Emilio Nieto López, primer decano de la Facultad de Educación de Ciudad Real.– Generalmente, lo normal es casi siempre lo más sencillo y lo más fácil de hacer entre los seres humanos que piensan en hacer el bien a sus semejantes no aprovechándose de los que no se pueden defender del mal poder o de aquellos otros que, no acudiendo a las urnas y, por lo tanto, no revestidos del poder que éstas dan, son los que verdaderamente mueven los hilos del poder.
A bombo y platillo se publicita en todos los medios sociales y de comunicación, habidos y por haber, que a los funcionarios se les sube el dos por ciento el sueldo; que a los jubilados se les actualiza la pensión conforme al IPC, lo que supone, como máximo, el uno por ciento; que a los agricultores, ahora en pie de guerra, se les revisará la cadena alimenticia porque llevan más de veinte años pagando la cesta de la compra, pero el gobierno esconde la carta más importante a lo hora de solucionar los problemas.
Llevamos ya más de diez años oyendo en la televisión, en la mayoría de los medios de comunicación social, en los mítines de algunos partidos, que hoy gobiernan España, que los bancos son unos ladrones, usureros y mala gente a los que hemos tenido que rescatar porque se han llevado nuestro dinero, pero no nos dicen la verdad porque quienes permiten que esto ocurra es sencillamente los que nos gobiernan, más aún, saben perfectamente que los bancos no han sido rescatados, sino las cajas de ahorro, gobernadas por los partidos políticos y representados, en sus órganos de gobierno, por sindicalistas y partidos políticos de derecha y de izquierda.
Si el gobierno obliga a todos sus funcionarios y jubilados a domiciliar la nómina en una entidad bancaría, siempre que quiera cobrar el sueldo o la pensión, es el gobierno al que le cabe la responsabilidad de que no se le imponga ningún impuesto bancario. El gobierno permite a los bancos que cobren, al usuario que ha domiciliado su cuenta, por obligación, a pagar unos emolumentos, impuestos arbitrariamente por las entidades bancarias. Este hecho es de suma gravedad porque los bancos, con la aquiescencia del gobierno, meten la mano en el dinero de los usurarios si, al final de cada mes, quieren cobrar su nómina o su pensión. De tal manera esto es grave que por ejemplo a la mayoría de los jubilados agrarios que cobran la pensión mínima les supone más el impuesto mensual del banco que la subida que ha realizado el gobierno.
El enfrentamiento diario del usuario con su entidad para que esta cantidad impositiva, por tener abierta una cuenta, cuenta ésta abierta por imperativo legal del gobierno, no sea gravada con el impuesto unilateralmente establecido por el banco, se hace cada día más difícil y más oneroso para el usuario. Bien saben los bancos y el gobierno que los pensionistas en España tienen una media de más de ochenta y dos años y que muchos de ellos viven en los pueblos de la España vaciada que ni pueden, ni se enteran de ese impuesto y que por lo tanto lo van a pagar sin decir ni palabra, lo cual acrecienta la desigualdad y la discriminación a los de siempre. Luego no hablen de la España vaciada porque ustedes están contribuyendo a que se vacíe aún mucho más.
Entiendo que criticar es fácil pero, en este caso, la crítica quiero que vaya acompañada de la solución del problema, de una manera rápida y sencilla, pero eso sí, siempre que vaya acompañada de la voluntad política para llevarla a feliz término. Para gobierno es muy sencillo obligar a todos sus funcionarios, trabajadores y pensionistas a domiciliar su nómina en una entidad bancaria porque así la liquidación se hace muy rápidamente y sin gastos, es decir se ahorran un dinero, y esto me parece bien siempre que no se perjudique al ciudadano. De este acto inmoral se aprovechan las entidades bancarias. Digo inmoral porque el resultado final es inmoral, arbitrario, discriminatorio y desigual.
¿Qué debe hacer el gobierno? Pues algo muy sencillo sacar a subasta pública el servicio de pagaduría de las pensiones, y sueldos de los funcionarios y trabajadores de tal manera que, el impuesto que ahora pagan los usuarios, lo paguen los bancos al Estado Español. Estoy seguro que las entidades bancarias se pelearían por pujar, eso sí, pagando por monopolizar las cuentas millonarias, que, todos los meses, paga el gobierno de los presupuestos que abonamos todos los ciudadanos. De esta manera totalmente transparente y beneficiosa para todos, también para el gobierno, si no tuviera las manos atadas con los bancos, lograría un servicio gratuito para la ciudadanía.
