La pandemia ha dejado un “año muy triste y momentos dramáticos” en Daimiel. El alcalde Leopoldo Sierra ha recordado a todos los que nos han dejado durante estos meses y a todas las familias que “no han podido despedirse de ellos como se merecían” en su repaso a 2020 en Radio Daimiel.
Para Sierra esas primeras semanas de primavera donde se desplazaba a su despacho únicamente para firmar “en soledad” las licencias de apertura de sepulturas y esos féretros esperando a las puertas del Cementerio Municipal son imágenes difíciles de olvidar. Y es que más allá de las cifras, con un 40% de defunciones con respecto a 2019, se queda esa herida donde muchas familias se encontraban con la enfermedad y con la muerte en muy poco tiempo. De ahí que valoraba especialmente el trabajo y el acompañamiento que hicieron los operarios municipales del Cementerio en jornadas de 24 horas.
Un agradecimiento que extendía a todos los profesionales sanitarios y de las residencias que se vieron desbordados en esos momentos, y que tuvieron que enfrentarse al virus sin los medios de protección con los que ahora cuentan. “Ellos no pueden elegir quedarse en casa”, destacaba. En este balance, donde la actividad política y municipal también se vio afectada, Sierra señalaba que su equipo de Gobierno reaccionó y “se desvivió por los daimieleños”.
Una implicación que buscó estar a la altura del ejemplo que el pueblo dio en lo peor de aquellos días. Sierra recordaba la labor de las costureras que hicieron miles de mascarillas cuando era imposible encontrarlas en el mercado, las pantallas protectoras del grupo ‘Makers Daimiel’, los voluntarios que hicieron la compra a los mayores, los psicólogos que ayudaron a pasar el duelo de muchas familias o los agricultores que pusieron su tiempo y sus medios para desinfectar el municipio. Múltiples ejemplos de “un pueblo solidario” del que se enorgullecía Sierra. “Sin esa colaboración, sin esa ayuda, no podríamos haber afrontado esta situación tan dramática”.
En el plano económico, el alcalde comentaba que el equipo de Gobierno ha focalizado sus iniciativas en aquellos sectores que “desde el inicio preveíamos que iban a sufrir más”. De ahí, recordaba, la exención de la tasa de terrazas a la hostelería, o más recientemente, la última línea de ayudas por el nivel 3, que obligó de nuevo al cierre a muchos bares y restaurantes. Sierra destacaba que en total el Ayuntamiento de Daimiel ha concedido más de 250 ayudas directas de 300 euros a autónomos y microempresas para que “los destinasen a los gastos que creyesen oportunos”.
Un esfuerzo acorde a las posibilidades del Consistorio, pero que espera que se vea reforzado por los fondos que van a llegar desde Europa. Sierra señalaba que “los que de verdad pueden ayudar son los gobiernos nacional y regional”, que van a encargarse de la gestión de “esos cientos millones de euros”. El alcalde daimieleño entiende que esa cantidad de dinero debe canalizarse de manera eficaz a los sectores peor parados por esta crisis porque “habrá que ver cuántos comercios, bares o restaurantes quedan abiertos en los próximos meses”.
Y es que de cara a 2021, Leopoldo Sierra vislumbra que “el paro aumentará y las familias con problemas también”. En este punto, el alcalde indicaba que los ayuntamientos serán los primeros que tengan que atender estas situaciones y por eso se quejaba de que “el anunciado a bombo y platillo” Ingreso Mínimo Vital se haya quedado en los titulares de prensa. Sierra revelaba que las ayudas concedidas en Daimiel por este concepto “se pueden contar con los de una mano” y, si a la vez se elimina el Ingreso Mínimo de Solidaridad de la Junta, se está desamparando a muchas familias. Para el alcalde, “esto tiene que ser lo prioritario, esto no puede fallar”, y exigía que esas ayudas no se demoren porque “la situación se va a agravar a partir de enero”.
