No al criticar por criticar

​Eduardo Muñoz Martínez.– Quiero comenzar estas líneas confesando públicamente que son muchos los días que cuando me voy a descansar, después de haber leído la prensa, después de haber escuchado las noticias, lo hago confirmando una triste realidad: hoy tampoco ha sabido la oposición, tanto a nivel de Gobierno central, como autonómico o local, hacer política. Su política.

Mayormente hacen, desde mi punto de vista, política de «pataleo» que, a fin de cuentas, únicamente conduce a tergiversar la realidad, a confundir al pueblo, a la manipulación…, aunque afortunadamente nuestros convecinos cada vez tienen los ojos y los oídos mucho más abiertos.

Me decía no hace mucho tiempo una buena amiga, hoy compañera de formación política, que agradece la crítica, -yo creo que eso nos pasa a todos-, cuando es positiva, cuando se puede obtener de ella un resultado favorable, enriquecedor…, pero no cuando se critica por criticar, sin aportar nada que nos ayude a crecer…, y es que eso más que crítica es pataleo. Eso es lo que yo observo, y pienso que serán muchos y muchas quienes compartan la experiencia, por ejemplo, en nuestro Ayuntamiento de Ciudad Real, «por no irnos más lejos», cómo solemos decir en nuestra tierra.

Sinceramente, es muy triste que no pasen de la demagogia, del empoderamiento, de la vanagloria, yo creo que cada vez más vana que gloriosa, en lugar, salvo en alguna ocasión que otra, -que todo hay que decirlo-, porque en la mayoría de los casos, y eso es realmente lo triste, no son capaces de aportar soluciones, propuestas…, viables.

Es política. Su forma de hacer política, me dicen a veces las personas con quienes comparto mi impresión. Y lo comparto, lo admito…, pero no dejo de reconocer, tal vez sea una opinión meramente personal, que es una política muy pobre, hasta poco creíble en ocasiones…, que me hace recordar la perorata de aquellos vendedores ambulantes de ilusiones poco fundamentadas en la verdad, algunas de ellas, de aquellos charlatanes que hace ya décadas recorrían frecuentemente nuestros pueblos.

Y hay un hecho que potencia aún más la tristeza a la que anteriormente aludía; la de esos políticos, cómo les ocurre a algunos de los que componen la oposición a nuestro Equipo de Gobierno Municipal, que ya tuvieron ocasión de manifestar sus dotes y que, a tenor de la voluntad que se desprende de la respuesta que últimamente dan las urnas, no dejaron muy buen sabor de boca a los ciudadanos, en términos generales.