Derechos humanos frente a vacunación obligatoria

El 1 de Diciembre de 2.020, la Gran Logia de Chile organizó un acto con muy poca difusión, pero de enorme importancia dada la relevancia de su invitada: la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet.

El motivo del encuentro telemático: Conmemorar el 72 aniversario de la famosa Declaración Universal que da nombre al cargo de Dñª. Michelle.

Fue una intervención, a mi modo de ver, llena de palabras propias del lenguaje políticamente correcto, gestado y promovido en las logias. Palabrería hueca, grandilocuente, caracterizada por aparentar mucho donde nada se dice. Esta apariencia tiene la habilidad de hacer creer al oyente ingenuo y poco avisado que estos buñuelos en forma de discurso tienen un relleno sustancioso cuando simplemente son meros buñuelos de viento.

Tratan de disimularlo. En realidad, la masonería está feliz. Gracias al evento Covid-19 van a tratar de implantar su modelo mundialista; ése perfectamente programado en la Agenda 2.030. Era necesario crear las condiciones. Por arte de magia, apareció el Sars- Cov 2.

Esta funcionaria de la ONU, con cargo rimbombante, como todo lo que rodea a los hijos de la viuda, no es nueva en política. Al oírla da la impresión de haberse caído del caballo. Como todo político masónico de fuste habla de los problemas del género humano, olvidándose que ella fue Ministra y Presidente de su país; por tanto, responsable directo de la situación chilena. Claro. Esas cosas se evitan y enmascaran en esa papilla verborreica de la Humanidad -así, con mayúscula-. Es decir, como los problemas atañen a casi 7.000 millones de personas, o laminamos todo para crear un mundo idílico, hecho a imagen y semejanza de estos falsos dioses, o será imposible mejorar las condiciones de los nacionales de cualquier Estado. O hundimos el sistema para crear su Mundo Nuevo –siempre con mayúsculas- o todo esfuerzo será inútil. Bachelet es un Rodríguez Zapatero en mujer; por tanto, las tonterías se le perdonarán más fácilmente.

Este oráculo de la liga de los mandiles afirmó en su comparecencia que necesitamos un nuevo contrato social. Con todo respeto, agradecería que alguien me explique cuáles eran los términos del anterior contrato, porque no recuerdo haber firmado ninguno. Le pregunté al panadero de la esquina de mi barrio si tenía una copia de su contrato social y pensó que le preguntaba por el del alquiler del local. Es cierto. No estoy bromeando. Siempre las palabras grandilocuentes y vacías tratando de explicar conceptos idealistas sin ninguna representación material concreta, salvo en las alucinaciones colectivas de las logias. Esta gente es capaz de llevarnos al desastre, y lo harán plenos de felicidad, convencidos de que están tocados por una varita de los dioses para salvar a la Humanidad toda.

Este Zapatero en versión femenina dio algunas pistas sobre cómo debería ser la recuperación posCovid -19: Sostenible, inclusiva y resiliente. Mi querida madre falleció no hace mucho. Manejaba el lenguaje con la sencillez, precisión e ingenio, típicos del pueblo llano. No ha habido diccionario ni lectura que me hayan enseñado más sobre el arte de hablar que el aprendizaje cotidiano de mis padres. Ninguno de ellos entendería lo que la Bachelet quiso decir, así se lo repitiera mil veces; sencillamente, porque esta gente habla y habla sin decir nada; hasta que abordó el espinoso asunto de la vacuna.

“Hay que vacunar a todos los seres de la Tierra, porque mientras uno no esté a salvo, nadie estará a salvo” La vacuna (refiriéndose a las de la Covid -19) debe considerarse como un “bien público universal”. Debemos “actuar como una sola Humanidad”. El recurso a las palabras masónicas universal y Humanidad suenan a dagas envenenadas en boca de estas deidades fanáticas travestidas de buen rollo.

El 27 de Enero de 2.021 se publicó una resolución del Consejo de Europa bajo el título “Vacunas Covid -19: Consideraciones éticas, legales y prácticas”. Los puntos 7.3.1; 7.3.2; y 7.3.5 son claros:

7.3.1.- asegurarse de que los ciudadanos estén informados de que la vacunación NO –en mayúsculas, como en el original- es obligatoria.

