Comunicado.– Esta Navidad desde Cáritas Diocesana de Ciudad Real queremos estar más cerca que nunca de nuestras familias y amigos a pesar de la distancia física, de las mascarillas y de ese revoltijo emocional que nos hace sentir el cansancio, la frustración o la impotencia ante las consecuencias de una pandemia global que deseamos desaparezca de nuestras vidas cuanto antes.
También queremos estar más cerca del dolor de muchas familias sin recursos, de las que viven el duelo de la ausencia de quien esta Navidad no se sentará a la mesa, de las personas que están sin empleo y con escasas oportunidades o de las personas migrantes que siguen hacinándose en nuestras islas y en las costas sin que lleguen soluciones.
La Navidad es mucho más que regalar, festejar y reunirse. Es amar a los demás, es darse y desgastarse por otras personas. Como comunidad cristiana queremos vivir una Navidad diferente, no porque nos lo imponga la realidad que estamos viviendo sino, porque elegimos vivir un estilo de vida radicalmente distinto y revolucionario que tiene su origen en un pesebre.
Despierta, que ya llega
Y es que la Navidad llega de nuevo para sacarnos de nuestros letargos y ensimismamientos, viene para sacudirnos los oídos e inquietarnos el corazón, para sacarnos de la rutina, de la costumbre y de las quejas.
La Navidad vuelve para recordarnos nuestra fragilidad humana que podemos ver reflejada en el nacimiento de una criatura en un pesebre lejos del bienestar de todo bien material.
Llega para deslumbrarnos con las luces que brillan en la generosidad de las personas voluntarias, en los gestos que cualquiera podemos hacer para cuidar y acompañar, en el tiempo que regalamos sin prisas y disponible para escuchar, preguntar, mirar a los ojos, y ser capaces de reconocer y agradecer todo lo bueno que recibimos todos los días.
La Navidad viene para hacernos volver la mirada a lo esencial que somos, una gran familia humana atravesada de fragilidad y de bondad, capaz de transformarse y recrearse al igual que el resto de la Creación.
Es un tiempo favorable para la conversión, para disponernos a la novedad que supone cambiar y transformar todo aquello que no nos hace felices y no hace felices a los demás. También es momento propicio para el encuentro, para tender manos y puentes de solidaridad y amor.
Los valores que sostienen la dignidad humana, emergen con fuerza en medio de la fiesta, el banquete y la reunión familiar y de amistad. Seamos creyentes o no, queremos dejarnos tocar por una corriente de buenos propósitos y novedad, de buenos deseos y ganas de vivir en un mundo mejor.
¿Cómo podemos estar más cerca?
La distancia física que nos exige el cuidar a lo demás y el cuidarnos para frenar la expansión de este virus letal está encapsulando los afectos y las emociones.
Cada día el aislamiento se hace más costoso y nos dejamos invadir por la angustia, el desánimo y el no poder ver un horizonte cercano y libre de la enfermedad.
Imaginar que no vamos a poder encontrarnos con los que queremos de la misma forma que otros años, aún nos parece una ficción. Aceptar la realidad, no poner resistencias y aprender a adaptarnos de la mejor manera y más creativa posible a las circunstancias que nos rodean, forma parte de esa resiliencia humana que nos permite subsistir y evolucionar como personas.
Pero esta Navidad, desde Cáritas, te invitamos a salir de tus fronteras, a dar un paso al frente y a derrochar toda tu energía positiva, tu capacidad de amar y de dar, para alumbrar un tiempo nuevo y distinto.
Te invitamos a que esta Navidad seas tú estrella de Belén que ayude a alumbrar caminos, los de personas que conoces y los de otras que quizás estén más lejos de tu día a día. Te invitamos a que seas estrella que con su luz alumbre esperanza a través de gestos generosos y sencillos que faciliten encuentro, diálogo, oportunidad.
Esta Navidad regala tu mejor gesto
Esta Navidad distinta, podemos hacerla mejor con cada gesto que seamos capaces de hacer con amor sincero, con alegría, con paciencia, con esperanza, con confianza. Tu mejor gesto va a ser capaz de tejer red y cercanía, y a convertirse en el mejor regalo para los demás. Porque esta Navidad estar más cerca que nunca es posible.