Gabriela Altozano es el pseudónimo de una mujer de Ciudad Real (a quien no conozco; funcionaria, de unos 60 años) que se ha lanzado a publicar (vía Amazon) ésta su primera novela: “Fatum. Al final del sendero”.
No comparto la estrategia de Amazon, que es letal para las librerías, pero entiendo que los nuevos autores tengan que buscar salida a lo que producen y ésta es uno de las que hoy día funcionan, aunque a mí no me guste.
Sobre el libro. Estamos ante una novela de acción, ambientada en dos momentos diferentes en casi un solo escenario, la sierra de Cazorla (en el norte de Jaén). La época en que transcurren los hechos principales son los años 20 del siglo pasado, y ya en el momento actual, 80 años después, la investigación que sobre aquellos hechos lleva a cabo Alice, la biznieta norteamericana de uno de los protagonistas.
La historia es fuerte, tiene muchos momentos de gran tensión, y está bien trabada y desarrollada. Los personajes centrales, Andrés y su mujer, Rosario, están bien definidos y el resto de personajes, sin llegar a esa profundidad, cumplen bien su papel auxiliar en la trama. El principal mérito de la obra, creo yo, es ofrecer lo que podría ser un drama rural de la Andalucía muy pobre de comienzos del siglo pasado, entreverado con una historia de amor, de tintes dramáticos (alguien podría decir que tal vez melodramáticos), y con otra serie de componentes familiares y sociológicas bien ensambladas en la historia principal. La presencia del mal y del destino (el fatum del título) completan la intensidad que emana de todo el libro.
Se deja leer muy ágilmente (yo la acabé en dos días, son 400 páginas). El libro me lo dejó hace algún tiempo mi amigo Guillermo Sánchez Wolff. Este es el enlace por si alguien se anima a buscarla:
Un vibrante relato muy recomendable…..
Una novela, en mi opinión, muy recomendable.
Está en Amazon, pero también se puede encontrar en algunas librerías. Sin ir más lejos, en Ciudad Real se vende en LITEC.
A mi me encantó. Se la recomiendo a todos los amantes de las buenas historias. Yo no podía parar de leer, sobre todo en la parte final del libro.