La situación de Puertollano, entre dos cerros, propicia que en numerosas ocasiones la ciudad se sumerja en el mar vaporoso de la niebla, y que el espectáculo pueda ser visto, casi desde su misma orilla, por los afortunados paseantes de los cerros de San Sebastián y Santa Ana.
Esta bella instantánea remitida este martes por @Ladis78 desde la chimenea cuadrá ilustra perfectamente el efecto de las bajas presiones, que «aplanan» la niebla contra el suelo. Es una imagen típica de la ciudad minera, que, como la Atlántida, de vez en cuando desaparece en este espectacular océano blanco.
Todo un espectáculo navideño…..