Jesús Millán Muñoz.- Josef Heinrich Grebing, 1879, Magdeburgo, 1940, Grafeneck, fue un hombre de negocios-contable sobresaliente, que en 1906 tuvo una enfermedad psiquiátrica, ingresado en un sanatorio, murió en 1940 en Grafeneck, un campo de exterminio por eutanasia.
Las obras de este autor, las que se conservan después de los avatares de la segunda guerra mundial están en la Colección Prinzhorn que contiene actualmente, alrededor de catorce mil objetos-obras, de varios cientos de autores dentro del llamado Arte Otro o Art Brut o Arte Marginal o Arte del Silencio…
Diríamos que toda vida es un enigma-misterio, pero en este mar-volcán en el que estamos introduciendo nuestros ojos, la biografía de esta persona artista, diríamos, que se producen, varios elementos a tener en cuenta, primero, llevar una vida normal y rutinaria, con un oficio y profesión, en la que parece que destacó, o era eminente, y en 1906, se produce la ruptura de la enfermedad psiquiátrica, posiblemente una grave esquizofrenia, pero teniendo en cuenta que en la época, los tratamientos y terapias eran muy limitados-deficientes…
A partir de ahí, ingresa en un sanatorio psiquiátrico, y empieza su relación con el arte plástico, por lo cual, construye diríamos un “mundo”, expresado con y para y en y desde el Arte Plástico. Y termina, su vida-existencia, en la locura de un campo de exterminio, aplicándosele, la razón-motivo último o primero, por enfermo mental, en nombre de la teoría de la eutanasia, de la raza pura…
El ser humano desde la prehistoria, al menos desde Chauvet, pero posiblemente antes, necesita el arte, crea el arte, se expresa con el arte, intenta entender-comprender su mundo interior y exterior con el arte-artes. Por alguna razón, que todavía no conocemos, el ser humano desde la prehistoria más antigua, hasta dónde sabemos y conocemos, utiliza-crea-contempla-consume el arte que nace desde las profundas raíces de su interior, e intenta captar, las profundas raíces del exterior-mundo-universo, hibridando dos realidades-raíces, lo más interior de cada sujeto con lo más exterior. Al expresarse un sujeto, nos expresa a todos, de alguna manera. El arte de un sujeto-persona-individuo expresa en muchos sentidos el arte de la humanidad…
Se ha discutido mucho, durante décadas, si estas personas que caen en una enfermedad grave mental crean verdadero arte, teniendo en cuenta que hace un siglo, como es el caso de Grebing, no debemos olvidar que el desarrollo médico y del conocimiento biológico y psiquiátrico era muy limitado, al igual que las terapias biomédicas o psicológicas, por lo cual, el grado de curación o al menos, de mantenimiento en un estado aceptable de superación de la enfermedad era muy bajo.
Por tanto, el problema estético y artístico y psicológico y psiquiátrico está presente, se analiza si estas personas, sin enfermedad podrían haber realizado una obra de arte destacable, como es el caso que nos ocupa, o si la enfermedad es la que crea la genialidad de esa obra, o si de todas maneras, con un mayor grado de salud la habría realizado. Todos estos problemas son diríamos, quizás, en cierto grado artificiales, porque hay personas enfermas psiquiátricas que no destacan en el arte, en ningún arte, igual que hay personas sanas, que no destacan en ningún arte.
Aunque es cierto, que hasta donde sabemos, todas las sociedades y pueblos y culturas que han existido crean arte o artes, y todos los sujetos que han existido, enfermos o sanos, al menos, consumen algún tipo de arte especialmente, sea algún arte musical, la canción, sea plástico o literario o… Pero, incluso las personas con menos cultura académica, en cualquier sociedad o tiempo o edad…. Lo que lleva a pensar, que la creación artística es algo inherente a la especie humana, y el “consumo” de arte, es algo inherente-esencial a todo sujeto humano, desde la infancia…
No podemos obviar, ni olvidar, que el gran arte de los grandes museos, de que casi todas las tendencias artísticas que se han dado en estos últimos cien años, ha sido enormemente influenciada por este tipo de arte, gran parte del expresionismo, del surrealismo, de arte Dadá, Art Brut y, de otras corrientes artísticas, que han tenido una enorme importancia en las artes plásticas, literarias, musicales, de la danza-movimiento, etc., éstas no se habrían producido, si no hubiese sido, porque cientos de autores y autoras se inspiraron, directa o indirectamente, consciente o inconscientemente en el arte realizado por estas personas… Hoy, en el arte plástico, hay en los museos miles de obras de arte, que tienen una de sus raíces en el arte marginal de estas personas…
A veces, pienso, que existen en el mundo cientos de centros de salud mental, centros sociosanitarios, centros terapéuticos “de día” o de ingreso, multitud de formas de terapias y de colectivos que se ocupan de esta temática. Existen en el mundo millones de personas, que en un momento, temporal o más largo en el tiempo, se enfrentan al problema de la enfermedad mental, en mayor o menor grado, y que existe un tanto por ciento de personas con estas características que por terapia, realizan arte o artes. Pienso, que aunque se ha avanzado mucho en estos menesteres, quizás, se debería plantear y replantear, la recogida de todo este material-producción, que se produce a nivel mundial. Organizado de forma territorial y se podría exponer en las redes sociales, se podrían realizar cientos de Museos Virtuales de estas obras, de todas las Artes, si sus autores y autoras dieran su consentimiento. .
Se podrían coleccionar-conservar, de forma material o, y, de forma virtual, miles, docenas de miles, cientos de miles de obras-producciones culturales, de todas las artes, de miles, de docenas de miles, de cientos de miles de personas. Y, esta producción sería una manera y forma, de dignificar a estas personas, de homenajear a estas personas, de valorar el trabajo artístico de estas personas, y lo más importante, que estas personas con sus diversas expresiones artísticas y artes, nos están enseñando algo muy profundo de todos nosotros. Algo de la mismidad más profunda, algo que otros autores artistas, no se atreven a indicar a expresar a mostrar, a contarnos. Pienso que algunas obras de este autor, y de otros, deberían estar al lado de las grandes obras en los Museos Actuales o Contemporáneos de Arte.
Queda con y en nosotros esta cuestión, tengamos el valor de intentarlo, que aunque mucho se ha hecho en este campo, quizás, aún queda mucho camino por recorrer… ¡Paz y bien…!