Daimiel Noticias.- Laura Cabanes lo ha vuelto a hacer. Y en las circunstancias más difíciles de su corta pero brillante carrera deportiva. La plata en los 200 metros estilos conseguida este domingo en el Campeonato Nacional Infantil de Natación ha sido la que más le ha costado amarrar por todo lo vivido este último año.
Durante muchas semanas no pudo siquiera entrenar por el confinamiento total. Y sin ir tan lejos, sin mirar a la primavera pasada, desde el pasado 21 de diciembre, su entrenador en el Club Natación Daimiel, Raúl Utrilla, no ha podido acompañarla en ninguna sesión. Ni en las pocas donde ha podido tirarse a la piscina en un club privado de Ciudad Real y ni en el resto que ha tenido que hacer por su cuenta en casa o cuando se podía en los gimnasios. En resumen: no ha podido entrenar con la intensidad y la frecuencia que requiere su nivel competitivo.
Por eso, esta plata le “sabe oro” a su entrenador y ha sido “la más difícil de todas” en los campeonatos nacionales, según la propia nadadora que además tuvo que sobreponerse al varapalo del sábado. En los 400 estilos no encontró buenas sensaciones. “No me sentía bien”, y acabó la prueba en decimotercera posición. Pero el domingo, desde que se levantó, tenía “otra visión”.
Su entrenador cambió la rutina habitual de calentamiento. Más corto. Más relajado. Toda la energía para la competición. Y salió lo mejor de la nadadora daimieleña. Y la mejor de su generación en los estilos. “Me tiré a por todas, y el oro estuvo cerca”, a solo medio segundo. Un poco sorpresa por las circunstancias que han rodeado este último año, pero la confirmación de que Laura Cabanes tiene ese talento competitivo que despunta en los momentos clave.
Otras nadadoras han compartido estas dificultades, pero no las que están en un Centro de Alto Rendimiento en Madrid o Barcelona. Las hay que han podido entrenar más porque las piscinas eran solo para las nadadoras federadas. Ella ha tenido la mitad de las sesiones semanales en el mejor de los casos. Y en algunas, el contacto con el agua se reducía a la ducha de casa.
Por eso, esta plata vale más y es tan importante que lo antes posible pueda recuperar su ritmo de entrenamientos. Para las competiciones de este verano. Más aún, de cara a las del verano de 2024. En París, donde quién sabe qué podría regalarnos la daimieleña para ese entonces de tener medios y ayuda suficiente. Ojalá y, al menos, su evolución siga permitiendo soñar con la posibilidad de los juegos olímpicos.