Pescado con olor de plástico, piezas de fruta podridas, trocitos de cerdo en los huevos rellenos, o pollo con un olor malísimo sin ningún sello Halal son solo algunas de las anomalías que los padres y alumnos de confesión musulmana que reciben comida en los comedores escolares vienen detectando en el menú de los comedores escolares de toda la región.
Tras una recogida de firmas y varias quejas a los encargados del catering y el Ayuntamiento, madres y padres de alumnos con confesión musulmana cuentan a este colectivo que se han vuelto a ver de nuevo entre la espada de la calidad y un muro ante nuestra sensibilidad, según ha informado María Del Rosario Sánchez Díaz, presidenta de la Asociación Marroquí de Derechos de los Inmigrantes.
»Con la comida de nuestros hijos no se juega; esta breve expresión que todos hemos podido escuchar o comentar en repetidas ocasiones durante nuestros breves encuentros a la salida de nuestros hijos del colegio no es baladí», señala.
»Ahora entiendo porqué mis hijos venían con mas hambre del comedor escolar», comenta una de las madres. «A raíz de la crisis del Covid-19 he podido comprobar que la calidad de los menús brilla por su ausencia», replica otra madre.
Halal es una palabra mencionada en diversas ocasiones en el Libro Sagrado. Se entiende como un concepto global que hace referencia al conjunto alimentos, cosas y conductas que son permisibles, buenas y recomendables para los seres humanos y el medio ambiente según los criterios establecidos por el propio Corán, la Sunnah del Profeta Muhammad y las distintas escuelas de jurisprudencia islámica.
La ley española es clara, según este colectivo: el menú Halal es un derecho, pero más allá del mercado que supone, el acceso a la alimentación Halal es un derecho recogido en los Acuerdos de Cooperación entre el Estado y la Comisión Islámica de España (Ley 26/1992).
En el citado acuerdo, en su artículo 14, indica entre otros el derecho de los estudiantes musulmanes a disfrutar de un menú adecuado a los preceptos islámicos en los centros docentes públicos y privados concertados. Este artículo señala que “la alimentación de los internados en centros o establecimientos públicos y dependencias militares, y la de los alumnos musulmanes de los centros docentes públicos y privados concertados que lo soliciten, se procurará adecuar a los preceptos religiosos islámicos».
Nada más lejos de la realidad, según los musulmanes, «pues la reivindicación es clara y sencilla: cumplir con la calidad y con la Ley para garantizar y normalizar un menú Halal a los estudiantes musulmanes que así lo soliciten, pues cabe recordar que hay una cuestión formal y es que los padres deben de solicitar el Menú Halal cuando cumplimentan la matrícula escolar, al igual que la educación religiosa y los centros deben poner a disposición de los padres dichas solicitudes».
»Aunque mediáticamente se suelen destacar los casos más polémicos», prosigue, «lo cierto es que multitud de comedores escolares en España ya ofrecen la opción de un menú Halal diariamente a sus alumnos musulmanes sin que ello suponga ningún conflicto social y sin vulnerar el derecho de los demás alumnos».
Es responsabilidad de todos, políticos, centros docentes, caterings y padres alcanzar una solución que permita el cumplimiento de la Ley y satisfaga a «todas las partes», insisten.
«Aunque este camino no es sencillo, dado que las competencias en materia de Educación están transferidas a las comunidades autónomas, «esperemos que nuestro mensaje no se quede en el spam digital de nuestros políticos, ni queremos que su destino sea caer en el mismo saco roto donde han caído otras legítimas reivindicaciones que hemos hecho llegar a los responsables locales y regionales», aseveran. «Porque sin la buena voluntad y una política inclusiva de la diversidad ninguna solución es posible», concluyen.