7.3.2.- velar por que nadie sea discriminado por no haber sido vacunado, por posibles riesgos para la salud o por no querer ser vacunado.

7.3.5.-  comunicar de forma transparente el contenido de los contratos con los productores de vacunas y ponerlos a disposición del público para el escrutinio parlamentario y público.

De momento, el cumplimiento del punto 7.3.5 ha brillado por su ausencia. Veremos qué sucederá con los 7.3.1 y 7.3.2.

Tanto el derecho positivo español como el consuetudinario han respetado, hasta la fecha, el derecho inalienable de cada persona ha decidir lo más conveniente a su salud. Algo natural, teniendo en cuenta que sin el libre albedrío los seres humanos perderíamos el adjetivo para transformarnos en meros seres: algo que es, que existe de manera anodina, apática; sería conveniente recordar, a este respecto, que la apatía no es otra cosa que la muerte en vida.

El libre albedrío se ha considerado siempre uno de los derechos naturales por excelencia. No hay derecho cuyo operatividad no esté sometida a limitaciones; aquí es donde los Estados aparecerán para acotar su ejercicio efectivo; el problema surge cuando tales Estados o, mejor dicho, quienes ostentan los cargos legales de ejercicio del poder restringen el derecho, no en función del bien común, sino de intereses oligárquicos con una capacidad de influencia muy superior a la de cualquier persona común y corriente. 

Suele decirse que los gobernantes son fruto del pueblo al que gobiernan. Es un aserto envenenado para hacer responsable al gobernado de los errores, cuando no corrupciones, del gobernante pues, al fin y al cabo, este último actuaría, según este razonamiento, de manera similar a como lo haría el pobre quejica si ocupara una posición similar. Los sofistas no lo harían mejor. La realidad es que las élites gobernantes se han desvinculado de aquellos a quienes se deben y sus decisiones las toman pensando tanto en sus intereses como en los de quienes confían en ellos ¿En qué proporción? Dependerá del asunto.

Cualquier clase de democracia conocida se ha comportado históricamente como un sistema híbrido donde el demos ha sido sustituido, en mayor o en menor medida, por una minoría oligárquica. Hay que ser muy ingenuo para creer que cuando gobiernan los de nuestra cuerda los intereses oligárquicos son derrotados una y otra vez.

Recordemos que el Consejo de Europa es una entidad ajena a la UE. La similitud de su nombre con el Consejo Europeo -esté sí, un órgano de la UE- puede inducir a confusión.

El Consejo de Europa promueve la creación de un espacio político y jurídico común en el continente bajo los valores democráticos, de los derechos humanos y el imperio de la ley. Por tanto, que esta organización se haya pronunciado sobre las vacunas de la Covid -19 no es baladí.

Por algún motivo -fácil de entender, por otro lado- da la impresión de que observan una posibilidad cierta de que determinadas libertades individuales pudieran ser conculcadas como consecuencia de la Covid -19 y las vacunas relacionadas con ella.

Dos instituciones –El Consejo de Europa y el Alto Comisionado de los DD.HH- que tienen a los derechos humanos como eje de su actividad, plantean visiones muy distintas de cómo llevarlas a la práctica en el asunto de la vacuna del Covid -19. La primera, respetando el libre albedrío de las personas y sin consecuencias “colaterales” en caso de rehusar la vacunación. La segunda, arrogándose la decisión de toda la Humanidad, porque nadie mejor que “ellos” saben lo que interesa a todos los mortales de la Tierra.

Cuando una comunidad política cede libertades -con la excusa que fuere-, se corre el riesgo de que tal cesión no sea recuperada jamás. Recordemos la famosa “Patriot Act” aprobada después del evento de las Torres Gemelas. A fecha de hoy, sigue vigente a pesar de haber transcurrido 20 años.

No repitamos ese error.

Marcelino Lastra Muñiz 

mlastramuniz@hotmail.com

Anexo1: https://www.youtube.com/watch?v=_FJVqwV4DIY&feature=youtu.be

Anexo 2: https://pace.coe.int/en/files/29004/html

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Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com