Subidos a escaleras o en cajas apiladas sobre las mesas en precario equilibrio sobre el vacío. Las restricciones de pandemia en recintos deportivos obligan a las familias, la afición más irreductible, a seguir los partidos de fútbol juvenil de esta guisa en los aledaños del estadio Sánchez Menor de Puertollano.
La imagen de esta pasión paterna se ha repetido durante toda la temporada, como una ensoñación febril en esta nueva irrealidad covid, entre la distopía futurista y aquella España cañí de olvidadas triquiñuelas para ver de gañote el fútbol o los toros.
Y es que todos sabemos que la afición es el jugador número 12…..
Al jugador 12 ya le han comido bastante la cabeza para hacer gilipolleces y es que el fútbol es otra religión que mueve mucho dinero.
A ver si luego ponen el mismo empeño en recoger las cacas de los perros,que está el pueblo que da asco
Llevamos 2 dias con las terrazas a reventar y mas de un 30% dentro de los bares. De nuevo los hosteleros haciendo lo que les da la gana, mesas muy juntas, gente fumando en las puertas, gente consumiendo de pie, los niños saltando como monos, un verdadero desastre sin ley.
Bienvenida cuarta ola, bienvenido un nuevo cierre.
La culpa es de los de la 6ª provincia…