En clave más municipal, el cierre del ejercicio 2020 ha dejado dos buenas noticias. Por un lado, la liquidación de los tributos municipales será mayor que en 2019, y por otro, el Ayuntamiento cumplirá con el pago medio a los proveedores, según le trasladaba el concejal de Hacienda. Un alivio después de unos años donde “hemos tenido que endeudarnos con Unión Fenosa y la Seguridad Social” para poder afrontar el pago de las nóminas del Ayuntamiento. Ahora gracias a la “buena gestión de estos últimos nueve años” los empresarios están cobrando antes, aunque el día a día sigue condicionado por “la falta de liquidez y el pago anual de más 2 millones de euros por la deuda heredada”.
Sierra recalcaba que “una mala gestión hipoteca más de una década” y que sus ejecutivos no han podido “hacer obras faraónicas, pero sí las hemos tenido que pagar”. No obstante, valoraba las inversiones realizadas en este 2020 y que han mejorado la accesibilidad de varias calles y de espacios públicos como el Teatro Ayala, el Espacio Fisac o el Museo Comarcal. El alcalde también ha destacado los trabajos de rehabilitación en la Motilla del Azuer o la restauración de la fuente de ‘La Manola’, que sigue en talleres “con un proceso muy meticuloso” para encontrar su primera imagen. Iniciativas que, insistía, son posibles porque “los concejales exprimen cada céntimo”.
De cara a los presupuestos 2021, Leopoldo Sierra explicaba que las nuevas cuentas y la capacidad de inversión seguirán condicionadas por el bloqueo de GICAMAN a la liquidación de EMUMASA, al negarse la entidad regional a aceptar la dación en pago pactada hace más de un año. Sierra señalaba que “no puede entender que se diga que eso no es importante” cuando eso hubiera permitido rebajar la ratio de deuda municipal y acceder a la financiación que ofrecía la Diputación Provincial. A cargo de ese programa, se podría haber completado el asfaltado de la salida hacía Manzanares y la renovación de la impermeabilización del vaso de la Piscina Climatizada durante este año. Al no ser posible, se hará en 2021 “con fondos propios”.
La posible salida al bloqueo de GICAMAN depende de la “voluntad de la Junta”, una actitud que esperan revertir en la reunión que han solicitado con su director y con el consejero del ramo. “Es muy sencillo, se trata de cerrar la etapa de EMUMASA que pudo tener muy buenas intenciones en sus inicios, pero que se convirtió en una ruina para el Ayuntamiento”, sentenciaba.
Sobre si sería factible repetir en Daimiel el consenso alcanzado entre PP y PSOE en la Diputación, Sierra no lo descarta y cree que estaría en la línea de “una sociedad que nos pide alturas de miras”. El acuerdo a nivel provincial ha sido fruto, decía, de “unas enmiendas lógicas que se tuvieron en cuenta y que van a beneficiar a todos los municipios”. Un pacto que, achaca, no ha sido posible en España o en Castilla-La Mancha porque “directamente no han escuchado siquiera las enmiendas del PP”.
Sí hubo acuerdo regional en materia de agua, pero las discrepancias siguen abiertas cuando se pone el foco en la situación de Las Tablas y de las aguas subterráneas del Alto Guadiana. Sierra insiste en que el trasvase al parque nacional cuenta con el respaldo legal del PRUG y no entiende que no se aproveche la Tubería a la Llanura Manchega para evitar pérdidas. Sobre la reducción de las extracciones impuestas por la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Sierra se ponía en la piel de los agricultores que “se preguntan por qué se les priva de un porcentaje de sus derechos de agua, mientras están activados los pozos de emergencia”. Una solución que el alcalde vería razonable para evitar el riesgo “urgente” de los incendios de turba, pero no para el objetivo marcado por el Ministerio de Transición Ecológica. Por último, el alcalde ponía su esperanza en que la vacunación frente a la COVID-19 nos permita volver a ser nosotros mismos en 2021 y deseaba trabajo y, sobre todo, salud a los daimieleños para el año que viene. Mientras tanto, pedía responsabilidad en las reuniones de esta Navidad y mandaba un abrazo a los daimieleños ausentes que este año echarán de menos los encuentros con sus familias en unas fechas tan especiales.