Esta sería una fórmula, como otra cualquiera, pero si los miedos, los temores, los intereses, los créditos y todo eso que nadie sabe cómo se gestiona desde el poder, lo imposibilita, lleguen ustedes a acuerdos puntuales con las entidades bancarías para que, donde el usuario domicilie su cuenta por imperativo del gobierno, no se le pueda gravar con un impuesto bancario que hoy es de seis euros mensuales y mañana podrá serlo de lo que estime la entidad bancaria.
El gobierno de la nación no está para crear problemas sino para resolverlos. Este problema lo han creado ustedes porque han entregado a las entidades bancarias todas las nóminas de los funcionarios, trabajadores públicos y jubilados de España para que ellos les impongan el impuesto que estimen oportuno, por tener abierta un cuenta corriente o una libreta de ahorros y así poder percibir en ella su nómina o pensión, sin tener en consideración al usuario del servicio y por lo tanto al verdadero accionista de la institución económica.
Es bueno rectificar, dicen: que es de sabios, pero si la rectificación llega tarde es como si la justicia se aplicara cuando uno ya no está en este mundo o cuando comunican, al que hace un año que falleció, que le toca operarse.
¿Acaso uno puede cobrar, en estos momentos, su nómina o su pensión directamente sin necesidad de domiciliar su nómina o pensión en una entidad bancaria? Si fuere posible me gustaría que se informara a la sociedad para que, de esta forma, se pudiera paliar este grave problema del que vengo hablando. Pero si es que no, como me temo, pónganse a trabajar y resuelvan el problema que han ustedes han creado.
Con intereses negativos, al banco le cuesta dinero tener tu dinero. Partiendo de ahí es fácil deducir que cada vez nos van a freír más y más a comisiones. Y ya que el banco es una empresa privada, que busca beneficios, cualquier pérdida que tenga (como la provocada por esa subasta pública) repercutirá de una u otra forma en sus clientes. Me parece un poco populista el artículo, y mira que yo no tengo ni idea de éstos temas….
Bueno, la estrategia populista es un riesgo para la democracia, Sr. Nieto…..
¿Y por qué no una banca pública para defendernos de los saqueadores bancarios?
Desde la llamada Transición los sucesivos gobiernos liberales de la derecha y de la mal llamada izquierda liquidaron toda la banca pública y los ciudadanos de a pie con ello hemos ido perdido muchísimo.
La consecuencia de estas privatizaciones han sido:
En todas las poblaciones incluso en la España vaciada había Caja Postal instalada en la Oficina de Correos hoy los pocos ciudadanos que aún viven en estos pueblos olvidados se han quedado sin servicio bancario.
Teníamos un Banco Exterior de España que controlaba todas las entradas y salidas de divisas así como las transacciones con el Extranjero, la eliminación de esta entidad supuso la opacidad para sacar dinero de España a los llamados Paraísos Fiscales.
Teníamos un Banco Hipotecario de España cuyo existencia garantizaba el acceso de los ciudadanos a la vivienda, su privatización supuso la barbaridad del ladrillo que tantos miles de millones le costo a las arcas públicas para rescatar a la banca privada.
Podría seguir así con el Banco de Crédito Agrícola y un largo etc.
No es mi intención manifestar a quienes ha beneficiado todo este despropósito pero esta muy claro que los perjudicados hemos sido absolutamente todos los ciudadanos.
Se me ocurre dejar de mentir a la ciudadanía. Algunos comentarios tienen un sesgo que apesta. Nada más populista que decirle a la gente que endeudarse es bueno y el gasto es prosperidad. Las consecuencias son ya conocidas. Miren Argentina. La deuda te hace esclavo de tu deudor. Recuerden que una de las primeras personas en reunirse con Sánchez fue Soros. Y Soros es un gran defensor de la deuda perpetua, que es sinónimo de perpetua servidumbre.
La riqueza proviene del ahorro. La deuda nos hace más pobres, más dependientes de otros y presa de demagogos y tiranos. La deuda acaba con nuestra libertad.
Ahora, pregúntense para qué queremos diecisiete comunidades autónomas, miles de órganos feministas que no impiden la muerte de centenares de mujeres, infinitas televisiones públicas, el Lanza, o si a Berlusconi se le pueden entregar millones de euros para sus teles a pesar de ser multimillonario.
Recuerden que una sociedad pobre es una sociedad dependiente. Y una sociedad dependiente hará lo que el tirano de turno desee. Pedro Sánchez y sus secuaces tiene la mejor de las circunstancias para sus objetivos.