a todas las mujeres que desde distintos ámbitos, y gracias a su fortaleza y grandeza han contribuido al devenir de la Historia de la Humanidad.
Parece que ha pasado poco tiempo desde las marchas de las primeras sufragistas o de la primera manifestación del 8M en Madrid, como si el movimiento por la igualdad hubiera nacido hace tres o cuatro años. Han sido miles de mujeres las que, con su trabajo, han revolucionado todas y cada una de las áreas. Y mi duda es: si se organizara una reunión entre mujeres sobresalientes que han cambiado el rumbo de la historia, ¿qué mujeres irían? La respuesta es, sin duda, muchísimas. Si quitáramos su presencia y borráramos sus huellas del mundo, todo esto que tenemos a nuestro alrededor, sería muy distinto.
A esa reunión de féminas que revolucionaron el planeta durante una época iría claramente, desde Egipto, Hipatia de Alejandría que dio sus primeros pasos en la filosofía, astrología y matemáticas en la ciudad del faro. Seguros tenemos que estar que la Reina Isabel La Católica también tendría cabida en ese consenso. Gracias a ella podemos decir que en América Latina hablan nuestra lengua, y gracias a esta figura y a su matrimonio con Fernando de Aragón vivimos en la España unida que conocemos aún hoy. Se sumarían más mujeres de todos los ámbitos: del cine, como Marilyn Monroe, que revolucionó el Hollywood de los años cincuenta; Brigitte Bardot, que hizo lo mismo en su Francia natal o Audrey Hepburn.
Todas estas mujeres se verían las caras, se conocerían y se presentarían una a una. Llegaría el turno también de mujeres que han ayudado a la humanidad de manera religiosa como Teresa de Calcuta, o de mujeres que han colaborado con el mundo de las ciencias como Rosalind Franklin. A la asamblea también estarían citadas mujeres ligadas a la política como Margaret Thatcher, la Primera Ministra de Reino Unido, o Anna Hidalgo, alcaldesa de París, de origen español, o Kamala Harris, la primerísima Vicepresidente de Estados Unidos, hoy en el cargo. Artistas como Frida Kahlo y cantantes como Lady Gaga o Tina Turner; revolucionarias como La Pasionaria o filósofas y ensayistas como María Zambrano o Rosalía de Castro. Isabel II de Inglaterra y de España, divas italianas como Sofía Loren y sufragistas y primeras damas como Evita Perón. Todas estas mencionadas se alegrarían de conocer a Rosa Parks, revolucionaria negra que negó su asiento a un hombre blanco, Rosa Luxemburgo, Emmeline Pankhurst, Michelle Obama, Jackie Kennedy, Nancy Reagan, Maria Montessori, Liliana Segre o Federica Montseny. Todas juntas, algunas vivas y otras resucitadas, se darían la mano, dos besos o lo que tocara para introducirse a ellas mismas y explicarse unas a las otras qué han hecho por la humanidad.
Llama a la puerta una última mujer. Llega tarde y todas estas mujeres anteriormente citadas hablan y se reían después de tantos años de historia. El hecho de abrirse la puerta al ver llegar a aquella mujer contemporánea, provocó un silencio en todas las reinas, damas, actrices, sufragistas, presidentas y cantantes allí presentes. Se presentó, venía de Puertollano, un pueblo perdido de La Mancha, un pueblo obrero y minero. Era una mujer bombero, y se presentó como tal, alegando que era la primera mujer en desempeñar tal cargo en España. Las españolas allí presentes, como las Reinas de España, se sorprendieron y la miraron de arriba abajo.
– Mi nombre es María Luisa Cabañero. – dijo tímidamente.
Y así es, María Luisa Cabañero, natural de Puertollano, ha crecido en nuestras calles y ha sido educada en nuestros colegios. Su trabajo ha sido incansable y ha desprendido energía a raudales para dedicarse a lo que quería. Los autobuses de la capital española lucen su imagen presumiendo que sea una mujer la que pueda decir hoy que es bombero, policía, soldado o cualquier oficio reservado históricamente para los hombres.
Luisa Cabañero, como Marilyn, Evita, Margaret, Isabel, Rosalind, Michelle, Tina, Clara, Rosa, Kamala o Hipatia, lo tuvo difícil, pero no fue imposible gracias a su dedicación. En el pasado, los judíos eran engañados en los campos de concentración con falsos letreros en los que se podía leer en alemán el trabajo os hará libres. Eso, en aquel entonces era mentira. Pero hoy, afortunadamente, podemos decir que sí, el trabajo os hará libres. A ellas, las hizo así.
